martes, 30 de diciembre de 2008

Sobre fines de año.

Llevo casi una semana en casa de Mamá en el Valle del Cauca, tierra caliente que contrasta gravemente con el frio capitalino al que ya me he acostumbrado.
Llegar a mi casa siempre lo he comparado como volver a mi raíz, hurgar en mis entrañas… desenvainar el alma. No somos una familia pudiente, nos criamos al sol en una casa humilde pero milagrosamente fecunda; en ella se daban de manera generosa las orquídeas y los geranios en las materas de mi abuela; mi abuela, indígena gorda y sonriente que lanzaba novenas a todos los santos presentes y futuros para que el entendimiento se me abriera en los momentos más necesarios; madre, abuela, cocinera, esposa, mujer sobre todas las cosas, fiel a su Dios y a su Julio, un negro bravo y fuerte quien nunca habría de quejarse de dolencia alguna hasta algo pasados los ochenta años. Piedra a piedra alzaron los muros, cubrieron con cal las paredes, montaron la cocina donde mejor quedaba el fogón y se dedicaron a disfrutar los privilegios de ser pobres, durmiendo con la conciencia tranquila bajo un techo propio y honrado donde nunca faltó un plato de comida para el recién llegado.
No sé si es el espíritu de ellos que habita los rincones de la casa, pero la fecundidad de la tierra nunca menguó y la madre naturaleza parece haberse enraizado junto a mis propias raíces, pariendo de manera incontenible en la misma casa, con los mismos muros pintados de cal mientras los geranios vibran junto a las orquídeas y al árbol de coca; donde los aguacates torcidos parecen reverenciar al sol vencidos por el peso de su propio fruto. A cada segundo me saca del letargo la caída fuerte de un mango maduro, pero antes que yo pueda llegar a él una gallina seguida de una línea de pollitos picotean el fruto con más curiosidad que apetito. Patos, perros, gatos, gallos de pelea amansados por la costumbre; todos parecen haber escapado de su condición de lucha natural para caer rendidos a los pies de la armonía fecunda que invade la casa. Gallos han calentado huevos; perras han amamantado gatitos huérfanos, manzanos han dado frutos aun cuando en este territorio ni siquiera pueden echar hojas según las leyes del agro.
Quisiera decir que todas las cosas son lindas, pero también hay que partirse el lomo para sostener la casa; también hay sueños que no se alcanzan a cocinar porque los billetes no son suficientes; también hay discusiones, malos entendidos, peleas de niños y de adultos; pero esas no son las cosas que mis abuelos me enseñaron a compartir y por eso no vengo a traerlas aquí.
Aquí he compartido historias, he compartido viajes. Aquí les pido consejo y trato de brindar palabras que vayan un poco más allá de la cotidianidad. Aquí conté como Mariano se pegó un tiro en una biblioteca, como mi pueblo se me fue haciendo pequeño y doloroso, como decidí volar lejos, como me he sostenido en vuelo. Aquí les hablé de amigos y de amores y como a veces los confundo. Aquí les escribí canciones y poemas y cuentos de niñas que contaban cuentos. Aquí les hablé de Oz.
Ahora creo que quizás un poco de la fecundidad de mi casa va circulando en mi sangre, recubriendo mi piel como la cal viva de mis paredes de barro. Mis letras son mi fruto, mis dibujos son mi sombra… es lo mejor que tengo y lo único que dispongo para ofrecerles por su visita. Ahora entiendo que yo solo soy una sucursal de ese territorio encantado por el espíritu fecundo de una tierra que late como un enorme corazón, cubierto de geranios y helechos; yo tampoco pude aislarme de esa manía ancestral de parir incesantemente al calor de las emociones y mientras hayan emociones en mi pecho para compartir tendremos que contar con muchos, muchos años que pasarán.
Gracias por haber llegado a mi vida este año, gracias por estar aquí… gracias por quedarse un ratito mas.

martes, 23 de diciembre de 2008

Sobre viajes...

