jueves, 27 de diciembre de 2007

Trancisión...

Ayer lo vi. Me odio a mi mismo por haberle visto y lo odio a él por haberse cruzado en mi camino. Me odio a mi mismo por haber reparado en su camisa blanca y su piel perfecta y lo odio a él por no haberse dado cuenta que yo iba en el taxi que pasaba a su lado… lo odio por haberle cambiado la intención a este post.
Ha pasado otro año y la verdad es que no consigo olvidarlo, todo ha resultado fatal en el intento de borrar sus besos y lo peor es que evito siquiera recordarlo, pues siento que a cada pensamiento que lleva su nombre mi corazón lo extraña mas.
Y busqué razones para hacer a un lado a quienes llegaron a abrigarme el corazón. Por haber cantado en mi baño, por no tener una linda voz telefónica, por bajito, porque no me gustaba su ex, por “intenso”, por frío; de igual manera me hicieron a un lado sin razón aparente o con un simple mensaje de texto.
En todos estos casos me refugié en una travesía por mi lejana galaxia, donde me enteré que tenía un Hada madrina en el Sur lejano, un Ángel colega, un Vaquero que sabe soñar, una Rosa Peruana que vive en una cumbre, un Trébol hermoso que alguna vez confundí con un chico, una Cosmonauta adorada y un Joker que me tiene entre sus diamantes mientras yo lo tengo en mis corazones.
Y comenzaron a llegar más amigos de los que había soñado: Cyllan (y Lemmon que no visita estos lados de la galaxia); Rob (que nunca regresó pero se le recuerda); Pon; Lobogrino; mi adorado Salva.; el amante de un bello Volcán; una chica de un corazón lindo y deshabitado; Iki que recorre el mundo y conoce el mar más grande que hay; un Gato Nocturno; el Sabio Hermes (que me debe más del legado de Agustín); Akira (la mas nueva de mis joyas); un Augur que aun no me ha hablado de un hermoso porvenir; Palalabra y su cotidianidad que me es conocida; Merlín, quien por alguna razón, en mi lejana galaxia es Púrpura; Senses… amante de los viajes imposibles; Fran y el paraíso de la Sin Huesos; Mi querido George Hazard; Dany, sin casa propia… aun; quien dice que ser Gay no es tan Mamey (muy cierto).
Encontré igual lugares de descanso aunque poco sé de sus propietarios más que sus letras, como la vida más de Alright; el universo de Arkham, la sincera cama de Bananas; una chica que tiene Sesos y Senos; Raquira, un pedacito loco de Colombia; un diablo enlatado; alguien que se siente free to be bi; Gustavo y los trazos de su vida; Vanto y su queer life; Sinuhe a la orilla del Nilo; Sixpence y su ingles envidiable; Teresa; un Vaso Verde y una Rosa Azul; Calo quien paso una vez con sus medioz;
Esos fueron mis refugios en momentos de rabia, de impotencia, de alegría o de humor. En estos lugares hablé de sexo, de relaciones fallidas, de mi País adolorido o de mi blog de dibujitos que pocos visitan.
Entonces entendí que no es problema soñar, el problema es no tener a quien contarle tus sueños; entonces entendí que no es problema tener un dolor, el problema es no tener quien acaricie tus cabellos para aliviarlo….Entonces entendí que no es problema encontrarme mil veces con Santiago y sentir que el mundo se me derrumba … pues este año, este maravilloso año, los encontré a ustedes, mis bloggers, quizás mis únicos amigos, para reforzar mis cimientos y no dejarme caer. Feliz Año Nuevo desde mi lejana galaxia… siempre suya.

miércoles, 19 de diciembre de 2007

Dias Festivos

Los días “de”. Véase “festividades inventadas por el hombre con el animo de festejarles la profesión a sus semejantes” aunque en muchas ocasiones también se celebra el día de otros asuntitos, como el agua, el medio ambiente o del veterano de guerra. Pero, si miramos pa’ dentro, si Colombiamos un poco, tenemos que elevar los días “de” a su mayor expresión porque ¡ah! Los colombianos si gustamos de celebrarle el día a todo.
Tenemos obviamente el día del Sagrado Corazón de Jesús, porque es el que manda en el país, el día de la Madre, porque es la que manda en el hogar, el día del Padre… porque a veces también manda.
Y si le seguimos encontramos cualquier cantidad de días: el día del taxista, el día del futbolista, el día del medico, el día del periodista, el día del locutor, el día del estudiante, el día de la empleada domestica, el día del peluquero, el día de la secretaría, en fin, miles de folios con todas las profesiones habidas y por haber componen estas magnas fechas. Encontramos el día de el Kinesiólogo (13 de abril, aunque pocos saben a ciencia cierta qué es un kinesiólogo), el día del encargado de los edificios (2 de octubre) y el día de la modelo publicitaria (2 de abril).
Lejos quedaron esos días cuando se le asignaba a los amaneceres el nombre de un Santo o un personaje celebre que, además, ayudaría a nombrar los pequeños nacidos por estas fechas y que nos dejó un legado de Bolívares, Honorios, Doroteas, Filomenas, Domitilas, Severos; porque en nuestra amada patria decidimos que podíamos darle también su día a la banderita, al transporte y a la escarapela (aunque no lo crean, el 19 de Mayo)
Pero ¿Qué nos pasa que últimamente se nos acabo el ingenio para asignar los días? ¿¿¿Acaso ya los utilizamos todos??? No, aun tenemos algunas festividades pendientes. Se me ocurre en mi lejana galaxia, instaurar el día del lápiz chiquito, el día del loco de atar, el día del hijo negado (que es el que mas se parece), el día del tomate maduro, el día de la naranja ombligona, el día del pájaro enjaulado, el día de la urraca inmunda, el día del no cumpleaños (lo vi de los dibujos animados), el día de la madre monte, el día de decir las cosas y el día de no decir nada. El día del sueño frustrado y del frustrador de sueños, el día de la hoja de tamal, el día del amor prohibido, el del teléfono descolgado, el día del cuaderno de rayitas (el de cuadritos no porque es el de matemáticas y a nadie se le ocurriría darle un día a las matemáticas), el día del jefe enojado, el día del jefe contento (habría de celebrarse cada 3 años), el día de los jeans rotos, el día del cuadro torcido, el día de la medía huérfana (generalmente azul turquí), el día del chicle mascado, el día del mango verde, el día del adicto al Internet…
En fin, que en las secciones de congreso y cámara se modifiquen los años como alguna vez lo hiciera el Julio Cesar, con el fin de ponerle mas días a los años y asignar fiestas que ya nos identifican a las nuevas generaciones, como el día de la llamada perdida, del mensaje de texto, del festivo que no llega, de salario que no aumenta. Pero si a identidad nos referimos, tenemos que prestar demasiada atención para que no nos vayan a poner días como el del político ladrón, del amigo traicionero, del hambre que duele mucho, del sueño que nunca llega... En fin, nuestro ingenio rinde para poblar de “días de” nuevos años que tengan setecientas salidas de sol y para hacer de estos una excusa y quedarnos hasta tarde en la cama haciendo pereza.

sábado, 15 de diciembre de 2007

morimos mil veces por día

…Tan pronto llegué a casa de Mamá lo primero que noté fue que una cabecita más apuraba tranquilo una sopa entre risas en la mesa de los niños. Víctor llegó a la casa pues su Mamá, una mujer agresiva y alcohólica, debía ir a cuidar a su otro hijito al hospital. Ya han pasado más de dos meses desde eso, Víctor no se ha querido ir con su Mama; ahora está limpio, gordito y lo mejor es que va a la escuela, un poco atrasado para su edad, pero cumpliendo diariamente con ese como su único deber……Mayo 02 de 2002. Bojayá Chocó, Pacifico Colombiano. Una pipeta de gas (si, de las que se usan para cocinar el pan nuestro de cada día) cayó dentro de la iglesia donde la gente se refugiaba de un combate entre la guerrilla y los paramilitares (increíblemente aquí en Colombia vivimos en medio de dos canceres, es como tener cáncer en la boca y cáncer en el culo) 119 muertos, un 40% eran niños. El gobierno (que es como vivir con los dos canceres y una llaga en el alma) solo vino a dar un dato exacto y confirmado hasta cuatro días después……Se leía ayer en la Web: “Hoy la Corte Danesa de primera instancia anunció sentencia a los 7 integrantes del grupo Guerreros y Amantes que vendió camisetas con consignas de las FARC de Colombia y el FPLP de Palestina con el fin de recolectar fondos para esas dos organizaciones. Todos los 7 acusados quedaron hoy absueltos por brindar solidaridad con lucha de liberación en Colombia. Durante el proceso jurídico se legalizó el apoyo político y económico a los movimientos insurgentes en Colombia y Palestina.”…Aunque a nadie le importe ¡¡¡¡Me duele el alma!!!! ¡¡¡¡Apoyaron al grupo equivocado!!!! Le brindaron ayuda a los que estaban del lado del contenedor de gas y no a los que estaban dentro de la iglesia, por nombrar uno solo de los miles de casos.
Llega navidad, quizás la Mama de Víctor venga por él y no pase las fiestas con nosotros, entonces, mis dulces amigos daneses, lo único que Víctor tendrá para comer será física Mierda, si, Mierda con Mayúscula y a cucharadas grandes porque lamentablemente es verdad, en Colombia necesitamos un cambio, pero, ¡Cuanta lastima me dan los pobre subnormales que piensan que ese cambio se dará en los montes, con los campesinos armados que tiene la guerrilla contra los jóvenes recién graduados que se lleva el ejercito! ¿Acaso ese dinero no servía para poner más pan en las mesas de los que no tenían? ¿Acaso no hay en todo el pacifico Colombiano una gran cantidad de gente que verdaderamente necesita que los daneses y los ingleses y los franceses y todo el mundo los recuerde?
Que visión tan limitada la de estos 7 jóvenes. Que visión tan limitada de TODOS los que piensan que, dado los malos gobiernos que hemos tenido, la mejor ayuda que nos pueden dar es apoyar a los que nos matan, a los que queman nuestros carros, a los que secuestran nuestras familias. Que visión tan mediocre la de darnos veneno para calmar el dolor que nos causa el hambre.
Nuestra degradación moral está en aumento, esta semana quemaron un bus por robar a sus pasajeros. Esta semana la guerrilla disparó contra un autobus que se negó a parar en un reten, asesinando a un hombre y su hijito. ¿Acaso liberar a Colombia es pagar las balas que den un fin tranquilo a los sobrevivientes?

