sábado, 31 de mayo de 2008

Sobre el pasar de los años

Apresuradamente me dirigía a casa de Mamá, tratando de que mi caminar fuese más rápido que el aguacero que amenazaba desde las tres de la tarde, cuando vi en una casa un cajón grandote con un letrero encima: “se vende tarjetero”
Entonces recordé que aquellos cajones se usaban para poner armónicamente las tarjetas que habrían de agasajar al cumpleañero, a la mujer que tuvo bebé o al graduando.
Las tarjetas eran una sublime expresión de cariño, que hacían de la navidad o del San Valentín (amor y amistad en mi tierra) una época para unir y para recordar… pero al igual que el correo tradicional, ese de cartas perfumadas y letra chueca, las tarjetas quedaron en el olvido y los tarjeteros murieron en con un letrero en su parte superior y esperando que el aguacero los lavara por enésima vez, quitándoles el brillo de sus bordes y el hermoso tono de su color.
Si, es cierto, la Red fría e hipnótica llegó para abreviarnos la vida y para modificar las expresiones. Quizás el poético cartero ya no llega en las mañanas a pelear con el perro del destinatario para entregar un sobrecito sellado y destinado a curar la herida de una ausencia prolongada… pero puedo dar fe de que vi como dos ancianitos abrazados, lloraban de alegría al ver en tiempo real como su hijo les presentaba por WebCam a su novia, una linda Holandesa con una sonrisa llena de dientes perfectos.
Hace un año y un día que llegue a poner los cimientos de mi lejana galaxia, armado con escritos guardados desde tiempos inmemoriales y que solo eran conocidos por una compañerita de trabajo. Llegue sin saber la diferencia entre un blog y un post, o entre un meme y una cadena que te anuncia que morirás en tres días. Llegue sin saber quien se interesaría por leer mis letras pero con la plena convicción de que pasado un año tendría cientos de mensajes, como el blog Macanudo de Liniers,, el primero que alguna vez leí.
Hoy, un año después y con casi treinta mil visitas recibo entre nueve y doce comentarios por cada entrada que hago, claro, muy lejos de los cientos que esperaba, pero a ciencia cierta nueve o doce mensajes que me hacen muy feliz. Nueve o doce personas por las cuales valía la pena escribir una vez más.
He tenido momento para quejarme, para soñar, para reír o para poner canciones, hoy creo que es un buen día para agradecer tanto a quienes vinieron durante todo este tiempo como a los que me visitan desde hace poco, todos igual de importantes para mi; tanto a los que dejan comentarios, como a los que pasan en silencio; ¡Gracias! porque a través de una Red fría e hipnótica escuché y fui escuchado, y muchas de esas voces hicieron nido en el corazón y abrigaron el alma. No se yo cuanto tiempo estaré ordenando las orbitas de mi lejana galaxia; no se cuantos cumpleblog más tendré para agradecer las visitas o para recriminar las ausencias. Pero hasta hoy hice cincuenta y dos semanas de labor, casi dos docenas de nuevos Amigos y mil razones adicionales para agradecer porque sin quererlo, a través de este espacio es donde verdaderamente me estoy conociendo.