La verdad es que a ella ya le dolían los pies de estar caminando.
Hubiese querido mandarlo todo al demonio y deshacer ese estúpido viaje programado a las volandas. No había lugar al cual llegar; por estas épocas todo estaba repleto de turistas y visitantes y ahora ella era una de tantos. Esperó un momento mientras él entraba por enésima vez a preguntar si había alguna habitación disponible, ya sabían la respuesta. Ella quisiera saber que fuerza lo impulsaba a ser tan optimista; lo miraba tan complaciente y a veces emocionado con la idea de aquel viaje que deseaba contagiarse de aquella seguridad, pero era imposible. No había tenido el ataque de rebeldía necesario y oportuno para decidir que su vida estaba bien de la manera en que era, sin viajes repentinos, sin cambios de vida que vienen siempre con los cambios de ciudad.
Estar embarazada había sido la cerradura que aprisionó sus ambiciones. Un hijo es la mayor de las amarras, pero ¡Por Dios! No quería decir que no quisiera tener a su bebé, si era el mayor de sus anhelos… es solo que, ¡si las circunstancias hubiesen sido diferentes!… en una palabra: fáciles.
Él volvió con la tristeza mal disimulada en la cara, de verdad había gastado las ultimas dosis de esperanza al preguntar por esa habitación. Fue entonces cuando ella pensó que si él soportaba estoicamente ese viaje tan largo era por estar plagado de una abnegada forma de amor; ella comprendió que verdaderamente él quería estar a su lado, él no amaba el viaje o la idea de cambiar de ciudad, él simplemente la amaba a ella y ella lo adoraba a él.
¿Por qué ellos? Esa pregunta se la hacen todos aquellos que sufren; nadie cree ser merecedor de las adversidades que se le presentan y ella tenía la certeza que no merecía estar a la deriva, sin lugar de llegada y con aquel pedacito de vida que renacuajeaba plácido en la inmensidad de su abdomen.
Finalmente y después de mucho andar, él encontró un lugar. No era precisamente lo que ella tenía en mente, la decoración invadía todo con una pobreza sincera, pero en la pobreza el poco abrigo del cual se disponga, alcanza para cobijar el corazón.
Algunas horas después ella entendió la razón de todo ese largo viaje, de tantos sinsabores y tantos apremios. Miró a su lado al pequeño que acababa de parir y por el cual habría caminado el mundo entero de ser preciso. Él lo tomó en sus brazos, lo miró con un amor infinito de padre nuevo. Ahora estaban completos… ahora eran una familia.
Fue entonces cuando, según algunos curiosos, un coro de ángeles se dejó escuchar sobre la humilde morada y cantaban alegres el cumplimiento de profecías, tan antiguas como el amor mismo. Yo no me encontraba ahí… no puedo dar fe de ello.

viernes, 19 de diciembre de 2008

Sobre idiomas, signos y mensajes.

Pueda que tengas la fuerza de voluntad para recorrer el mundo entero… que tengas los medios económicos y, si estas en los días amables, pueda que tengas las fuerzas necesarias, pero una vez cumplidos estos requerimientos ¿Cómo sabes cuando una sonrisa, una mirada amable un gesto cariñoso significan algo más de lo que evidencian?
No se lo pregunto a mi Amigo Andrés por supuesto que ambos resultamos igual de bestias para interpretar los avances del contendiente, pero de verdad me gustaría saber en qué momento puedes bajar tus defensas, izar tus banderas de paz y declararte felizmente vencido.
Caminaba por el norte de una ciudad enorme cuando sencillamente me lo encontré a él. Nuestra historia común no fue más que alguien a quien alguna vez conocí, que me gustó desde el primer momento y con quien nunca tuve una relación cercana mas allá de lo laboral; aun así las frases sugerentes cargadas de erotismo se nos mesclaban con la charla común y un día simplemente no trabajamos juntos nunca más.
Ahora estaba igual de agradable, de ameno y de sugerente, con el agregado de que no estábamos bajo la presión del trabajo, éramos libres, al norte de una ciudad enorme. Lo acompañé a realizar sus diligencias y me acompañó a realizar las mías. Un almuerzo, muchas rizas y demasiadas infidencias después, nos despedimos quedando para luego algo que, para que negar, me hacía mucha ilusión.
Llegó tarde… una hora. ¿Acaso todo mi prontuario amoroso no me han enseñado que si llega tarde debe eliminarse de las “posibilidades”? aun así pasamos una tarde genial, de esas donde la conversación atascada de mucho tiempo por fin sale a flote y donde las ganas de decir ciertas cosas no se cohíben. Volvimos a quedar, esta vez para un plan más ameno, iríamos de fiesta y de copas. Aun estoy esperando su llamada.
¿Qué hace que las personas se pierdan de repente y no aparezcan? ¡Obvio no le llamaré yo! Ya esta bueno de ser el ansioso del cuento, pero aun así quisiera poder interpretar aquellos símbolos que me resultan tan extraños e imposibles de digerir.
Yo solía decir lo que pensaba. Si me gustabas ya está, te lo decía, igual no estaba pidiéndote nada. Si me caías mal simplemente pasaba de ti. Pero, ¿es necesario comenzar a implementar un lenguaje sin palabras para encajar en las situaciones? ¿Es preferible callar sentimientos, fingir sonrisas, ajustar las emociones a los momentos en vez de que sean los momentos los que nos generen las emociones?
Yo no sé de esto, yo soy una maraña de preguntas que tendrían mil respuestas de acuerdo al cristiano que se digne a hacerlo… aun así repunto que las ilusiones suelen ser bonitas, es feo cuando mueren, pero vale la pena sentir esa emoción de una llamada y ese placer de una buena conversación.
Ahora me quedo aquí apestando a mi nuevo perfume Diesel, con mis zapatos baratos y sin ánimos de nada… igual, es peligroso liberar las ilusiones en las ciudades donde el idioma nunca se comparte.
Fe de erratas. Acababa de postear esto cuando una llamada llegó a mi celular.