Los hospitales, si es que existen, se nos están derrumbando; los comedores populares no son más que una utopía de leche y galletitas dulces, entonces, si quieren ayudar a Colombia, ¿Por qué no empiezan por conocerla? ¿Por qué no mirar el desplazamiento de campesinos que se rompen el lomo tratando de sobrevivir en ciudades que no tienen nada para ellos? En cada semáforo hay un niño trabajando, en cada esquina hay una mujer pidiendo limosna, en cada ciudad hay cientos de Victores que no tendrán un miserable pan para pasar la navidad. A ellos el narcotráfico no les pagará la cena del 24, a ellos el gobierno no les comprará un juguete ni la guerrilla les cantará villancicos alrededor de un árbol. Los gobiernos cavan nuestras tumbas, la guerrilla forja nuestras lapidas y lamentablemente, ahora nuestros propios hermanos graban nuestros nombres en ellas.

martes, 11 de diciembre de 2007

Prohibido cantar en mi baño!

Miro la hora… reviso el directorio telefónico de mi móvil… miro la hora de nuevo.
Cuando llega el momento preciso hago la llamada; saludos de rigor, uno o dos aportes cómicos prefabricados y queda concluida la cita con aquel chico quien, siendo adorable y casi cien por cien compatible, no es la persona que he estado buscando.
¿Qué me lleva a buscar un paliativo para la soledad en alguien que nunca podrá erradicarla por completo?... mas aun ¿Qué hace que este chico no sea quien busco?
La tarde fue como debía ser… se cumplió el objetivo.
“Que tal… estoy solo y sin marido, Gracias por haber venido a abrigarme el corazón”
La única película agradable llegaba a su final y Mr X se fue al baño. La ducha susurraba monótonamente cuando él comenzó a cantar con todas las fuerzas y con la voz más deformada posible una canción que ahora ni recuerdo.
Ni de buena ni de mala manera conseguí que cesaran sus aullidos espantosos, no quería escucharle, pero, no quería ser sordo… ¡quería que él fuera mudo!
Esa era la respuesta que buscaba. En sus alaridos desagradables estaba la respuesta a mis preguntas: nuestra vida es un gran rompecabezas y la pieza que falta está llena de ángulos y curvas que deben encajar a la perfección.
Físico perfecto, linda sonrisa, rosas de vez en cuando, cine los domingos, sabanas húmedas constantemente… esa es mi concepción del “héroe de leyenda”. Esa es la ficha que encaja en mi rompecabezas.
Hay excepciones. Entonces la vida lanza una carcajada y nos pone en el espacio del rompecabezas incompleto, una ficha, recortada a retazos, quizás con kilos de más, cabello de menos, risas incontenibles y un “no se qué” que nos hace perder la cabeza. En ese punto nuestras barreras caen y comprendemos que las cosas lindas que la vida nos puede ofrecer, provienen de los lugares más incomprensibles y de las fuentes más inesperadas.
Por cualquier de los dos casos mi corazón sigue latiendo, con fuerza; por el “heroe de leyenda” o por la “pieza imperfecta” mi corazón se levanta cada mañana y sueña cada noche.
Pero la pieza faltante en mi rompecabezas, de seguro, no canta a grito herido en mi baño… o en un caso que aun no se ha dado, no se comería las cosas mi nevera, no me cambiaría el canal de televisión ni se atrevería a subrayar mis libros.
Pero por ahora no quiero pensar en quien quizás ni llegue. Ahora has mas vientos por lanzar, olas por romper… ahora debo pulir las estrellas fugaces para que adornen mi lejana galaxia, sin importar que un domingo cualquiera vuelva a mirar la hora… y a revisar el directorio en mi móvil.

martes, 4 de diciembre de 2007

Aprendiz de escritor IV

Don Ciro no es joven, creo que ya pasa los 50... tampoco es apuesto, es un negrito humilde y sin gracia... don Ciro no tiene dinero, trabaja como cortero de caña en la empresa donde yo trabajo.

Don Ciro vino el día de ayer a pedir permiso para faltar al trabajo el día de hoy pues va a grabar el video de su disco, si, de su disco, grabado con las pocas monedas que le quedaban de su sueldo, escrito con sus ideas, sus experiencias, materializando sus sueños y sus ilusiones.
Don Ciro me dió un ejemplo de vida, un ejemplo de sueños, me abofeteó con una clase de dignidad, de esa que no se aprende en ninguna escuela, porque don Ciro a duras penas escribe su nombre. Yo, con toda la juventud a flor de piel, con todas las ideas y la presunción que ellas me han dado, con la inteligencia de la cual he presumido siempre, me quede pequeño, me hice diminuto, me puse de rodillas y en silencio, con una mirada, le entregué toda mi admiración a ese hombre, quien quizas pierda todo el dinero que invirtió en su disco, quien quizas se vuelva rico y nunca lo volvamos a ver, no se, porque tampoco he escuchado su musica, pero algún día, cuando la vida le pase a cobrar las oportunidades perdidas, haber dejado de lado sus sueño no será una de las facturas por pagar.
El aprendiz de escritor regresó esa noche... pareciera que me gritara desde la oscuridad, resaltando el valor de don Ciro para escribir musica aunque sea con mala letra... el aprendiz de escritor encontró de nuevo a mis musas cantineras... y dijo dos canciones:

Las mentiras, ni siquiera las piadosas
Los amores jamás nunca compartidos
Los silencios respetados al extremo
Y lo sueños con el alma defendidos

Para darte el corazón pongo la vida
Para amarte no necesito razones
Ese soy, y solamente me hace falta
Confesar la mayor de mis ambiciones

Busco un ángel que Dios me ha prometido
Para ponerle fin al cruel verano
Pintando primaveras con su risa
Viviendo en el oasis de sus manos

Prometo hablar de amor hasta que mi ángel
Encuentre mis historias mas perdidas
Susurrar suavemente entre sus brazos
¡En nombre del amor hasta la vida!.

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Que los cielos se enamoren de tu risa
De tus mil caricias, de tus noches locas
Que el viento te cubra con la alegre brisa
Y el placer eterno de besar tu boca

Que la primavera se anide en tus manos
Que un rumor lejano sea el cruel invierno
No hay placer tan dulce que provoque llantos
Ni hay dolor muy fuerte que resulte eterno

Nuestra historia estaba tejida a retazos
Reciclé jirones de un amor ajeno
No te pedí nada, no te hice promesas
Pretendiendo amarte me tomé un veneno

Y te amé en silencio sin decirte nada
Sin pedirte a cambio que vengas conmigo
No busque razones pa’ que lo dejaras
Ni busque en mi alma torcer tu destino

Ya no es suficiente el tiempo que guardas
Para reciclarlo conmigo de nuevo
Para no morirme de amor estancado
La noche se acaba y se acaba lo nuestro

Tú sabes mi vida, me duele en el alma
Y no hallo palabras para mi canción
Porque igual como hoy me dejas sin palabras
Hace mucho tiempo perdí el corazón

viernes, 30 de noviembre de 2007

Lagrimas reales

Esta entrada era sobre un amor perdido, sobre la última película que vi o para quejarme de mi incapacidad para vencer mis demonios y librar un buen combate, pero entonces llegó Ella a mi cabeza. Fue la primera imagen que me invadió esta mañana cuando aun no depertaba completamente y el sonido de las noticias me decía que era hora de levantarme.
Está mucho más delgada que el último recuerdo que conservamos de ella. El cabello le llega a la cintura y sus manos tomadas entre si marcan el surco horroroso de muchos años de cautiverio.
Ingrid Betancourt es quizás la más celebre de nuestros secuestrados. Si, Nuestros, nuestros hermanos, nuestros padres, nuestros amigos, nuestros soldados, nuestros policías, nuestros amigos que pagaron con su libertad un delito que jamás cometieron.
Ella se ve triste, todo en su imagen se ve triste; una imagen que, salvo por algunos poco perceptibles movimientos, pareciera una fotografía… una fotografía melancólica de esa mujer que alguna vez llenó de voz de aliento, de palabras de reproches, de gestos enérgicos y de acciones emprendedoras… Ella poco a poco se nos está apagando, todos nuestros secuestrados se están consumiendo en la inclemencia de un monte, en la inclemencia de unos chacales de la muerte que los usan como la más desechable de las mercancías.
Mi conciencia recrimina mi impotencia ante la situación de ellos, me duele ser tan inútil para conseguir una mejora en la situación que los atropella… luego… ¿Cómo se pueden sentir aquellos que sí pueden hacer algo? ¿Cómo puede dormir la cúpula de los terroristas sabiendo que esas vidas se extinguen en sus garras? ¿Cómo puede el presidente vivir su cotidianidad a sabiendas de sus hermanos desangrados? ¿Cómo puede Chávez seguir bufando desde su camisa roja y su frente sudorosa cuando usó a nuestros hermanos como valla publicitaria para seguir insultando los países que lo rodean?
Nunca he ocultado mis afectos por el presidente Uribe. ¿Si no es Uribe entonces quien? ¿Los ex presidentes Pastrana y su estupidez monumental o Samper y su corrupción descarada?... pero aun mi simpatía por ese hombre no puede negar que sus acciones podrían hacer más para solucionar la situación, eso si, sin dejar el país en manos de la guerrilla, como siempre ha estado.
Nos duele el estado de nuestros secuestrados, nos duele su hambre, nos duele su piel cadavérica, nos duele su vida sin vida, nos duelen los estadounidenses y aquellos de otras nacionalidades que ahora son nuestros hermanos.
Las marchas quizás les recuerden que no los olvidamos, quizás los discursos apasionados les recuerden que aun mueven pasiones… pero todas las acciones serán inútiles mientras ellos tengan un valor monetario para esos bandidos narcotraficantes que una mañana tuvieron la descabellada idea de arruinarles la vida.
Su imagen me acompañará por un par de días, mientras las noticias nos sigan recordando su imagen melancólica y sombría que quizás luzca fabricada y guiada a inspirar miseria, pero la nostalgia de su semblante no se puede fabricar.
Su imagen me acompañará por un par de días, hasta que en las noticias un niño nazca con sobrepeso, una gallina con cuatro alas, un ovni o una pataleta de Chávez me haga olvidar a esos hermanos en la soledad de la selva.
Hoy, con sinceridad, entregaré una oración por ellos, una oración del alma, una oración pidiendo perdón por aquellos que podrían hacer algo y no lo hacen, una oración por aquellos que no podemos hacer nada y peor aun, tenemos mala memoria… ¿me acompañas a orar por ellos?¿me acompañas a arrugar aun más el corazón y orar con ellos?

martes, 27 de noviembre de 2007

Muere la libertad con un estruendoso aplauso

"El miedo a la pérdida un camino hacia el lado oscuro es"