miércoles, 21 de mayo de 2008

Sobre el miedo al fracaso

Modestia aparte, he de jactarme de preparar una deliciosa avena.
Mis artes culinarias son cuestionables bajo cualquier figura, pero mi avena es “La Avena”… conseguí que los niños en la casa la pidieran con gusto al desayuno; fría, después de un día de trabajo, hace las delicias de todos en la casa… pero hay algo mal en mi que eliminó la avena de la dieta hogareña en las ultimas semanas.
Hace mucho tiempo descubrí que no puedo acercarme a la leche cuando se encuentra en la estufa. Al mínimo contacto con el blanco alimento este se corta. Toma una consistencia granulosa y un sabor acido que impresionaba a mi abuela en un inicio pero que con el pasar del tiempo solo la obligaban a echarme de la cocina para proteger la integridad de sus alimentos. Las ultimas ocasiones la leche fresca se me ha convertido en un queso al fondo del recipiente y para empeorar la situación, la leche de soya, ambrosia proteínica para aquellos que asisten regularmente al gimnasio, se me convierte en un cuajo despreciable y salado.
No sé que hay de malo en mi, pero debo alejarme de la leche que está en el fogón.
Pero, ¿Es la avena lo único que se está perdiendo por mi incapacidad culinaria? No lo creo, y mucho menos dado algunos correos que he recibido últimamente.
El miedo de que llegue cada cumpleaños y que me encuentre “en la misma ciudad y con la misma gente” es conocido por aquellos que me visitan a diario, al igual que la incapacidad de darle lustre a mis propias alas. Muchos de aquellos que han venido me han enviado comentarios alentadores sobre mi capacidad de escribir, particularmente cuentos, otros me han hablado muy bien de los dibujos de mi otro blog, y todos coinciden en decir que en estas habilidades está mi futuro y que no dude de mis capacidades.
Hoy quiero declarar, con toda la sinceridad del caso, que no está en mis manos la capacidad de usar mis habilidades, no sé como hacerlo, no sé como se le enseña al mundo de lo que eres capaz. Creo que hay mucha gente mucho mejor que yo y aun así no han tenido importancia para nadie. Mis cuentos quizás son para los mismos diez que siempre llegan hasta aquí. Los dibujos de mi otro blog para el par de amigos que ocasionalmente caen en mi orbita…
No puedo acercar la mano a la leche, por temor a dañarla. No puedo poner la mano en mis sueños por temor al fracaso. Esa es una realidad, quizás triste, pero la única que tengo.
Mis talentos se pierden en su propio recipiente y yo no puedo hacer más que sonreír… nada más.
Anexo… alguien sabe a que puede deberse el asunto de la leche?

jueves, 15 de mayo de 2008

Sobre miedos... ¿y el tuyo?

Si tenía la desgracia de que la cobija cayera al piso, mi destino final sería encaracolarme para soportar el frío de la noche valientemente acobardado de estirar la mano debajo de la cama.
Si, soy un miedoso compulsivo. Las camas por debajo eran el terror de mi infancia; ¿sabe usted mi querido(a) lector(a) cuantos engendros del averno tienen por habitad la planta baja de su cama? No he realizado estudios al respectos, pero deben ser muchos, centenares, cada uno más malévolo que el anterior. Después, gracias a la película de It (La Cosa) los payasos fueron el objeto de mis desvelos, pero no era gratuito, sus voces chillonas, sus narices rojas, sus pelucas horribles, todo en ellos era una mascara para ocultar a un hombre quizás más horrible que el mismo payaso.
Los tiempos cambian y tus miedos evolucionan… bueno, quizás los miedos de las personas normales evolucionan y tienden a desaparecer. Mis miedos se suman a los miedos nuevos y se fortalecen por así decirlo. Le tengo miedo a los árboles de noche (aunque con una buena compañía es soportable), le temo a esos muñecos que son de tamaño elevado y que contienen a un cristiano por dentro para promocionar un almacén o animar una fiesta.
Si, señoras y señores, soy una gallina completa, me asustan los enanos (sin ofender a los “dulces” amigos de Blancanieves), me da miedo la llorona y los duendes que, dicen, habitan el patio de la casa de los abuelos.
Pero mi fobia, el mayor de todos mis miedos, ese que es incontenible y que te hace olvidar del tiempo y del espacio: las ratas. Tan solo hablar de ellas me descompone, de hecho, hace mucho tiempo que ese animal se suprimió de las conversaciones en casa de Mamá (incluso los niños lo saben)… cuando uno de esos endemoniados roedores hace su aparición en escena me cubre una sombra, me duele esa parte indescifrable donde mis miedos se juntan… me sudan las manos, siento que no puedo ni siquiera gritar y que tengo el tiempo preciso para firmar mi testamento antes de que se me lance como la fiera que es. Esta sensación de pánico absoluto se hace extensiva a todos los miembros de la familia de la horrorosa rata (incluyendo sus primos bien vestidos: el conejo y la ardilla)
Todos estos miedos, ilustres ciudadanos de la blogósfera, vienen de fabrica, en la programación inicial de este fulano. Todos estos no se han podido erradicar ni con el tiempo ni con la mágica mano del psicólogo que evitó que clarita siguiera mojando la cama y que mi amigo Duván superara su perdida familiar. Aun así, hay muchas cosas que son de temor publico y que no me perturban, como la muerte, que en su calidad de inevitable (como la vida) no me quita el sueño. Tampoco le temo a las tormentas eléctricas y a los temblores, casos en los que mi calma desespera a Mamá.
También hay temores de mi propia autoría, esos que automáticamente he agregado a mi biblioteca para poder crear registros, como el temor a la mala ortografía (agradezco infinitamente cuando alguien me da a conocer alguna letra mal hubicada ;D ); le temo a sentir que mi lucha es por una causa perdida, no por la acción de luchar, sino por considerarme perdedor desde antes de finalizar el combate…
… pero, el mayor, más grande y más tenebroso de mis miedos es el miedo a las mentiras, a los buenos mentirosos, a esos que se creen sus propios inventos. Quien te miente es desleal, es mezquino y miserable; quien te miente es incapaz de sostener una verdad en sus manos, porque no encaja con todo lo que ha elaborado para si mismo. Quien te miente te ofrece una felicidad pasajera en un mundo de fantasías, justificando con esta felicidad la incapacidad orgánica para entregarte una verdad sin excusas. Quien te miente se abandona a su propia crapulencia, sin pensar por un momento en ti, protegiendo su propio trasero. Quien te miente se escudará en excusas prefabricadas, para refugiarse en la figura de la mentira piadosa, sin tener en cuenta que una verdad a medias siempre resulta ser la más cruel de las mentiras.