domingo, 14 de diciembre de 2008

Sobre... canciones? poemas? Ay! yo no se que es esto, solo se me ocurrio a las 4 de la mañana.

Ya vengo, dijo Jonás un día
A la esposa muy digna y cariñosa
Que no supo como cambió la cosa
Y a los días de Jonás nada sabía

Yo muy tonta, le dijo a una vecina
Esperando con nueva lencería
Y resulta que de él no volvería
La comida se enfriaba en la cocina

Y pasaron los meses y los años
Enemigo de todos los amores
Es el tiempo con todo y sus dolores
El que causa sangrar y algunos daños

Y un buen día quizás algo borracho
Don Jonás tocó el timbre de la puerta
Su mujer quedó con la boca abierta
Contemplando tamaño mamarracho

De rodillas juró por un Dios nuevo
Inventando historias de ballenas
Y la tonta mujer que era muy buena
El cuentito completo se creyó

Nunca nadie del cuento la sacó
Todo iluso se deleita en sus mentiras
Yo no creo siquiera lo que respiras
El idiota de este cuento no soy yo

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Sobre el confuso arte de interpretar silencios

Incluyendo a todos con quienes tengo contacto cercano, la gente puede afirmar que las palabras me sobran. Converso con la señora de la fila en el mercado, converso con mi mejor amigo durante horas por teléfono, converso con mi señora Madre infinidades, escribo mis post, envío correos y finalmente repunto con mensajes de texto.
Soy alguien que habla, de mil formas y a muchas personas, todas ellas muy cercanas de alguna manera. Dada esta cualidad – defecto, es uno de mis mayores inconvenientes interpretar los silencios ajenos. El silencio muchas veces dice más que las palabras, y en esa medida, me confunde.
¿Hay alguno de nosotros que no haya esperado una palabra precisa en el momento adecuado? No lo creo, siempre esperamos, esperamos y esperamos, pero cuando el silencio llega, lo congestiona todo y nos enreda. El problema es aprender el confuso arte de entender silencios, ya que no todos son iguales, no todos pesan de la misma manera… y no todos son malvados.
Mis largos cuentos cotidianos serán reemplazados por cuatro diminutos, pero cada uno traerá una historia antes y después…. Es solo en breve espacio de tiempo el que te voy a narrar… un breve espacio de silencios.
Ana miraba fijamente a todos los chicos de la fiesta, todos querían bailar con ella pero nadie la invitaba. Ella, por su parte, solo tenía ojos para Pablo, el nunca siquiera la miró.
Trece días…. ¿y esperaba que no estuviera furiosa? ¡Pero es que Alberto de verdad era un caradura! ¡No podía pretender que ella estuviera simplemente feliz de verlo sin recibir a cambio ninguna explicación!!!
Mariana y Cesar se sentaron a las puertas de su casa, miraban a los niños felices en sus bicicletas y divertirse en grande. Esas épocas hacía mucho, mucho habían pasado. Él le tomó la anciana de la mano y ella lo miró agradecida. Los ojos dijeron todo; los labios nunca se abrieron.
Me la dieron ayer como regalo de navidad y hoy, al pasar frente a la casa de los ancianos Gómez volé por los aires y me raspé las rodillas. No podía dejar de llorar y mis amiguitos preocupados me rodearon… algunos minutos después llegó Mamá y sin decirme nada me dio un abrazo… parecía que todo estaba mejor.
Cuatro tipos de silencios. Cuatro palabras esperadas pero que resultaron innecesarias; los silencios hablan por sí mismos… los silencios llenan los espacios en blanco aunque siempre el resultado es positivo.
En mi caso, negativo hasta los huesos, no tardarán tus silencios es ser malos consejeros cuando mis palabras ya te estén mandando al diablo y construyendo para ti las cosas mas hirientes que puedan forjar. Yo no conozco el divino arte de asimilar silencios, no los entiendo, hablan de más y me confunden… quizás sea lo mismo para todos los espíritus parlanchines, que como yo, necesitan no sentirse solos, sin darse cuenta que en muchas ocasiones el silencio es un magnifico compañero.