No pude verla en el cine porque, en aquel entonces, la economía me jugó una mala pasada; no la alquilé porque no tenía un reproductor de DVD… fue por eso que el pasado miércoles apagué mi móvil, cerré las cortinas y me dispuse a ver el “estreno absoluto” que había anunciado meses antes un canal de TV del "Episodio III – La Venganza de los Sith".
Afirmo sin ningún reparo que soy admirador de la obra de George Lucas; aprendiz convencido del conocimiento sin par del Maestro Yoda (la imagen que uso en el display del msn); buscador de imágenes, lector de artículos y habitante, como todos saben, de una galaxia muy, muy lejana.
Pero las delgadas líneas que me atan a los personajes, a la fotografía y a la música, también cautivaron mis sensaciones con un argumento bellamente bordado en ese estilo particularmente enigmático, que consigue amarrar en un episodio los cabos sueltos en los anteriores, sin dejar nada al azar.
Para mí es un guión impecable, es un crisol donde fusionaron aspectos morales, filosóficos, religiosos, políticos, éticos y emocionales… y entonces, ¿Cuántas veces no hemos escrito el guión de nuestros propios errores igual a Anakin, quien precipitó las circunstancias por el miedo a las mismas? ¿Cuántas veces no hemos sentido que nuestra genialidad falla y nuestros cimientos se desmoronan teniendo que huir a la soledad de un planeta lejano? ¿Cuántas veces nos hemos dejado morir de amor?
La orden de los Jedi fue eliminada casi en su totalidad mediante la orden 66 y yo me sentí morir, si bien ya conocía el final, ver el desenlace de los sucesos es increíble, es simplemente observar lo que siempre se ha intuido, es mirar los eventos que siempre nos hemos imaginado y tener la certeza que sucedieron.
También en este aspecto la saga refleja la cotidianidad, también en el diario vivir sentimos vértigo al transitar los caminos de los cuales conocemos de antemano el final… soy una clara muestra de ello… he narrado aquí incontables escenas donde me obstino en el punto de salida y en el recorrido, conociendo con anterioridad cual será el punto de llegada.
Llena de efectos visuales que molestaron a muchos; plagada de personajes nuevos algunos más feos que los anteriores; un derroche de emoción de ver al anciano maestro en acción, lo cual confirma mi teoría que es el mejor.
Me gustó y mucho… me la repetí el domingo, y solamente me queda repetir: May the force be with you!!!

sábado, 24 de noviembre de 2007

Recordemos un viejo dolor

Una noche de sábado, me encontraba frente a una “jirafada” de cerveza, con tres amigos, cuando la tintineante música de un mensaje de texto en mi celular me hizo olvidarme del sitio, de la música y de mis amigos.
Era un mensaje de texto pidiendo perdón, de la misma persona que dieciocho días atrás me había terminado a través de un mensaje de texto.
¿Es la tecnología quien monopoliza las emociones del siglo XXI? Murieron en el tiempo esas interminables cartas de despedida, escritas con lágrimas y sangre y que competían literariamente con los poemas de Sor Juana Inés de la Cruz. Hoy se sintetiza la despedida con un “Man, Suerte es que te digo, Good Bye”. Pero mi nuevo mensaje entrante decía claramente y en mayúscula sostenida “siento mucho lo que te hice”, para alguien aun enamorado, palabras mágicas… y ante esas palabras se abrió la tumba donde había enterrado vivo mi amor por la persona remitente; ¡¡¡ ¿Por qué demonios el corazón se ablanda en el momento mas inoportuno?!!!! Le llamé inmediatamente le dije que le estaba pensando mucho y que le llamaría al día siguiente. ¡¡¡Craso Error!!!
A la mañana siguiente, después de haber esperado las horas reglamentarias para no lucir ansioso, le llamé, y antes de que mi lengua, desconectada del cerebro, le dijera cuanto me había alegrado escucharle, él me ametralló con frases que describían lo bien que la había pasado en el apartamento de un príncipe azul que había salido de la nada para invitarle a salir justo después de que había hablado conmigo.
Repetiré lo que dijo el cantante: “los mariachis callaron, de mi mano sin fuerza calló mi copa sin darme cuenta”.
¿Dónde murió la sutileza y la compasión para mi viejo corazón? ¿Hay necesidad de describir el agujero en el estomago por el cual se perdía mi dignidad? Por Dios, ¡fui el rey de los ilusos! Había olvidado por completo la calidad de “amigo” a la que había descendido. Había olvidado la batalla perdida por mantenerlo a mi lado. Había olvidado lo cruel que él podía ser cuando se lo proponía y a él se le había olvidado que las viejas heridas aun no cicatrizaban. Como todo hombre “pisoteado” debe hacer, me reí de todo cuanto me contaba, hice los chistes de rigor para estos casos: “Valla, creo que te perdimos” e idioteces por el estilo y colgué. Me quede ahí, a veinticuatro cuadras bien contadas de su casa, tirado en la cama y viendo como las ilusiones se estrellaban en el retrato colgado al lado izquierdo de la pared.

martes, 20 de noviembre de 2007

Doce


Eran doce… los descolgué uno a uno de la pared. Un ángel por mes para que me protegieran de todo mal; todos representaban un bebe en una cuna. Ángeles de rostro femenino y actitudes maternales que yo relacionaba con una etapa superada... “Total – dije con un gesto diplomático – los ángeles no existen”
Una serie de retablos de Botero adornaron la pared más a mi gusto. El destierro de los Ángeles dio paso al peso de las Gordas.
Lo vi en TV. La casa era un infierno completo según la periodista, cuando sin pensarlo dos veces, Riquelme Wesley dos Santos se lanzó a rescatar a la pequeña de 22 meses cuya madre gritaba de impotencia y horror. Riquelme usó la lógica infantil que contradice y supera cualquier otro tipo de lógica en el talento humano: él usaba el traje de Spiderman, y por obvias razones, el fuego no era una de sus preocupaciones. La niña resultó ilesa y Riquelme, de acuerdo a su autoestima, resultó ser un héroe.
A falta de una, son dos las preguntas que me asaltan para procesar estos aspectos en la lejana galaxia que habito. Si Riquelme confió en su capacidad, en su traje y en su deseo, logrando así la meta propuesta ¿no es la falta de confianza y de coraje la que nos limita y nos aplasta?... luego… si esa niña, a sus 22 meses pudiera concedernos una charla ¿Crees que ella niega la existencia de los ángeles?
He dedicado letras en este espacio para Mamá, para mis Padrinos, para mis Abuelos… guías, amigos, protectores, maestros… personas que sin pensarlo dos veces han estado conmigo. ¿Puedo yo, siendo conciente de lo anterior, repetir sin que se me caiga la cara de la vergüenza que los Ángeles no existen? La idea de los Ángeles alados y perfectos es linda, de hecho hay personas que se dedican a aprender de ellos, conocer sus nombres y las cualidades que cada uno tiene para influir en los mortales jacarandosos como yo; pero ahora entiendo que si Dios ha querido protegerme de algo o de alguien, usó como ángeles a las personas que están a mi lado; familiares, amigos, conocidos o hasta desconocidos que han sembrado, erradicado, cambiado, o perfeccionado ideas, actitudes o errores en mi.
Por otro lado, ¿no son esos mismos ángeles los que han demostrado mis capacidades y talentos? Si… los mismos talentos que he comentado aquí, las mismas habilidades que he presumido, las mismas destrezas que aun mantengo ocultas, igual de inútiles a dos alas sin desplegar por físico miedo. Temo que mi traje se queme con las llamas y temo no rescatar a la pequeña niña del fuego. Temo sentirme un héroe.
Este fin de semana fue mortal, la migraña, la ausencia de muchos blogger en mi galaxia (y el silencio del blogger No 20.000 que no dijo “esta boca es mia”), la cantidad de ideas, de canciones, de escritos, de dibujos, cosas que siguen brotando y que antes eran un manantial constante, ahora son un río poderoso e imposible de detener. Temo no poder controlar el caudal, temo no poder utilizarlo, temo llenar cuadernos, hojas, papelitos con tantos pensamientos que al final serán una gran nada, que serán un montón de basura que no llegarán a nadie… que no valieron nada.
No se por donde comenzar… no se siquiera en que lugar del alma guardé mi propio traje de héroe. No se en que esquina me espera el ángel predestinado a ayudarme en esta época de ignorancia personal… pero quiero tener fe en su existencia.

martes, 13 de noviembre de 2007

Dejame inventar un cuento...