lunes, 12 de mayo de 2008

Sobre prejuicio y equivocación

Ya que se invierte actualmente montones de billetes para realizar estudios inútiles, como la infidelidad entre los osos polares, las inclemencias del clima de Urano y las facultades curativas de la sopa de pollo, exijo a quien corresponda se haga un análisis exhaustivo sobre los motivos por los cuales el sistema de los teléfonos celulares dirige todas las llamadas equivocadas a mi móvil.
¿Buenas, me comunica con Paula? Dice una voz chillona al otro lado de la línea. No, está equivocada respondo con tono impaciente y aprendido a través de los años, cuando me han preguntado por Agustínes, Teresas, Lucias, Robertos… ahhh y por Joaquín, el día que este iba a recibir la noticia de que le nació el primer hijo.
Creo que el análisis diría que el 50% de los intentos de llamadas es equivocado, y de estos, el 80% va a dar de plano en mi teléfono.
Mr XS pudo ser el partido perfecto. Con todo lo que busco; me contactó por un viejo anuncio en alguna pagina de Internet, anuncio que ya ni recordaba y que la verdad no había dado ningún fruto. Aunque no le conocía personalmente, Mr XS era atento, galante, divertido, agradable, al parecer económicamente estable y con las posibilidades de seguirlo siendo.
En una de las eternas llamadas nocturnas por celular entre muchas cosas Mr XS me dijo que su estatura era de 1.60 o 1.59 quizás. Todo inmediatamente perdió sentido para mi, la conversación se convirtió en una larga sucesión de palabras respondidas con monosílabos y bostezos.
He aquí el punto en que deben arrojar las piedras a este humilde servidor. Teniendo en cuenta mis 1.79 de estatura, cabe anotar que me duele el alma y quizás el hígado al pensar en los requerimientos con alguien de una alzada tan diferente a la mía. No quiero pecar de superficial, lo juro por mi Ipod!
Aunque pensándolo bien, ¿Es considerado superficial, cuando buscas tener a tu lado alguien que te ponga las hormonas a cien? (guiño para Dianita) ¿Es considerado superficial el tener en cuenta que los veinte centímetros sobran en la estatura cuando deberían sobrar en otras geografías?
No me importa que haya dinero, no me importa que haya ropa de marca, no me importa que haya rumba cada ocho días. Me conformo con un cafecito en una cómoda mesita de una plaza cualquiera. Pero debe gustarme físicamente, de eso estoy seguro.
Quizás conocí personas con cosas lindas, pero en un momento de iluminación superficial, me di cuenta de que a H se le veía raro el labio inferior, I era definitivamente malo en la cama, J se levantaba con una gallina matada a escobazos en la cabeza (y no había poder humano que le hiciera cortarse ese cabello horroroso)
Wow!… si lo miro de ese punto de vista, confieso haber sido muchas veces superficial. Acaso por esa manía macabra es que he estado solo. ¿Soy victima de mis propios prejuicios?
Nunca he buscado el abdomen marcado, el rostro perfecto ni el auto ultimo modelo, pero si he buscado que la persona me llene. Todo lo que he buscado no es que la persona que esté a mi lado sea perfecta, si no que lo que yo sienta por esta persona me evite darme cuenta de que esos errores existen. Que la sangre hierva a tal punto, que la vista se nuble y los sentidos pasen por alto las diferencias minúsculos.
Quizás el labio inferior, el cabello espantoso o las falencias amatorias eran solo una forma de saber que estaba recibiendo nuevamente la llamada equivocada. Que quizás estas personas estaban buscando alguien muy diferente a mi y yo estaba esperando que mi móvil sonara por alguien muy diferente a ellos. Talvez los análisis no son necesarios en este caso, un cierto toque de superficialidad invade mi diario vivir… y la verdad no estoy seguro de que quiera cambiarlo.