lunes, 1 de diciembre de 2008

Sobre el arte de contar cuentos XII

Quince cuentos, es todo nuestro material para ganarnos la vida. Con quince cuentos hemos comido las dos desde hace mucho, y mientras mi madre tenga fuerzas para mover la silla de ruedas y mientras yo tenga memoria y garganta para recordar los quince cuentos nos iremos a las estaciones de los autobuses, a las salidas de los supermercados y a las plazas los domingos para comenzar las historias como siempre lo hacemos.
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Si señoras y señores, no le dé pena, acérquese a escuchar la tenebrosa historia de la mujer que salió en todos los periódicos la semana pasada…
El cuento de la mujer que murió acuchillada terriblemente por su amante siempre es el que atrapa las mentes febriles de los transeúntes; es imposible que no se detengan para curiosear entre la inválida que cuenta cuentos y la historia de la mujer apuñalada.
Cuando le propuse a mi mamá salir a las calles a buscarnos la vida, no me imaginé que sería tan difícil para ella y tan fácil para mí. Mamá era una mujer de hogar; entregada a los oficios de nuestra casa mientras mi Papá se levantaba muy temprano a trabajar en lo que la calle le ofreciera para la comida de sus dos mujeres. Yo siempre fui un estorbo. Ellos se santificaron mil veces cuidando de una hija que nunca sería útil, que nunca produciría nada. Desde aquellos días en que no regresé a la escuela huyendo de la crueldad infantil, mi madre se dedicó a mi cuidado; nunca fue culpa de los niños, su inclemente curiosidad era motivada por el asombro de ver mis piernas diminutas adheridas al cuerpo de una niña grande; me acosaban con preguntas, levantaban la sabana para estar seguros de que mis piernas eran reales y lo último que recuerdo de la escuela es un forcejeo de dos niños: uno curioso pretendía robar mi cobertor, el otro furioso defendía mi intimidad halando de lado contrario. En un momento incierto de gritos infantiles y llanto en mis mejillas los tres rodamos por el suelo.
Desde entonces Mamá me enseñó en la casa. Aprendí de cosas que nunca imaginé posibles y aun no sé si Mamá las inventó para hacer caminar mi imaginación y hacerme conocer mundos de la única manera que podría hacerlo.
Luego Papá cayó de un camión en movimiento y nuestra vida cambió por completo. Ambas estábamos huérfanas. Ese estado de sin salida en el que se encuentra una viuda, quien siempre se sintió protegida por la sombra masculina es enorme, y cambiar su condición de sufrimiento a una condición de lucha constante fue mi más grande empresa.
La idea de recorrer las calles narrando historias solo fue aceptada cuando se terminó el mobiliario que podíamos vender y los vecinos se cansaron de sostener dos mujeres inútiles.
Solo teníamos tres cuentos, los mismos con los que mamá inició las clases de lectura. Ahora era mi deber hacer de ellos mi materia prima.
Un día en una plaza, a la sombra de una acacia, una señorita deforme en una silla de ruedas comenzó a llamar a su público con gritos destemplados que ofrecían historias asombrosas para aquellos cristianos que quisieran entretener el oído y dejar volar la memoria.
Pero no se quede lejos mi señora que aquí hay mucho espacio; ¡vengan!, acérquese señor que no es por enamorarlo pero usted tiene cara de ser muy inteligente y va a saber el final de mi historia antes que yo se lo cuente… y así día tras día, año tras año, de la misma forma, comenzaba la eterna lucha por sobrevivir, por ganar de manera digna las pocas monedas que otros pudieran darnos. Fue difícil para mi mamá al comienzo pero después logró cambiar ese estado de orfandad por una amalgama perfecta, inventando historias que yo aprendía para contar en la plaza, en la parada del autobús o a la salida de los supermercados.
Llegaron a ser quince. Quince cuentos que ya eran capaces de hacer llorar a las señoras y hacer que los señores se desprendieran de billetes con todo gusto para ellos y para nosotras, cinco cuentos por cada parada.
Un día llegó él… un doctor muy joven, a escuchar el ultimo cuento de la tarde y desde entonces siempre volvió, cada tarde, sentándose en el suelo junto a los niños mientras yo narraba la historia de la mujer más hermosa del mundo que fue raptada y desató una guerra. Si esa mujer hubiese visto los bellos ojos de este hombre se habría sentido intimidada tal como me pasaba a mí.
Decenas de personas en la plaza salían de misa para escuchar los cuentos; a mí solo me interesaba el doctor con sus expresiones diversas que ambientaban perfectamente mis historias. Hasta que un día, de la mano del doctor, llegó la mujer más hermosa que he visto en mi vida; quizás más hermosa que la mujer que en mi relato había desatado una guerra.
Se quedaron de pie; el doctor no se hizo al lado de los pequeños que escuchaban atentos mis palabras inertes y acostumbradas porque ante el paisaje que se me ofrecía, era la costumbre lo que salía ahora de mi garganta; mi cabeza daba vueltas por la figura perfecta de mujer estudiada, inteligente, duce. Mis ojos llorosos pasaban de sus pechos divinos a la sabana azul sobre mi silla de ruedas. Las personas sollozaban con la historia del niño que se cayó en el pozo, con mi voz entrecortada, con mis lágrimas genuinas.
Demasiado drama para una reina de verdad; ella le susurró algo al oído y haló suavemente su mano fuera del circulo de personas que escuchaban atentas mi relato sin alma. El se devolvió repentino, y dejándome una tímida sonrisa puso un billete dentro de la cajita de las monedas.
Las personas cubrieron el espacio que la pareja más hermosa del universo había dejado al marcharse. Me dolía el pecho, pero era momento de seguir sobreviviendo. Miré a mamá, pequeñita y silenciosa en la banca del lado, con sus manitas apretadas contra el pecho para evitar el frio que comenzaba a helar.
- Las reinas siempre serán reinas y las moribundas siempre serán moribundas…- dije con voz de trueno, limpiándome mis lágrimas y comenzando una historia nueva, imaginariamente real. La gente olvidó al niño en el fondo del pozo, limpiaron también sus lágrimas y comenzaron a escuchar un cuento que no habían escuchado jamás.
Ahora mis cuentos son dieciséis.