Quise participar en un concurso de cuentos... luego de escribirlo me enteré que no podía ya que no estaba estudiando actualmente.... entonces... me gustaria regalartelo... ¿lo quieres?...
Con una habilidad artística, Blanca esparció las cartas de una baraja ancestralmente utilizada, mientras murmuraba palabras que el Presidente sintió llenas de poder y no trató, como en pasadas ocasiones, entender una sola de ellas.
“Presidente – ordenó blanca poniendo un toque de falso misterio en la voz – parta la baraja” el Presidente estiró la mano temblorosa y dividió en dos el montoncito de cartas. Esa noche, cuando se iba a la cama, el Presidente miró otra vez la misma mano con la que había dividido las cartas y notó unas manchas pequeñas y cafés; se le hicieron conocidas, las vio en las manos de su abuelo el día que llegó con un venado a la finca donde vivían en ese tiempo. El venado era pequeño y trataba de librarse de los gruesos brazos del anciano, a lo que el Presidente, aun niño, corrió a ayudarle a sostenerlo, tomando al venado por una pata y sosteniéndose del brazo de su abuelo con la otra. Ahí estaban esas pecas cafés y desagradables de anciano marchito, que hicieron que el Presidente, aun niño, soltara con asco la mano del viejo.
Se miró de nuevo la mano y pensó que no le gustaría que sus nietos soltaran con asco su mano de anciano marchito. El presidente apagó la lámpara de su lado de la cama y la habitación quedó en una oscuridad azul impasible. Su esposa dormía con un sueño pesado desde hacía dos horas, cuando le había prometido no tardarse más que unos minutos para seguirla a la cama, pero entre papeles y llamadas se le hizo tarde. Ella dormía dándole la espalda, como siempre lo hizo, y el la miraba dormir, como siempre lo hacía desde que era Presidente, desde que ella se había convertido en el único punto de paz y descanso al que él que lograba llegar durante todo el día.
Un lejano reloj campaneó la una de la mañana y solo en ese momento el Presidente recordó su existencia. Siempre escuchaba ese lejano reloj que parecía dar la hora desde una lejana habitación, las noches cuando el sueño no llegaba. Había prometido decenas de veces que a la mañana siguiente buscaría la habitación del reloj, solo para conocer ese misterioso elemento que surgía de entre las sombras y los sueños ausentes; pero al despuntar la mañana, la existencia del lejano reloj terminaba, nunca lo había escuchado sonar a la claridad de un día.
“Presidente – había dicho Blanca con su voz de falso ceremonial – tiene dos posibles caminos para recorrer; si se hace a un lado en las próximas elecciones posiblemente muchos los recordarán… si decide lanzarse a la campaña, tenga la seguridad que será elegido, pero su mandato no llegara al día final y su nombre ciertamente nunca será olvidado”
Blanca no había dicho nada más, nunca decía nada más que lo que los naipes le contaban. Desde esos tiempos en que engañaba a la gente dictándoles conjuros falsos y encontrando en la baraja solo “envidias y desvanecimiento del dinero como si fuera agua”. Todo hasta el día que atendió al Presidente por primera vez, no siendo más que un concejal sin mayores aspiraciones, pero que al cortar la baraja dejó para ella, por primera vez, algo más que las variopintas cartas heredadas. Lo vio perfectamente dibujado en un futuro, lo vio con su esposa el día del primer atentado, lo vio congresista, lo vio en el matrimonio de su hijo y en el bautizo de su primer nieto; lo vio en medio de una operación y lo vio triste asistiendo al funeral de su bruja de cabecera. Las cartas ciegas de Blanca fueron creadas únicamente para guiar el destino de ese hombre silencioso y amable. El único al que le repitió sinceramente lo que ya habían dicho las cartas.
El presidente pensó en las palabras de Blanca y se encontró a si mismo, apegado al poder que había conocido ocho años y al cual le había entregado todo su tiempo y su condición física. El espíritu del Presidente amaba ese poder que el cuerpo ya comenzaba a rechazar: su cabello estaba completamente gris, las arrugas de la cara, el dolor en la rodilla derecha y sobre todo las horribles pecas cafés en las manos. De pronto, un pensamiento cruzó su mente y le erizó los vellos de la nuca, ¿acaso Blanca se refería a la muerte interrumpiendo el final de su tercer periodo como mandatario? Entonces comenzó a pensar la muerte como una enemiga lejana que hacía mucho no recordaba; sintió miedo y quiso llamar a su esposa que seguía de espaldas a él, pero sintió vergüenza. Aun no era el tiempo de morir, aun había muchas reformas que hacer, tenía planes, obras, leyes, tenía muchos papeles sobre su escritorio y cada día eran más. Entonces sintió un arrepentimiento profundo; debió haber pensado en su esposa, en sus hijos, en su nieto, en las cosas de la finca, en los caballos que no veía desde hacia mucho tiempo. Pensó que estaba reemplazando al ser humano con el Presidente y se arrepintió de ello. Hacia mucho no descansaba; los días se habían convertido en una cadena de momentos repetidos donde murieron la siesta después del almuerzo, la lectura de libros novedosos, las visitas dominicales a la discotienda del centro comercial. Únicamente había logrado mantener viva la Misa en la catedral (aunque la silla ahora era preferencial) y los almuerzos del sábado con la familia; esos momentos eran los que le recordaban que aun estaba vivo.
Otro pensamiento lo golpeó con más fuerza que el anterior. ¿Sufriría un golpe de estado? ¿Enlodarían su nombre con acciones pasadas y errores olvidados? ¿Matarían al político y eso evitaría llegar a un final de su periodo? La somnolencia que había comenzado a sentir se esfumó de inmediato, pensando en los enemigos políticos que poco a poco se iban convirtiendo en enemigos personales, pensó en los rostros sonrientes que almorzaban con él bajo el calor ardiente de la costa o el frío monótono de la capital, los cuales brindaban a su salud cuando por dentro lo veían como un enemigo mas, emborrachado del poder que había conseguido y cuya existencia no se justificaba en nada mas que en una patria ajena y detenida en el tiempo. Entonces comprendió que sería más doloroso morir como político que como persona y eso lo volvió a hacer sentir mal.
La mañana llegó y la primera dama se despertó sola, con la sensación de haber estado sola toda la noche.
La consejera Presidencial llegó con tres periódicos del día y un bolso escandalosamente combinado con sus zapatos nuevos, ingresó al despacho del Presidente y saludó prosiguiendo con una tormenta de palabras que cayeron pesadamente sobre el hombre que no la miró. Ella se quedó callada y lo observó parado frente al reloj de péndulo, con las manos a la espalda, similar a un militar que espera ordenes.
El presidente estaba en otro lugar, en un mundo donde solo existían él y el reloj de péndulo; respiraba al compás del segundero, mirándolo como si nunca lo hubiera visto en su vida. Le pareció hermoso, genial, enigmático, tan silencioso que no entendía como podía perturbar sus noches y provocar insomnios.
La consejera se sentó y respirando profundamente dijo – ¿le pasa algo Presidente?
El reloj comenzó a tocar unas campanadas sordas, secas, y el Presidente parecía envuelto entre el sonido del mismo. Esperó que terminara el eco de las seis de la mañana cuando giró para ver a la mujer sentada en el sillón verde y le dijo imitando la voz de falso que protocolo que usaba Blanca:
- ¡Haremos campaña para un tercer periodo!-

viernes, 9 de noviembre de 2007

El dulce placer de la espera

El pedido era específico. Le pedí a la vendedora un libro de aquel escritor estadounidense que hacía mucho tiempo me tenía con el deseo genuino de mezclar sus letras con mi ocio. “Por la compra de este libro le damos este de obsequio joven” dijo ella de una manera prefabricada que no demostraba ningún entusiasmo, acaso por el cansancio de una larga jornada laboral. Sobre el mostrador puso mi libro y el libro de obsequio. Un libro de autoayuda. Mi repulsión es inmediata; nunca leeré un libro de autoayuda a menos que se trate de un ejemplar de “Hágase millonario escribiendo libros de autoayuda” Más de quince minutos, susurros melosos y miradas coquetas logré que la señorita me cambiara el libro por una novelita desconocida de un famoso periodista peruano.
El libro del escritor americano sigue en el estante de mis libros, en su envoltura original. La novelita del escritor peruano me envolvió con una facilidad sorprendente, donde la simpleza de su lenguaje, la nitidez de la historia y la humanidad de sus personajes.
Luego… Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.
Muchas veces he tenido una idea concebida de lo que quiero, de los detalles especiales que espero… hasta del color de ojos y del nivel cultural…
Pero quizás ese complemente esperado, esa mitad que me falta, está en un empaque diferente, con un titulo distinto al deseado, entonces ¿Cómo saber cuando llega quien debe llegar?
Simplemente por instinto… amar por instinto… dejarse llevar por ese vendaval de sentimientos que golpean de repente y te dejan sin sentido, sin orientación…
¿Errores? ¡Todos los del mundo! Porque lastimosamente el corazón es iletrado, analfabeta, desconocedor de los grandes misterios que se enredan en la maraña de laberintos que se pierden en el alma.
Las lluvias han arreciado en esta parte de la galaxia… los amaneceres fríos me recuerdan lo gigantesca que resulta una cama en soledad y algunos recuerdos son lo único que sirve para mantener viva la hoguera. Recuerdos de tiempos donde fui feliz, recuerdos que me gritan que he vivido.
Ahora solo quiero liberarme de mis pretensiones, liberarme de los conceptos preformados, de lo que quiero, de los detalles especiales que espero… hasta del color de ojos y del nivel cultural… disponiéndome a encontrar las palabras de amor más hermosas, en un libro que aun no he encontrado.
Ahhh... pero un libro habló de esperar... ahora esta en cine.... asi que para mirar paisajes Colombianos, escuchar a Shakira y llorar a Marquez... ¿Nos quitamos el sombrero?

Love in the Time of Cholera - Trailer

¿Cuanto estarias dispuesto a esperar por un amor?

martes, 6 de noviembre de 2007

Humilde opinión personal


Pues resultó que Dumbledore es Gay (véase el barbudo omnisapiente personaje de Harry Potter)… bueno creo que los diarios y los noticieros ya han gastado suficiente tinta en el tema para que yo continué con él, pero más allá que esta sea una ocurrencia solapada de la escritora para incrementar las ventas de su ultimo libro (acción por demás innecesaria, creo yo) mi punto es, ¿Qué es lo que hace particularmente interesante esta historia? ¿Qué un gay pueda finalmente ocupar un cargo sin miedo a la soledad, sin culpas y recriminaciones personales? ¿Qué un personaje homosexual pueda llegar por su propio sudor a un lugar privilegiado en la sociedad sin necesidad de ser el peluquero de Madonna o el Chihuahua de Paris?
Siempre he pensado algo -y a continuación siguen una serie de ideas muy personales- que la población gay debe, quiere y tiene que reclamar su derecho al anonimato, ojo, no confundir con el closet.
Hace tiempo quisieron proponer una campaña legislativa en Colombia para dar una tanto por ciento a las mujeres y a los gay en los empleos públicos. ¿Eso parece justo? ¿Acaso es necesario explicar a quien le compro chocolates, con quien paso mis fines de semana o con quien me acuesto, para conseguir un empleo? No, no me deben elegir por ser gay, por ser hetero o por ser bi, porque no será mi historia sentimental o sexual la que madrugue cada día a ponerle la espalda al sol y al trabajo. Hemos tenido en nuestra sociedad Grandes Hombres y Mujeres y pare de contar; la sociedad LGTB no deja su condición de Hombre y de Mujer (bueno, sin operación no) y por tanto no pierde la dignidad humana que ello representa. Si en un grupo de diez aspirantes uno es el más apto para el puesto y precisamente es un gay, ¡que el cargo quede en sus manos!, pero si es un chico hetero o una chica, al diablo con los demás, el empleo debe ser para el mejor.
En este peregrinaje llamado vida he encontrado cualquier cantidad de individuos de toda marca y calidad: el gay re-marica y payaso, el chico serio y aplomado, la chica hombruna y la “modelo” de niña, todos con sus cosas buenas y con sus cosas malas, algunos de los que llevarías a tu casa y otros con los que ni siquiera compartirías una noche de copas.
En mi caso soy gay, sin complejos, sin represiones, nacido en un hogar demasiado liberal y lo cual me facilitó aceptarme desde siempre. Nunca he puesto como tema familiar mi condición sexual, porque ser gay no me hará mejor ni peor hijo, hermano o
sobrino. Si mis amigos sospechan, pues que sospechen todo lo que quieran, porque para mi, el camino más sencillo sería que me preguntaran, pues con toda la sinceridad del mundo les respondería que si, porque ser hetero tampoco me haría mejor amigo. Trabajo en un trabajo para hombres, soy un hombre hecho y derecho, completamente independiente desde mis 13 años y aprovechando mi libertad sin convertirla en libertinaje. Creo en el amor, desconfío de la política, presumo de mi inteligencia y a veces trato de ocultar mis errores. Soy una persona como todas las demás, que pago mis impuestos, facturas de agua y electricidad, las cuotas de mi tarjeta de crédito, entonces, ¿en que medida, si fuese el mago más poderoso de todos los tiempos, quisiera que se hablara de mi homosexualidad? ¡Pues eso depende del tipo de biografía que estuvieran escribiendo, por supuesto! Rowling simplemente nos contó con impecable fantasía la vida de un niño mago y de su Maestro, un poderoso mago que debía protegerlo y transmitirle su conocimiento, no era el oficio de la Señora escritora explicarnos las noches de cama entre el anciano mago y su amigo Grindelwald.
Con todo esto, bien pueda cada quien sacar a la luz su homosexualidad para vender su música, su arte o sus libros, no es mi problema ni me afecta en lo absoluto y para juicios y prejuicios ya hay una sociedad encargada de ellos, yo solo dejo claridad de ser quien soy, saber lo que quiero y cuando digo ¡viva el anonimato! También estoy diciendo ¡muera el closet!

jueves, 1 de noviembre de 2007

Mimetismo...