jueves, 8 de mayo de 2008

Sobre la puerta a mis viejos recuerdos


Me gusta la musica... más que la comida (lo cual es mucho decir)
He acompañado muchas veces esta lejana galaxia con suaves acordes prestados para hacer lo negro menos negro y dejar un buen sabor de boca.
Hoy, como amante del folklore de mi terruño, vengo con un vallenato (aunque a decir verdad, los vallenatos que me gustan se cuentan en una mano.... y sobran dedos)
... este me recuerda mis epocas de niño, mi casa de infancia... me recuerda los cuadernos rayados de hojas amarillas que atesoraba desde mucho antes de que ingresara a la escuela... este me recuerda la luz de un bombillo titilante bajo la cual Mamá se maquillaba sus hermosos ojos indios... este vallenato es la puerta a los recuerdos mas antiguos que conservo....
Te vi partir
Y el amor en mi silencio se hizo llanto.
Vi juguetear, sobre tu espalda haciendo ola tus cabellos.
Linda mirada, en la distancia yo iba siguiendo tus pasos.
Vi diluir, en tus pupilas empañadas mi embelezo.
Pensé vivir...Donde jamás lograra palpar tu presencia,
abriste el cielo del olvido y me di cuenta,
que estoy perdido en el camino de mis sueños.
Mujer tu eres mi presidio, mi corazón es cobarde.
En ti quiero refugiarme,Aunque existen mil motivos.
Te ha sido imposible darme amor tesoro escondido.

Como felino
En acechanza vivo siguiendo tus pasos.
Me siento esclavo de la noble y sublime intención de tenerte.
Y no te enojes, si por sincero un día te pido lo deseado.
Quiero que sepas solo al mirarte la ansiedad loco me vuelve.
Y tú has notado, que no es antojo simplemente el que me asiste,
es un amor que combatido pero insiste,
y me seduce para que te siga amando.
Tu escrutadora mirada, tu voz callada me avisa
que me quieres con el alma, lo confirma tu sonrisa.
Y sé que talvez sea mañana que acudirás a mi cita.