martes, 25 de noviembre de 2008

Sobre los males que no duran cien años

¡Mierda! Si no me di cuenta que había pasado… simplemente se fueron…
Al igual que el sueño… facultad que todos saben es muy escasa por mi lejana galaxia, las musas locas que suelen atacarme con mil ideas ingeniosas, dibujos, letras, canciones (a las horas más inconvenientes) no estaban.
Hace dos semanas simplemente supe que desaparecieron y que no cerraron la puerta al marcharse. Oz se ha alimentado de las sobras que dejaron los ladrones; las miles de agendas que mantengo llenas de frases ahora lucen estacionarias en alguna frase que, al releerla, simplemente parece incoherente. No se me ocurre nada, nada pasa por mi cabeza en las últimas semanas y entonces me enfrasque en una lucha sin cuartel contra mi estupidez y se me llegan los claros del día releyendo a Saint Exupéry, a Fontanarrosa, a Saramago y a Bayly (sí, aunque sea literariamente estoy con cuatro al mismo tiempo)
Mil y un eventos ocurridos y por todos conocidos me llevaron a la idea que unos buenos tragos y una inmejorable compañía solucionarían el problema: Jako y los tragos bombardearían las nubes negras de mi llanto… y si el llanto fluye esperaba que trajera emociones consigo….
No hubo llanto, pocas emociones y demasiadas risas. Quizás este Jako es un tipo para reírse con y no para llorar al lado de; él viene con magia incluida desde la fábrica.
Saben, lo peor no es que las musas no lleguen, lo peor es no saber qué hacer con todas las horas de sueño que tampoco aparecen y que me encuentran dando vueltas en la cama sin nada en que pensar. Si al menos tuviese el valor de cortarme una oreja o de salir a buscar la bohemia bogotana! (Es broma Marga, no te enfades)
Pero entonces ayer se me ocurrió una genialidad. Fui a ver Madagascar 2 y adicional a los montones de risa que me han sacado, al puto león se le han ocurrido unas frases tan profundas que no me lo podía creer… él estaba diciendo lo que yo no había podido pensar estos días… entonces llegué a casa algo tarde, pero recordé que tenía dos películas y me dispuse a verlas: Casablanca y Juno. No puedo hacer una retrospectiva de las mismas porque solo soy bueno para las historias que me suceden o para las que me invento, pero de repente comprendí que historias irreales, perfectamente construidas, se habían cimentado en formulas de amor completamente diferentes; amores que lo entregaron todo y que no esperaron nada; amores imperfectos y por lo tanto hermosos; amores como los que deben ser, nacer y permanecer; amor de pareja indisoluble, de madre incondicional… y de amigos, porque a los amigos hay que amarlos, así es como debe ser, eso me dijo una persona sabia que alguna vez conocí… entonces casi a las tres de la madrugada Juno descargó su llanto… y yo la ayude con mis ojos cuanto pude… y encontré que no eran los tragos los que harían caer las nubes negras, era el simple conocimiento personal que he dejado a un lado; ese saber que los ingredientes de las cosas que hago vienen de afuera, pero se cocinan en mi, se fecundan en mi, se ofrecen desde mi. Y volvieron a darme los claros del día, pero esta vez llorando cuanto pude, con las excusas que Juno pudiera prestarme…
Hoy al amanecer una mano conocida me toco el hombro. Los ojos hinchados de una excelente mala noche no la conocieron muy bien al mirarla, pero sabía lo que ella buscaba. Me senté en la mesa que recién compre y recién pinte y con nuestra genialidad consistente dibujamos casi cuatro páginas de Oz. Las musas han regresado a casa.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Sobre lágrimas, recuerdos, adioses y olvidos.