“¡Este disfraz fue muy costoso!” Gritaba Mamá corriendo tras de mi por toda la casa, blandiendo en su mano un colorido trajecito del pato Donald, mientras yo, un poderoso y muy cómodo vaquero, huía ante la posibilidad de el deshonor escolar.
Dos horas después y firmemente convencido por las nalgadas de Mamá, iba entrando por la puerta de la escuela como un primoroso pato de corbatín azul, cola de espuma y sombrerito.
Los disfraces siempre han sido muy útiles, o acaso ¿Quién no ha visto la espectacular escapada del protagonista de la película, que escapa disfrazado de viejita jorobada, de cura o en el mejor de los casos disfrazado con el uniforme de sus propios enemigos? Si, los disfraces siempre han sido útiles… más para aquellas personas que necesitan esconder un lado oscuro.
“Si yo te quise fue porque creí encontrar en ti la mitad que me faltaba. Si torcí las redes de mi destino y de mi cotidianidad fue simplemente porque sentí que esas manos, que tocaban mi cuerpo como fuego abrasador y despiadado, eran un sinónimo de voluntad infinita, de deseo sin medidas… simplemente de amor.
Pero no… tus ideas eran lejanas a las mías, tu camino era torcido y sin retorno y en esa medida era imposible recorrerlo contigo. Por eso me fui, como se van los años, sin posibilidad de retorno.
Fingiste bien, tu mascara era hermosa, tus sentimientos fueron armados con perfección arquitecta. Nunca pensé que el corazón que puse en tus manos estaba en peligro absoluto. Nunca pensé que el corazón que puse en tus manos había de retornar a mi pecho en pedazos. Nunca pensé que mis sueños, diseñados para encajar en tu cuadriculada vida, no eran más que una perdida de tiempo. Yo perdí mi tiempo, pero tu… ¿acaso tu único objetivo era dejar mis sentimientos vueltos jirones? Si, creo que si, nada te motiva, nada te guía, no hay en ti encendido ese fuego devorador que consume vorazmente todas las esquinas del alma y enciende e ilumina el deseo de amar y de sentirse amado. No, es un trozo de hielo lo que hay en tu alma, un trozo de hielo disfrazado de ternura. Un perfecto disfraz.”
De todos los colores, de todas las formas… los disfraces ocultan, suprimen, dan forma a reacciones de gusto o disgusto. Temo a los disfraces, especialmente si son de payaso y huyo de otros disfraces, especialmente si ocultan el alma.
Este soy yo, envuelto en un frío invernal que me obliga a abrigar hasta el alma, mirando como preparo mi propio disfraz, el que oculta las debilidades, las lágrimas, los sueños inconclusos, las metas lejanas; aquí estoy arreglando el disfraz que esconde las impotencias y las dudas, mostrando un ser de sonrisa triunfadora y mirada forastera. Aquí es donde preparo el maquillaje para transformar la debilidad en majestad de ángel… de ángel oscuro.

lunes, 29 de octubre de 2007

Legitima defensa!


Hace mucho tiempo teníamos una perrita en casa. Era una dálmata vieja y célibe que había pasado por todas las casas de mi familia a medida que fue creciendo; el hecho es que pasado el tiempo, cuando un gatito huérfano llegó a casa y se rehusó a recibir comida de cualquiera de nosotros, fue ella quien se encargó de amamantarlo, contradecir la naturaleza de su genero y de su castidad para dar un aliento a quien lo necesitaba, pero el gatito también creció y con cada cena lastimaba a su canina madre. Un día, ella se rehusó a continuar con su noble labor; estaba cansada.
Ayer Colombia estuvo en lo que nuestro Presidente llamó La Fiesta Democrática. Las elecciones de alcaldes, gobernadores y diputados dieron rienda suelta a los deseos de cambio de algunos, de poder de otros y de dinero de los demás.
Ya les conté que hace más de dos meses me mudé a un pueblito donde todo ocurre sin mayores pretensiones, sin que nada afecte la gris armonía de su gente, pero las elecciones de ayer caldearon los ánimos. El candidato A (véase el candidato con mayor aceptación popular) era el ganador hasta las 6 de la tarde. Las personas gritaban arengas, quemaban voladores y se sentía la alegría de quien recibe la recompensa a todo el esfuerzo de una agotadora campaña. Pero a las 7 de la noche sorpresivamente el ganador fue el candidato B, un pupilo del actual alcalde y continuador de una obra muerta y sin destino. Hubo desconcierto, se callaron los voladores, las caras largas y las explicaciones buscadas infructuosamente eran el común denominador de la noche.
Pero esos gatos ya habían lastimado mucho a quien los amamantaba, era hora que el pueblo lánguido y desangrado se negara a seguir amamantando esos hijos ingratos que ni siquiera habían nacido de sus propias entrañas.
Vi la muchedumbre llegar hasta el lugar de reunión de lo ganadores. Vi negros, indios, pobres, adinerados, jóvenes, viejos… todos exigiendo una explicación, inicialmente en forma pacifica, pero llegó un momento en el que el silencio de las autoridades avivó la impotencia de la gente, convirtiéndola en una fuerza incontenible que comenzó a descargar la ira en un auto, que terminó volcado frente al lugar de resguardo de los entonces atrincherados ganadores. Las piedras volaban, la gente corría, los gritos enardecidos pedían quemar las casas de los “tramposos” y la anulación de los “comicios fraudulentos”. La madre que los había amamantado por tanto tiempo estaba cansada, los pechos adoloridos de un pueblo manaban sangre y era hora de destetar esos hijastros traidores y aprovechados.
Pocas veces he hablado de política en mi espacio, pero hoy no vine a hablar de ella, hoy hablo de elecciones, del cansancio de la gente, de las decisiones mancilladas por las conveniencias de unos pocos, de las limosnas que alimentan a muchos para poder entregar los millones a unos pocos. Los pobres son cada vez más pobres para poder hacer a los ricos más ricos, entonces es cuando justifico que el pueblo levante sus carteles, componga sus arengas y se lance a las calles a hacer valer sus derechos.
¡A la carga! A defender el divino derecho de elegir los destinos del pueblo, de elegir quien guiará al pueblo hacia un futuro próspero. ¡Que se levanten las multitudes y las madres salgan a defender el mundo que habitan sus hijos! Que la legitima defensa comience en los pueblos olvidados por las leyes y el progreso, para que se extienda hasta los últimos rincones de una republica creada para proteger a sus habitantes. ¡Que los hombres y mujeres luchen por el pan de sus hijos, pero nunca al nivel de los perros terroristas de la guerrilla y los paramilitares, que masacran campesinos y corrompen las universidades, demoliendo el pueblo que dicen proteger! Que la lucha no sea contra la policía y los hombres dignos que se ganan la vida protegiendo las entidades, no; que la lucha sea demoliendo las ideas retrogradas, evitando que los hijastros malagradecidos sigan succionando la savia de vida que corre por las venas de los pueblos dignos y pequeños; que prime el deseo del pueblo y que este verdaderamente sea superior a sus dirigentes. Que nunca sea la voluntad del mismo pueblo la que deja caer la guillotina sobre su cabeza. Quizás las banderas y los gritos no sean la mejor manera de imponer la decisión popular, pero ¿Qué hacer cuando la diplomacia ignora a los que hablan despacio porque hablan desde la pobreza?
Aun no sabemos como termina esta historia. La calma ha regresado después del anuncio de comisiones para una minuciosa revisión de las elecciones locales; solo queda esperar que la memoria popular no sea volátil y que no se acepten las conveniencias de unos pocos, engordados con el dinero de todos.

sábado, 20 de octubre de 2007

son solo cosas viejas...

.... jfT: Olvidarte? Hay pedacitos de mi corazón a los que nunca les escribo de olvido


Cosas viejas... mas cosas viejas... no se de donde proviene el poder mistico de las cosas viejas para reproducirse en épocas de mudanza, pero aparecen en los sitios más insolitos y de las manerás más ilógicas, como la cajita que se cae y decubre un contenido de muchas cartas, ocultas para sanar heridas.
Tomé una conocida, tenía escrito un numero 38 en ella y con solo verla reconocí la ultima escena en una particular etapa de mi vida, hermosa por demás.

Esta es la ultima carta que te escribo. Hoy encontrarás aquí toda la pasión y la fuerza con la que te escribí cientos de cartas, muchas de las cuales no tuve el valor de entregarte. Hoy usaré las mismas ganas con las tantas veces te pedí amor, para decirte que después de todo el tiempo que estuviste y de todo el tiempo que decidiste no estar, por favor, ya no me quieras.
Se que no llorarás y no esperaba que lo hicieras; sabes que no lloraré aunque esperabas que lo hiciera.
“Mi táctica fue mirarte…aprender como sos… quererte como sos… mi estrategia en cambio fue más simple y sencilla; mi estrategia fue que algún día por alguna razón y por cualquier motivo, por fin me necesites.”
No se si recuerdas eso… son retazos de un poema que trascribí hace meses para ti y siempre esperé que se pudiera cumplir. Siempre esperé que llegara el día en que me necesitaras, de la misma manera que te necesité todo ese tiempo. No fue posible. Siendo realistas aunque estábamos en la misma frecuencia, no esperábamos lo mismo, no buscábamos lo mismo, no pudiste ver en mí el tipo de persona que querías para compartir tu tiempo. Se que dirás que es por tu familia, la represión maternal y todo lo que habíamos hablado. Pero yo hablaba de poner tiempos fugaces dentro del tiempo posible.
No. Tú no entendiste mi manera loca de querer, de querer con el alma y con el hígado y con todo el ser. Tú ubicabas el amor en un solo músculo, tú pretendías solucionar la vida con veinte centímetros, pero, ¿El corazón? Yo no tengo corazón por accidente, en mi pecho él tiene vida propia; siente, ama, goza, vivé, se muere por entregarse completo y sin reservas. Tú no tienes corazón. Una mezcla de cenizas y nervios son las que mueven tu sangre a lugares oscuros y apartados de tu anatomía.
Pero un amor que no se alimenta no sobrevive y destinaste al mío al más solitario de los desiertos… ja, olvídalo, ¡que sabes tú de soledad! Tu cielo feliz y tus amigos perfectos hacen parte del mundo que nunca quisiste enseñarme. Y me hice a un lado, y te deje en tu mundo y fuiste feliz y no recordaste mi nombre.
Yo, ya ves, sobreviví… logre salir del pantano en el que me dejaste. Mis heridas están sanando y los sueños que rompiste en pedazos construyeron una colcha de retazos que me supieron abrigar. No te necesité para poder vivir. No te necesito para poder vivir. Tú tampoco me necesitas, nunca lo hiciste y cómo te envidio por eso. Nunca te moriste por un beso como yo, nunca lloraste de amor como yo, nunca sufriste por ausencias como yo. Pero he aprendido, he cambiado, soy el nuevo ser que tú quisiste que fuera, soy lo que tú creaste, pienso como tú quisiste que pensara, entonces, ¿Qué reclamas? ¿De qué clase de amor es que vienes a hablarme?
No me busques por favor. No me ames. En la medida de tus posibilidades no me pienses, yo dejé de hacerlo hace mucho y eso me hizo bien. A veces miraba los retratos que siempre conservé y observaba tus ojos; es increíble que mintieras con ellos, con tus palabras… aun con tus silencios. Tus mentiras siguen retratadas en tu mirada y eso, mi dulce amigo, ni el tiempo podrá borrar.
No te puedo ofrecer mi amistad, la verdad es que confío en todos mis amigos y tú has demostrado no ser digno de confianza, pero deseo de todo corazón que alcances el cariño y el afecto que necesitas, que tus sueños se cumplan, que unos brazos te muestren que detrás de las cenizas y los nervios sangrantes, tú tampoco tienes corazón por accidente. Se que hay alguien a quien podrás amar con el alma y con el hígado y con todo el ser… entonces entenderás mis palabras, entonces entenderás mis miedos y entonces entenderás como un día, por no tener tus labios, yo pude perder la cabeza.

