Maldiciones, rayos y centellas salían de mi boca mientras trataba de evitar que el desastre fuese mayor.
Dos informes diluidos, unos cuadros de Excel que parecían elaborados por Picasso… y mi agenda de apuntes personales se había convertido en un cuaderno de hermosas obras de arte moderno. Muchas citas, teléfonos, datos irrecuperables y datos irrelevantes, ahora eran una telaraña de tintas multicolores con una leve sombra de mi caligrafía inteligible.
Mis esfuerzos por salvar la información fueron infructuosos, no quedaba nada.
¿Por qué la mayor parte del tiempo deseamos rescatar de nuestra biografía aquellas paginas que nos guste o no, han quedado borradas?
El ser humano por ley de naturaleza deseará repetir las experiencias que le resultaron placenteras, es una clara muestra que buscar nuestra felicidad es prioridad grabada en nuestros genes. pero no siempre es fácil, de hecho si fuera fácil no podría apreciarse completamente.
Tampoco es que yo piense que sea necesario sufrir en cantidades como la chica de la novela, que debe ser pobre, maltratada, internada en el sanatorio (o en la cárcel, tiene el mismo efecto), sobrevivir a un incendio, a un intento de asesinato, perder sus hijos y esperar que sus enemigos mueran para que finalmente el tonto aquel se digne a pedirle que se case con él.
No, creo que el amor puede ser lo suficientemente liviano para cargarlo solo con el corazón, pero no tan vacío para que se convierta en un hueco en este mismo órgano. Creo que el amor puede envolverte sin atarte y contra mi naciente optimismo, creo que el amor puede morir y cuando esto ocurre, después de sus funerales y su duelo, lo mejor es dejarlo bajo su lapida, sin pretender hacer de él un Frankenstein emocional.
Aun así, ¿Tiraría la primera piedra contra mí aquel que borra inmediatamente cualquier camino que lo lleve a un amor pasado? Yo no he logrado hacerlo; para evitar la tentación quizás traslade el numero de su móvil lejos del mío, o guarde bajo siete llaves las fotos (si es que existieron) pero para llegar al nirvana liberador de quemar los recuerdos, tirar los papelitos y pasar a una nueva pagina, me falta mucha, mucha experiencia.
La agenda fue a dar al tarro de la basura, un golpe del destino me había dado una razón para borrar los caminos que me llevaban a mi pasado, pero espero no necesitar de otro golpe similar para poder avanzar. Espero poder asimilar perdidas con la misma serenidad con la que afronto las ganancias y espero liberarme de apegos, mas aun cuando es apego hacia algo inexistente.
Ya terminé de nuevo los informes, ahora continuaré con los cuadros de Excel y en cuanto a los datos, citas y teléfonos perdidos pues… es un placer decir que ya no puedo recuperarlos. Total, hay amores eternos que duran muy poco y opcionalmente quedan perdidos en la biografía bajo un golpe de fría cerveza.