Si, señoras y señores… ese viejo perro se las cobro caro. Habiendo dicho en mi pasado post a Mr Satanás que no cedería a sus chantajes ni que tomaría sus tentativas opciones. El muy zorro se ha robado uno de los tesoros más valiosos que ha encontrado.
Ayer he perdido, por cosas que no vienen al caso comentar, uno de mis dos amigos. Uno de los planetas mayores que tienen en equilibrio esta lejana galaxia.
Quizás todas las preguntas flotaban en el aire y las respuestas estaban en él, pero hubo una acusación enorme que me hizo estremecer, que me hizo dolerme de querer tanto y reflexionar cuanto se puede entregar.
Mi Amigo me dijo que yo era una persona manipuladora, que hilaba la verdad a mi acomodo para hacer de los que me rodeaban esclavos de mis caprichos.
Si me hubiese dicho simplemente “no me vuelva a hablar”, con todas las preguntas que me hubiesen arrollado, téngalo por seguro que simplemente me hubiese hecho a un lado; pero, ¿Acusarme de ser un falso? ¿Un traidor? ¿Un fariseo?
No, de todas las acusaciones es la más injusta y la más profunda de las heridas. Si tenía esa apreciación usted de mi, ¿acaso no era su deber hacérmelo saber en el mismo momento o en su defecto alejarse? Yo no me acerco a las personas mentirosas, porque temo que en cualquier momento su calaña salga a flote. ¿Por qué lo hacía usted? ¿Por qué frecuentar una persona que se piensa que traiciona la confianza entregada y quiere hacernos objetos serviles de sus deseos?
Con todo, entiendo que hay ciclos que se cierran, épocas que se terminan, Eras que se acaban. Con todo lo hablado y lo escrito podemos decir que con un mensaje le pusimos la lápida a una amistad, pero, ¿Qué habría de decir el epitafio?
Para el duelo de esta amistad, que me ha caído en el alma y me ha amargado la existencia, he de decir que es usted una de las personas más interesantes que he conocido en mi vida; que en mi calidad de parasito emocional, de esponja de delirios ajenos, admito que usted tenía esa particularidad de contagiarme la chispa y las ganas de reír. Inteligente, ameno, leal, creador de una parte de mí que me gustó conocer y que en muchas medidas se vio reflejada en este espacio. Amable, sincero, cordial, aunque algo incoherente con las cosas que alguna vez dijo de este cristiano y que resultaron no ser lo que pensaba.
Ahora es cuando nos decimos adiós, porque los adioses son una manera de cerrar los buenos libros… no, perdón, porque los buenos libros tienen el privilegio de ser releidos; aquí no tenemos ese privilegio en la justa medida de no haber logrado captar tu confianza. No buscaré alguien quien no confía en mí porque esa persona nunca desearía ser buscada. Aquí no tenemos el privilegio de los tiempos extras, porque las historias de mentiras tienen realidades tristes, porque a los Pactos, los Caballeros, sabemos darles un feliz término. Este adiós no oculta un hasta luego, por primera vez, y esta mano ya no queda tendida porque, si le conozco tan bien como creo hacerlo, se quedaría estirada por toda la eternidad.
Gracias por todo y en especial por los recuerdos… muchos de ellos los mejores de mi vida. Gracias por la buena charla y por las cortas noches. Que la vida le ponga en el lugar que usted se merece y que sus verdaderos amigos sean leales; que nunca nadie vuelva a defraudarlo de esta manera.
Que me duele como me me está doliendo no es algo que yo piense ocultar, porque quizás soy alguien manipulador y falso, pero sé exactamente como se organizan los sentimientos en esta lejana galaxia y no pienso ocultarlos. Ahora el ángel queda, señoras y señores, con sus alas de gallinazo grande, sucias y medio desplumadas, encalladas para siempre en el lodazal... porque no he de negar que mis dos amigos eran un par de alas perfectamente sincronizadas para mantenerme en vuelo.
Y vuelvo a vestir lágrimas, a comer chocolates y a leer…
…Recordando estas cosas mientras alistaban el baúl de José Arcadio, Úrsula se preguntaba si no era preferible acostarse de una vez en la sepultura y que le echaran la tierra encima, y le preguntaba a Dios, sin miedo, si de verdad creía que la gente estaba hecha de fierro para soportar tantas penas y mortificaciones; y preguntando y preguntando iba atizando su propia ofuscación, y sentía unos irreprimibles deseos de soltarse a despotricar como un forastero, y de permitirse por fin un instante de rebeldía, el instante tantas veces anhelado y tantas veces aplazado de meterse la resignación por el fundamento y cagarse de una vez en todo, y sacarse del corazón los infinitos montones de malas palabras que había tenido que atragantarse en todo un siglo de conformidad.
-¡Carajo! -gritó.
Amaranta, que empezaba a meter la ropa en el baúl, creyó que la había picado un alacrán.
-¡Dónde está! -preguntó alarmada.
-¿Qué?
-¡El animal! -aclaró Amaranta.
Úrsula se puso un dedo en el corazón.
-Aquí -dijo."