martes, 16 de octubre de 2007

Felinas divagaciones


El grito de mi hermanita nos llevó a todos al patio… salimos con más agallas que valor a mirar la fiera que quizás iba a atacar a la pequeña. Pero resultó que el grito no era de miedo si no de asombro y que la fiera no era más que un gatito que había entrado en la casa y había decidido tomar una siesta en el recogedor de basura.
¡Es mío – argumentó la niña- yo lo encontré! Pero ninguno iba a pelear por un gato tan feo, tan flaco y tan falto de gracia.
Pasaron dos días. Papá gritó “¡el gato se va!”… los niños gritaron “¡el gato se queda!”… Mamá zanjó “¡si el gato se vuelve ladrón lo tiró al techo!”… yo me acosté a ver TV sin opinar al respecto, cuando llegó la peluda manzana de la discordia. Ronroneo, maulló e hizo sonidos que no tenía ni idea que hacían los gatos, buscando mi atención; lo alcé y lo puse en el pecho, el dio algunas vueltas y se acomodó bajo mi brazo. Mientras todos peleaban por él, él todo lo que quería era escapar al frío de las lluvias de octubre.
Ahí estaba yo, acostado riendo a morir con las repeticiones de “Will & Grace” y con el minino bajo el brazo. Entonces llego a pensar ¿esa simpatía repentina por el gatito es simplemente una unión de dos seres de similar origen? Quizás todo este tiempo yo también me he sentido durmiendo en el recogedor de basura; quizás yo también he querido que un brazo amigo me abrigue el corazón y lo proteja del frío de las lluvias de octubre. La diferencia está en que los maullidos, ronroneos y sonidos que mi corazón también sabe hacer, no han sido comprendidos o por lo menos no en su totalidad.
Ya en la noche, en mi casa, me puse a revisar los papeles viejos y encontré una carta que escribí hace exactamente un año; la persona en cuestión había de hacer un viaje del cual no habríamos de recuperarnos nunca…
“…Antes que nada me gustaría que supieras: NO QUIERO QUE TE VALLAS…. Es tonto, teniendo en cuenta que nos vemos muy poco y que a veces me avergüenza llamarte por no parecer intenso…. Pero me hace falta, por lo menos, que exista la posibilidad de verte, de que por algún motivo nos hablemos o por algún milagro pueda darte un beso…
Este será un largo correo, porque tengo tantas cosas atascadas y sin a quien decírselas, que creo que eres una fuente confiable para hacerlo. Espero no aburrirte, porque te aseguro, tengo más letras que palabras.
No pensé que me fueses a dejar pensándote toda la noche… no pensé que me sentiría mas solo sabiendo que no estás en la ciudad. Estar solo fue mi problema anoche.. Eso es lo que me tiene mal mi dulce amigo… me siento más solo que nunca. No tengo mi familia cerca, mis amigos se olvidaron que existo, el amor… se convirtió en una leyenda que no se a ciencia cierta si existe. Todas esas cosas me tienen triste. A veces creo que no vivo, sobrevivo en un día a día que se basa en adivinar cada mañana que será mi almuerzo porque es lo único que no tengo previsto, de resto no es mas que una rutina continua, constante, aburrida y simple. Con las ganas constantes de gritar o salir corriendo, viendo como mi vida se consume en días iguales, sin ser nada ni nadie, dejando de existir para el mundo porque cuando cierro la puerta de la madriguera no hay nadie que me recuerde. No creas que trato de inspirar lastima ni que soy fatalista… solo te cuento las cosas que nadie se imagina, porque quizás a nadie le importa. Es por eso que cuando algo (como Tú en mi caso) llega y cambia la monotonía de las cosas, ese algo se vuelve importante para mí. Esa es mi explicación al placer físico, emocional y sexual que siento de tenerte cerca, por lo menos, en la misma ciudad. Ahora solo queda conformarme con tenerte en el mismo país, ¿verdad?...”
En este punto mi corazón era completamente felino. ¿Quién podía culpar al gatito por buscar una casa llena de amor infantil para cubrir sus necesidades básicas de cariño? ¿Acaso no es la búsqueda de la felicidad nuestro único derecho y deber cósmico?... Un rayó cruzó el cielo con su ruido atronador y un nuevo aguacero comenzó a arreciar, entonces me sentí tranquilo: conociendo los niños, alguno se las había arreglado para rebasar las medidas de seguridad de Mamá y el gato debía estar acurrucado bajo las sabanas calientes…
Ese es el destino incuestionable de todos los gatos vagabundos, de todos los corazones vagabundos cuyo anhelo es encontrar abrigo en las noches de lluvia. La felicidad es el destino inevitable si se tiene un enfoque directo, si se sigue el camino sencillo sin importar que en este momento estemos durmiendo en el recogedor de basura; tarde o temprano un ángel nos salvará, con un grito de alegría y un abrazo tierno para quedarnos el resto de la vida.

sábado, 13 de octubre de 2007

Bienvenido!!!


La suerte está agazapada en cualquier esquina, esperando que la busque, pero por primera vez andaré totalmente desprevenido; así, cuando ella decida presentarse fingiré sorpresa.
Los años no son nada… doce meses cumpliendo la interminable labor de volvernos viejos e inútiles, pero conocimos una mejor jugada, aprendimos a darles el mejor de los usos: nos convertimos en fábricas ambulantes de recuerdos.
No me gustan los pasteles, pero definitivamente me encantan los pasteles de cumpleaños. Quizás porque es el recuerdo más fabuloso que tengo de los cumpleaños de mi infancia: Mamá me preparaba con sus propias manos el pastel para la fiesta. Eran unos pasteles enormes y llenos de pepitas de colores que comenzaba a preparar desde el día anterior, entonces mi única preocupación era esperar los utensilios sucios de dulce para darle gusto a mi golosa ansiedad. Para mí los pasteles de cumpleaños aun guardan ese dulce placer de las manos de Mamá preparándolos, dejando pedacitos de amor con los que no se decora para la vista… se decora para el alma.
Alegria, Come un lampo di vita

Alegria, Come un pazzo gridar... Alegria.
Del delittuoso grido bela ruggente pena, seren

Come la rabbia di amar, Alegria... come un assalto di gioia
Se acercó a mí con la suavidad etérea de una fiera hacia su presa. Mi cuerpo minutos antes había caído bajo el dictatorial instinto romántico–ilógico que detiene los pulsos, acelera el corazón, agita la respiración y borra las ideas. Mis piernas eran de jabón y mis manos eran una fuente incontrolable de sudor. El beso lo había esperado desde dos citas atrás (nunca me he sentido lo suficientemente confiado para dar el primer paso hacía un beso).
No sabía entonces que el corazón, que entonces latía con fuerza y con decisión, estaba creando las razones por las cuales habría de partirse en pedazos ocho meses después.
Alegria, I see a spark of life shining

Alegria, I hear a young minstrel sing

AlegriaBeautiful roaring scream of joy and sorrow...So extreme

There is a love in me raging, Alegria

A joyous, magical feeling
Miré por la ventana y me di cuenta que el nuevo día había llegado. Su cuerpo había dejado en mi cama un olor indescifrable que me envolvió durante un largo tiempo en ese éxtasis fabuloso de quien tuvo una espectacular noche. Las noches solo son espectaculares porque cada noche tiene un amanecer… entonces, ¿solamente son hermosos los momentos que tienen un final?
Alegria, Como la luz de la vida

Alegria, Como un payaso que grita

Alegria
Del estupendo grito, de la tristeza loca... Serena

Como la rabia de amar, Alegria... Como un asalto de felicidad
El encanto de los pasteles no residía en el hecho mismo de comerlo, el encanto estaba presente en cada movimiento de Mamá al prepararlo; en la dulce espera saboreando a escondidas los utensilios sucios de crema. La fascinación por los besos no era el verbo “besar” en su literalidad; el placer estaba en la ardiente paciencia que acompaña la expectativa, en los movimientos erráticos de las manos que se toman y tiemblan sofocadas la una en la otra. Entonces comprendí aquellos que dicen que el privilegio de la vida no está en el objetivo sino en el camino hacia él. Todas las acciones responden a la misma regla, todo el orden humano se mueve en la misma orbita: el dulce placer de la espera.
Esperé su llamada al calor de café de las mañanas; mirando la lluvia caer después de ser un soleado perfecto; entrenando al medio día en el gimnasio; preguntando como modificar el lenguaje html que me permitiera modificar el fondo de mi blog; leyendo, durmiendo, soñando. Esperé la llamada contando los minutos en mi particular manera de ver la vida y me encontré en silencio, con un objetivo tangible y un deseo enorme.
La llamada llegó, se condensó, cambió y concluyó en el olor que dejó su cuerpo en mis sabanas la noche anterior. Entonces descubrí que había perdido la magia de la espera; las posibilidades fueron una certeza y ya no había razón para mirar al reloj y al móvil simultáneamente.
“Esperar” ahora se ha convertido en “El divino arte de esperar”… donde los momento buenos o malos son los que marcan las pautas del guión y del aprendizaje, donde los latidos sin dueño que lanza mi corazón me preparan para ser una mejor persona, y donde las manos temblorosas aguardan por otras manos que las abriguen y las acompañen a encontrar la puerta principal de la vida. Esperaré paciente porque he decidido que ya nunca volveré a entrar a la vida por la puerta de atrás.