jueves, 1 de mayo de 2008

Sobre la manía de escribir cartas

Si te pedí que no me llamaras de nuevo fue por puro instinto de conservación. Aunque aquellas palabras sean las mismas que ahora me tienen en silencio. Aunque aquellas palabras sean las mismas que hoy me están matando.
Al momento que escribo esto escucho música a lo lejos, todas las canciones me hablan de ti. ¿Te has dado cuenta que cuando estás triste, parece que cada canción fue creada pensando en ti? Eso me pasa en estos momentos, cada canción es como un beso que me diste y que llega aquí para ser recordado.
Esta semana me he sentido un poco mal de salud, ya ves, las lluvias comienzan a hacer estragos en mi; el asma me ha llevado a Urgencias en dos ocasiones y como siempre, es un miedo constante el tener que ir a ser atendido. No me dan miedo los procedimientos médicos, la verdad me da miedo quedarme solo. Los hospitales en la noche tienen una sensación de abandono enorme, solo se escuchan a lo lejos los lamentos de personas que están definitivamente peor que uno mismo. En una madrugada de esas me puse a pensar en los brazos que estarían rodeando tu cuello al amanecer…
Sabes, he comenzado a cuestionarme mi trabajo; la verdad muchos saben que hace bastante lo estoy haciendo, llega el momento en que soy tan hábil en mi trabajo que me sobra el 80% de mi tiempo laboral; es por eso, ya ves, que me queda tiempo de escribir, de dibujar, de practicar con el Photoshop… pero no siempre mi crecimiento intelectual puede ser virtual. ¡Siento que hay tanto mundo para recorrer mientras yo sigo habitando una lejana galaxia!... lo peor es que ese tema no lo puedo tocar en casa; la primera respuesta que tendría sería: Y entonces que te vas a poner a hacer????... ¿y qué podría responder?
Ayer, viendo un programa de turistas en Egipto, pensé en lo maravilloso que resulta visitar las ruinas de una ciudad que tuvo esplendor. Temo que, de igual manera, yo solo llegue a ser apreciado cuando no me queden más que ruinas.
Pero no todo es malo, ya ves que últimamente he descubierto en la descarga de películas el alivio para el hueco que mi pueblo deja en el séptimo arte. Por fin pude ver Volver y El laberinto del Fauno; fue entonces cuando recordé una lista de películas que he llegado a elaborar para no olvidarme verlas… Sería bueno verlas a tu lado… pero bueno.
Sabes, un amigo me habló sobre una frase de una película e inmediatamente me dio un afán enorme por verla… y claro, la descargue.
Se llama Piedras, del director Ramón Salazar (por si acaso te da curiosidad verla) pues no te contaré la trama de la peli, que de por si es complicada de describir, pero tiene unas frases enormes que escribí en el reverso de la factura del teléfono (era el único papel que tenía a la mano)…
- ¿Es legal que Dios me diera un buen hombre tan tarde y me lo quitara tan pronto? – Lo decía una mujer cuyo esposo había muerto. Pero sabes, coincido con lo que decía en un Libro de H.Potter: Hay cosas peores que la muerte. Pensándolo bien, mis miedos no incluyen a la muerte para nada (y vaya si son muchos!!!). Creo que el único miedo verdadero por la muerte llega cuando tienes alguien por quien vivir, alguien que no puede quedarse sin ti.
- Esta, y cualquier ciudad, es tan triste como yo – Hmmm esa frase definitivamente parece escrita por mi…
- Espero que lo que tienes ahora sea lo que siempre soñaste tener (…) A donde irán los sueños cuando los concebimos? Porque a algún sitio tienen que ir, aunque creo que en el fondo los sueños no son más que excusas para vivir, por eso a veces también se convierten en la mirada nostálgica de lo que nunca fuimos – Esta fue la frase que leí y que me llevó a buscar (afortunadamente) la película… no podía dejar de lado una película que dijera estas cosas…
En fin… ya creo que me extendí lo suficiente… volveré a mi madriguera con mis películas piratas y mis ganas constantes de volar… diré como la chica de la película: Quiero ser feliz… ¡QUIERO SER FELIZ! Con todas mis fuerzas… así quizás logre hacer feliz a quienes me rodean.
Recuerda que si te pedí que no me llamaras de nuevo fue por puro instinto de conservación… y de esa manera fue como perdí mi cabeza.