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Sobre herejía y malas amistades

Pues sinceramente cuando te vi volar a contra luz en un atardecer por demás hermoso, te reconocí de inmediato… el batir de tus alas, tu figura similar a la mía, la oscuridad compartida…
¿Cómo ha estado tu vida Lucifer?
Si, ya se a lo que vienes, la distancia entre los dos es más grande ahora que nunca, pero te juro que la oscuridad de nosotros, los ángeles caídos, es algo que se lleva como marca indeleble, como tatuaje del alma.
Si, cuando vi aquel chico que se ofreció con facilidad asombrosa el pasado lunes descubrí tu marca en sus palabras, en el tono de su piel. Supe que lo habías enviado, Satanás querido, para aliviar un poco mi carga, para abandonarme a mi crapulencia, para hacer del sexo casual un alivio a mis tensiones y una reivindicación de nuestros lazos. Pero te olvidaste de algo, el tiempo que he habitado está lejana galaxia donde me refugiaste cuando fui conminado al exilio hermano; habitando entre los mortales a los cuales ahora pertenezco, he comprendido que las cosas demasiado fáciles no tiene sabor a victoria… y la victoria es la ambrosia de los que tienen los días contados; esa es su propia inmortalidad.
Si, ahora mis deseos carnales, espirituales y morales, o como dirían otros, mi mundo, carne y demonio están cifrados en cosas por demás imposibles, pero a las cuales les he puesto todo el esfuerzo que requieren para ser una realidad. Cambie la vida que tenia por una vida más incomoda pero un poco más fructífera. Cambie los amigos, las diversiones…
No, eso no he podido cambiarlo mi adorado Satán, el corazón humano se vuelve blando o duro dependiendo del clima que lo rodea, pero no cambia, ese es inmutable; adopta disfraces, se viste de colores, utiliza un antifaz ridículo y floripondio… pero detrás de toda la coraza sigue latiendo al mismo ritmo… sigue guardando los mismos deseos.
Ja jajaja no, lo siento, esa ya no es manera de tentarme… no haré una alianza contigo a cambio de una pasión desabrida, recién acabo de salir de una cadena que me amarró por un periodo corto y para tu deleite, le rompí el corazón a tiempo para no destrozarle el alma después. Quizás me odia, quizás vio la cara oscura que a veces oculto aunque que no temo utilizar, pero sé que estaba condenado a mi lado y sé que si pudiera entenderlo me lo agradecería como bendición cristiana.
Si… claro… también noté esa jugada. Fue maestra te lo digo, la mejor tentación que pudiste encontrar para mi, el empaque perfecto, la simetría continua, ahondaste en lo profundo de mis cimientos. Conoces bien mi naturaleza y sabes muy bien lo que busco. Pero volviste a fallar por tu desprecio del corazón humano. Ese corazón que conoce algo llamado entrega voluntaria y que ofrece el amor sincero como una manera de ver feliz al otro. Su felicidad nunca estará a mi lado aunque la mía solo podría nacer al suyo. No anhela mis brazos ni busca palabras ocultas en mis ojos. Me sonríe del otro lado del cristal y yo solo puedo mirarle y sonreírle de regreso. No pretendería más que su sonrisa porque ambos sabemos que el genio enfrentado a lo imposible no es más que un loco. Pero te agradezco haberme ofrecido esa imagen bonita de posibilidad aunque fallida, te agradezco haber puesto la felicidad al alcance de mi mano cuando me enteré que no tenía herramientas para sostenerla.
Ya no lo intentes mas, deja de buscarme el lado flaco. Ven, descansa mi amado Lucifer, recoge tus alas y vamos a caminar por esta galaxia donde me refugiaste en mi exilio; utiliza los pies por un momento aunque no tengamos un buen paso después de tanto tiempo surcando los aires. Ya tengo los amigos que necesito, las habilidades que necesito y el escenario que necesito; ya recibí una oferta de amor diferente que quizás no esperaba pero que me complace; ya no espero nada de nadie y he comenzado a despejar las dudas sobre lo que esperaba de mi mismo. Ya no te esfuerces mas, somos igual de viejos, y ahora, igual de sabios. Deja ya de lado las ofertas y conversemos un poco de nuestra eternidad… total conmigo ya agotaste tu ultima tentación.