miércoles, 10 de octubre de 2007

...fin del primer ciclo


Su lugar. Mis ganas. Sus ímpetus. Mis miedos. Sus presunciones. Mis reservas.
Nos vimos en su casa, tratando de ignorar el calor de azufre que despertó desde hace dos semanas y que los meteorólogos auguran hasta el año próximo.
Las detestables citas a ciegas tienen un componente especial que las hace fascinantes: la posibilidad de que, tras un golpe de suerte, la vida cambie y la felicidad comience a sonar entre los latidos del corazón.
Pero los golpes de suerte que se esconden en los juegos de azar, la lotería y las citas a ciegas son asignados a los príncipes de los cuentos infantiles, no a los mortales simples y sencillos como yo.
Él era una persona como todas y hablaba como ninguna. Tenía un encanto personal que lo hacía bromear con total fluidez, discutir con certeza y seducir con efectividad.
Yo fui presa fácil… soy definitivamente una polilla cuando una deslumbrante llama aparece frente a mis narices y este caso no sería la excepción. La noche llegó con la correspondiente despedida y las promesas de rigor de volvernos a ver cuando los vientos favorables soplen en nuestros veleros.
Me senté en el sillón azul y miré la noche detrás de la ventana; me hubiese gustado mirar la noche a su lado. ¿Acaso había ido a la cita esperando encontrar alguien que mire la noche conmigo? Se que así es, se que más allá de el sexo desenfrenado y el sudor sobre las sabanas lo que me conduce es el deseo inmortal de encontrar a alguien que entienda mis palabras… y aprecie mis silencios. Pero los silencios se fueron alargando y miré varias veces mi móvil de reojo, deseando que despertara del letargo que mantiene. No paso nada, nunca sonó. Pasaron los días y nunca sonó más allá de la llamada obligada de mi madre (aun cuando vive a dos cuadras de mi casa).
Este soy yo, con las manos en los bolsillos voy pensando en una fotografía que me prometieron de las hojas otoñales cayendo… es lo más bonito que puedo pensar por ahora, las ideas se me escapan, se cruzan con los deseos que mantengo y que jamás se cumplen. Pero, ¿Si está tomando el tiempo de rigor para llamarme? ¿Si está esperando que yo le llame primero?... ¿Cuanto tiempo debe pasar antes de realizar una llamada después de una cita?
Yo soy de aquellos que no cuentan el tiempo por minutos si no por latidos de corazón… así que mi lejana galaxia se mueve con una sincronía diferente, desesperante… mortal.
Ahora me sentaré en la banca de un parque… papel y lápiz en mano convocaré al Aprendiz de Músico que llevo dentro y que tiene una labor inconclusa; la labor de prestarle sueños y palabras a un ángel oscuro que quiere evolucionar, que quiere escribir una hermosa canción para finalizar el ciclo. El aprendiz debe ponerse a trabajar.

Pues a Adán le salio más barato dar una costilla
Yo ya llevo mil sueños, mis noches y cartas de amor
Una luna, un poema, las frases que a veces me invento
Para darle ilusiones vacías a mi corazón

En un blog que alimento con sal de la sal de mi venas
Yo pondré las diez cosas que espero en mi vida encontrar
Comenzando por versos de amor en las noches serenas
Más los besos del fondo del alma que me quieran dar

De tercero pondré alguna noche buscando una estrella
De esas viejas, que guardan las penas de algún soñador
Otra noche con quien no ha llegado y que vale la pena
Pa’ entregarle ese sueño pequeño que no se cumplió

El café de mis mañanas más lluviosas
La canción que llamaré “numero seis”
La promesa que hay entre pecho y espalda
Y que juro por mi Dios que cumpliré

Ocho besos te daré cada mañana
Nueve veces te diré cuanto te quiero
Solo dime si es que existes, ¿Dónde vives?
Pues lo dijo Garcilazo “Por vos Muero”

Mi decálogo sale algo chueco, parece incompleto
No hay decálogo que finalice en el numero nueve
Pero, amor que nació solitario jamás es perfecto
Y el que tengo, para que negarlo, creo que ya por vos muere

viernes, 5 de octubre de 2007

El ocaso de un tirano...


El jurado terminó su intervención y el Gran Consejo Interno comenzó la suya:
“Bien… hemos callado… nos hemos sentado en el suelo y escuchado a hombres y mujeres sabios, que tienen la virtud y el privilegio de ver esta vida como solo puede verla un espectador. Hemos mirado al futuro, hemos revisado nuestras cartas, hemos planeado nuestro juego, hemos afilado nuestras uñas… y después del largo silencio vamos a hablar con Usted.
Se le condena, señor Ángel Oscuro, a la dignidad de la muerte una vez hayan concluido los siete amaneceres de una semana. Los cargos ya han sido dichos, sus injusticias las hemos venido padeciendo por casi un cuarto de siglo. ¿Cree usted que es justo fundirnos al corazón, al alma, a los sentimientos, a los recuerdos en una sombra capaz de nublar las cosas buenas que todos tenemos?
No, no fue justo usted con nosotros señor Oscuro, usted que pregonaba justicia y se sentía atacado por todo y por todos. ¿Acaso no fueron sus elecciones las que condicionaron sus niveles de felicidad? Nadie le obligo a recorrer sus caminos. Tuvo usted la libertad de mirar sus horizontes y elegir sus destinos; provocó a su suerte, colgó sus cortinas y le puso banda sonora a la película que protagonizaba. La ambientación de cada escena fue suya y nada más que suya, pero usted fracasó, se le entregó un ser con todas las condiciones para el éxito, pero con sus miedos y frustraciones lo único que logró fue un apartamento de paredes rosadas y telarañas en las esquinas.
Lo condenamos a morir cuando muera la noche del próximo doce de octubre. Lo condenamos al exterminio, lo condenamos al destierro, pero se le concederá un beneficio, no se le condenará al olvido. Hará usted parte de la historia, porque buena o mala, usted la escribió. Miraremos su opaco reflejo para no cometer los mismos errores cometidos durante un cuarto de siglo. Su imagen será nuestra serpiente de cobre para nunca olvidar nuestro origen, pero tenga la seguridad que no viviremos en su pasado. Nadie llorará su muerte, porque un futuro magnifico borrará su régimen y sus obras. Y veremos el amanecer del próximo trece con fuerzas renovadas, sin miedo al tiempo, con sueños nuevos, con nuevas ganas. Abriremos las ventanas que usted tenía cerradas para siempre; sus miedos y sus frustraciones son condenadas también al destierro y al olvido, porque de ellas nada se puede aprender. En su honor y en nuestro beneficio conservaremos las alas, pero ahora serán blancas, nuevas, fuertes, alas de vuelo orgulloso y seguro, alas de las que usted nunca supo construir.
Señor Ángel Oscuro se le reconocerá todo el merito por las canciones, porque no se puede desconocer su talento para crearlas, para seducirnos con ellas, para dejarnos vivir a través de ellas, pero las canciones no mueren con usted, las musas seguirán llegando y aunque quizás ellas sean las únicas que lo extrañen, nosotros sabremos como seducirlas.
Señor Oscuro, esperamos que pueda usted recibir en esta ultima semana la paz que se merece, que quienes le conocieron puedan decirle adiós, porque en el amanecer del trece de octubre, los ángeles dejarán de ser oscuros.”
Todos se retiraron, el ángel oscuro miro por la ventana hasta donde comenzaba el amanecer, el inicio de su final. Puso sus manos a la espalda y las cubrió con sus alas sucias y descuidadas; miró a través de la ventana y pensó ¿Cómo falla un plan ejecutado magistralmente en veinticinco años? De repente el ángel tuvo un nuevo miedo que le heló los rincones de su humanidad disminuida, el miedo al olvido. Entonces planeó escribir, en la última semana que le quedaba de existencia, las canciones más hermosas que un ángel oscuro pueda crear.

lunes, 1 de octubre de 2007

Mudanza dulce mudanza

Particularmente siempre he sido amante de los cambios, los cuales han hecho maravillas en esta pequeña galaxia que habito. Un cambio mínimo genera una serie de hondas que repercuten en cada rincón, al igual que en la superficie del agua.
La noche del viernes, le dije a mi abuela Luisa que había encontrado un apartamento para mi solo; ella, concentrada en las noticias de la 9, simplemente me respondió con un “¿es muy lejos?”… a veces creo que el desarraigo que mantengo por las cosas que me rodean simplemente fue heredado de esa mujer, para quien es lo mismo estar sola o mal acompañada (yo creía que a los 70-y-algo es imposible darse un lujo de esos)
Ayer (domingo) para el medio día ya me encontraba yo en ese lugar
que de ahora en adelante llamaría “hogar”… con todas mis cosas (que no son más que unos muebles variopintos y una cama con historias) en una gran casa completa, un espacio mucho más grande de lo que yo necesito. Me senté en el suelo y miré por primera vez con ojos críticos el lugar: ¡es simplemente horrible! Es muy grande, las paredes están torcidas, el piso es opaco, tiene un aire extraño (como si algún día ocurrió una masacre ahí) y lo peor de todo es que es de un color espantoso, no sabía que color era, pero mi daltonismo no me impedía recibir el mensaje que la estética me enviaba.
Ese era yo, sentado en el piso, observando mi pequeño paraíso personal, elegido a mi amaño, sin
ninguna presión. ¿Era mi infierno interior el caso exacto y similar?¿Son mis inseguridades, miedo, fobias, deseos inconclusos y carencias en reflejo de mis malas elecciones y mi falta de carácter? El próximo trece serán veinticinco los Octubres que he conocido, y más allá del pastel de cumpleaños y las felicitaciones de mis amigos, la cuestión del tiempo me aflige enormemente. A mis veinticinco ¿Quién soy?... sin una carrera definida, sin un logro lo suficientemente grande que amerite la inteligencia que presumo, sin una historia linda, sin un amor memorable, repitiendo día a día las mismas cosas, las mismas palabras a la misma gente. Los octubres siempre han sido negros para mi, desde mis 18, pero el aviso de la vida es claro “mala suerte mi dulce amigo, la tierra del nunca jamás fue arrasada por un cataclismo”… cada octubre de este siglo han sido una paso mas cerca al día de pegarme un tiro. Se que todos pensarán “que fatalista”, “que tonto”, “hay mucho por qué vivir”… lo entiendo, se que la vida está llena de cosas lindas, las pampas Argentinas, Machu Picchu, Barcelona, la zamba en Rio… se que la felicidad y los sueños cumplidos son nuestra única obligación… se que mis talentos son enormes y mis posibilidades infinitas… ¡¡¡yo también hice la tarea, yo entiendo la teoría!!! Pero a mis veinticinco simplemente he logrado ganarme un sueldo mediocre, salirme de casa y dormir solo bajo unas paredes de color rosa espantoso (gracias a quien supo definir el color por mí)
He buscado en la Web técnicas de pintura que me permitan darle un aire diferente a las paredes. He mirado catálogos de mesas para llenar los espacios que sin incontables y he acudido a Mamá para que me devuelva unas
plantas que alguna vez le regalé y que no muere así uno olvide regarlas en mucho tiempo. El paraíso externo está solucionado, pero ¿Ese desorden interior que me está matando? ¿Esa realidad que se escapa de la teoría que todos conocemos? El miedo a volar no existe… es solo que aun no he encontrado el cielo para hacerlo. Mis alas siguen encalladas en el lodazal.
Fe, según leí el sábado en el catecismo de mi hermanita, es la plena confianza de que se alcanzará lo que se desea. ¿Perdí la fe en mi mismo?
Mis queridos bloggers… mis únicos amigos hoy por hoy… al ángel le duelen las ganas de reír.

viernes, 28 de septiembre de 2007

Imaginación prestada


He escuchado que las reservas, particularmente las de petróleo, son las encargadas de sacar adelante un país en caso de una emergencia extrema. Buscando en lo más profundo de mi billetera, saqué treinta mil pesos que me sacarían del aburrimiento extremo en el que me encontraba ayer.
Little Miss Sunshine es una película que había querido ver cuando la estrenaron hace varias lunas y particularmente, ayer había una función especial y después de buscar entre todos mis posibles acompañantes, decidí ir solo.
Había escuchado sobre la niña (Abigail Breslin) nominada al Oscar por su interpretación, sobre la nominación a tres más de estos premios y sobre los dos que se ganó. Había leído columnas a favor y en contra de esta película, emociones cotidianas que tienden a chocar si tenemos en cuenta que cada cabeza es un mundo.
Pero, vaciando todas las historias y lecturas previas, me lance al ruedo, armado con un Hot Dog, una bolsa de palomitas de maíz y una gaseosa.
Primero que nada, había escuchado que la niña con toda su ternura y su pancita falsa no lograban conmover a nadie. ¡¡¡Pero… que… por favor!!! Aquella escena donde la niña le dice a su abuelito que no quiere ser una perdedora porque su Papá odia los perdedores, hace a esa niña merecedora de algo más que un oscar, hace merecedora de cualquier corazón. Yo he convivido con niños el 90% de mi vida, quizás por eso sigo siendo demasiado niño para mis muchos siglos de edad, y puedo dar fe que la carita que esa niña pone al llorar, es exactamente el llanto de un niño, un llanto que no es amargo como el viejo ni terrenal como el del joven, es un llanto que expresa su nacimiento, es un llanto que marca el ahogo cuando es triste y que libera cuando es de felicidad. Yo he convivido con malas telenovelas el 90% de mi vida, y puedo decir que ese llanto postizo y obligado que lanzan las estrellitas débiles no es ni la mitad de emocional al llanto de esa pequeñita.
También me identifiqué con aquel chico daltónico quien descubre que será rechazado en la fuerza aérea. A mi me pasó lo mismo, solo que yo protagonicé mi rechazo directamente en los exámenes de admisión. Ni siquiera tenía idea de que nuestro idioma acuñara tal palabra ni que mis ojos no podían acuñar la totalidad de colores requeridos.
Esa película fue simplemente un cuento; un cuento de esos que me gusta leer. Un cuento donde los personajes son fantásticos en su simpleza y las cosas simples son maravillosamente elaboradas. Las situaciones quizás son imposibles, los personajes talvez son demasiado increíbles, el viaje talvez es irrealizable, pero, ¿acaso no es ese el recurso que nos heredaron los grandes cuentistas para cocinar una buena historia? Yo supe disfrutar esa película, mucho más que las palomitas y el hot dog. Yo saboreé el cuento que alguien construyó para mi, viéndome reflejado en una serie de personajes y situaciones cómicos, sutiles y adorables. Yo me devolví veinte años atrás, cuando todos se preocupaban porque era un niño gordo, pero ninguno se preguntaba si era un niño feliz. Yo quise vestirme con el personaje de esa niñita sincera y regordeta que hasta último momento, aun viéndose en total desventaja frente a sus rivales, saca una casta heredada de su abuelo, un hombre que a propósito, dice algo, quizas no muy apropiado, pero si demasiado profundo: “Los jóvenes no tienen excusa para consumir droga, los ancianos no tienen excusa para no hacerlo”. Yo, citando a Liniers, dejé que alguien me prestara por un ratito su imaginación para hacer más grande la mía.
Ese era yo, solo, con las manos en los bolsillos, caminando rumbo a casa. Paré en la heladería y exterminé las reservas del sueldo anterior con un helado de cereza enorme. Era hora de endulzar la boca después de haber endulzado durante cien minutos el corazón.

Little Miss Sunshine - Teaser

lunes, 24 de septiembre de 2007

Recuerdos de una noche


“¡Si! ¡¡¡Sigan damas y caballeros, niños y niñas!!! Este es el circo, aquí es donde la diversión comienza... aquí es donde la magia nace”.
Esa era mi función. Ese era mi único acto. Esa era mi labor eterna, detrás de mi gran nariz roja y mis calzones enormes de puntos rojos.
El hombre más fuerte del mundo era mi mejor amigo. Fue el quien me enseñó los trucos para hacer del maquillaje un camuflaje fenomenal; también él, alguna vez, tuvo que utilizarlo y también él, alguna vez, quiso existir más allá de esa máscara. Un día él aprendió a usar sus grandes músculos y a hacer gala de ellos. Dobló sillas, mesas, barrotes, dobló todo lo que encontró posible y dobló algunas cosas imposibles de doblar, hasta el punto en el cual los mismos elefantes no salían de su asombro. Entonces el dueño del circo comprendió que a falta de un talento para la risa, este hombre poseía el talento para asombrar los límites humanos. -Todos tenemos un talento- pensé al escuchar la historia de los propios labios del hombre más fuerte del mundo - pero el talento lo ocultamos tras una mascara y pretendemos ser un simple payaso cuando podemos llegar a ser el hombre más fuerte del mundo-
Esa noche, cuando la función terminó, me senté con mis pantalones gigantes a mirar las estrellas. Una baraja completa de payasitos enanos desfilaba frente a mis ojos, guiados por un enano más anciano que llevaba una antorcha en su mano… iban con trajes coloridos, caminando con paso militar sin moverse un solo centímetro de la línea imaginaria que el anciano
trazaba. Uno a uno, sin prisa, entraron en silencio a su pequeña carpa. No habían dejado la sincronía de su paso ni un solo instante. - Ellos, al igual que las estrellas, desempeñarían su papel mientras la función dure – pensé mirando las estrellas de nuevo- pero al igual que las estrellas, solamente su disciplina era lo que los hacia grandes, aun cuando nadie las mira las estrellas siguen alumbrando. Aun cuando nadie los mira, los enanitos son un invencible ejército al mando de un gran general-.
Me quité los zapatotes y mis pies lucieron rojos bajo la inclemencia de todo un día de pie. La uña que me había golpeado el día anterior se mostraba casi negra y tuve la certeza de que se caería. Pensé lo injustos que habían sido todos conmigo; nadie me había ayudado a pregonar entre la gente que esperaba el inicio del espectáculo. Los ruidos de un llanto me llevaron a mirar dentro de la carpa. Ahí estaba esa niña que todos decían que era la mejor en el trapecio. Estaba ensayando una y otra vez aquella parte en la que había cometido el error frente al público. Seguía llorando; la escuche llorar luego de la presentación, la escuché llorar antes de despedir la función de esa noche (luciendo una maravillosa sonrisa) y la escuchaba ahora, mientras ensayaba. También ella estaba cansada; también ella debía tener sus manos rojas y alguna uña casi negra a punto de caerse, pero no dejaba de ensayar su acto. –La niña será la mejor en el acto por siempre, no porque nunca llegan a ella los errores, sino porque sus manos desafían el cansancio para lograr superarlos – pensé mientras ocultaba de nuevo mis pies en los zapatotes
– las lágrimas no son más que la expresión de su inconformismo y en la medida de que haya un deseo de cambio, este deseo siempre evolucionará en algo mejor-
Caminé de nuevo, me alejé un poco, recordé mi sueño inicial de caminar en la cuerda floja, esa era mi ilusión inicial cuando llegue con mi pequeña maleta para quedarme para siempre, pero mis posibilidades eran nulas, Marius era el mejor que había visto en mi vida y en ninguna medida yo podría superarlo. Recordé el primer día que vi a Marius, era tan fuerte y tan decidido que me disminuí inmediatamente, opte por elegir el maquillaje para ocultar mi rostro, los grandes calzones para ocultar mi cuerpo y una sonrisa eterna para ocultar mi corazón.
En ese momento estaba junto a la jaula de un león viejo y solitario. Estaba despierto, mirándome con una lastima ajena que me llevó a pensar por un momento en acercarme. Pero, ¿acaso no era yo quien debería sentir lastima por verle en su jaula? Él, que era rey en la selva, se había limitado a posar para los niños engreídos y las señoritas gritonas que aplaudían felices al ver un viejo león humillado, saltando en aros de fuego para su entretenimiento. Quise acercarme y acariciarlo, pero entonces recordé que él era el león, un rey destronado pero rey al fin, cuya serenidad obligada podía de repente cambiar de ángulo y dejarme sin mano. – Quizás él me esta mirando con mis propios ojos – pensé alejándome de la jaula del león – quizás él siente lástima de ver mi propia jaula y se pregunta por qué no logro huir de ella, si tengo todas las posibilidades de ser rey, un rey pequeñito, pero rey al fin-
Esa noche terminó.
Luego, muchas noches después, antes de la función, escribí las cosas más importantes que había aprendido bajo la enorme carpa:
“Oculté bajo la mascara y los calzones de un payaso el cuerpo del hombre más fuerte del mundo pero nunca dejé de pensar como tal, fue así como comprendí mi capacidad de doblar cualquier cosa que se pusiera en mi camino, incluyendo mi camino en si mismo. Dominé ese cuerpo, le exigí a ese cuerpo, discipliné mi cuerpo, porque necesitaba que tomara una forma acorde a lo que era la mente, y para eso me enlisté en mi propio ejercito personal, del cual aprendí a ser General y Soldado, sin salirme ni un solo instante de la línea imaginaria que había trazado mi enanito guía. Lloré por los errores, pero nunca dejé de ensayar una y otra y otra vez, porque esa es la única manera que se construye la perfección, porque esa era la enseñanza que había recibido de la mejor trapecista del circo, por esos días en que estaba buscando mi destino, en que estaba intentado dejar atrás la jaula imaginaria que había construido y sentirme vivo, fuerte… saberme rey”.
Guardé el papel en mi morral y me apresuré a salir. Ya el maestro de ceremonias estaba anunciando por primera vez el acto doble en la cuerda floja y al otro lado del escenario Marius, mi colega, estaba esperando la señal para robarnos el corazón del público. Marius nunca había sido el rival que yo debía superar; ese rival era yo mismo
…. Al final todo valió la pena.