viernes, 7 de noviembre de 2008

Sobre el arte de contar cuentos XI

- ¡Que se joda!- Dijo Agustín completamente convencido, sonriendo con su dentadura incompleta y amarillenta – Quien lo mandó a huevón - complementó mirando el billete de dos mil que tenía en la mano y que minutos atrás le había entregado un chico de camisa azul quien, al pedirle para un pan, le entregó el botín con una única recomendación: “Gaste la mitad y me trae el cambio, confío en usted”
Una estruendosa carcajada sacó de su propio universo a una pareja que almorzaba conversando de películas que no le gustan a nadie, cuando Agustín paso, complacido de su hazaña e intrigado por la estupidez del joven donante ¿A quién se le podría ocurrir que una persona como él regresaría con el cambio de un billete? ¿Acaso el mundo maravilloso en el que el chico había crecido, lo había hecho tan idiota para comprender que en este planeta la ley es sobrevivir?
Se acercó a la panadería más próxima que encontró y extendiendo el billete pidió un suculento pan de mil que habría de proveerle la calma a ese volcán interior que ya hacia parte de su cotidianidad y que causaba estragos en ardores inclementes. La empleada de la panadería lo miró con un aire de superioridad atroz, le tomo el billete con el suficiente cuidado de no tener contacto alguno con la mano sucia del hombre y le tiró el pan y el cambio, un billete de mil.
Agustín sintió que el desprecio con el que fue atendido le hervía en las venas y le cambiaba de color la mugrosa cara sin afeitar. No dijo nada. Salió ofendido, como lo podría estar cualquiera y como cualquiera sintió un nudo en la garganta que lo oprimía y lo agobiaba. Nadie tenía derecho de mirarlo de esa manera, de humillarlo de esa manera. Esa perra comería del dinero que él había dejado en esa panadería; ella no le estaba haciendo ningún favor, ella no le estaba regalando nada, ni siquiera el chico de camisa azul que le dio el dinero le había mirado de esa manera… el chico de camisa azul que le había dicho “confío en usted”.
Pero ¿Qué putas le importaba a él que ese chico hubiese confiado en él? ¿Acaso al mocoso ese la Mama no le había enseñado que no se debe confiar en los extraños? Pues la Mamá de Agustín si se había empeñado en que este aprendiera claro esas lecciones… y otras muchas más, como la del infierno lleno de traidores. Agustín se miró al espejo, con sus pantalones rotos, su barba descuidada, su sonrisa con la dentadura incompleta y corroída… ya no era el hombre que su Mamá había educado, ahora los reveces de la vida le habían dejado sin familia, sin hogar, y sin la confianza de la única persona que le había regalado un pan y una sonrisa con el único compromiso de llevar el cambio.
Agustín se comenzó a quebrar por dentro; aquellas fibras sensibles que se habían protegido en la coraza de mugre y de miseria se veían amenazadas por alguien que nunca en la vida quizás volvería a ver. De repente todo era confuso, Agustín caminaba sin comprender su destino y miraba de vez en cuando el pan medio mordido en una mano y el billete extendido en la otra. El billete que no le pertenecía.
Un “confío en usted” comenzó a resonar como un eco esclarecedor en los cimientos más profundos de Agustín. Un eco que comenzó a hurgar en viejas heridas, en reproches continuos, en voces que siempre tuvieron una advertencia, una amenaza, un consejo, pero nunca un voto de confianza. Entonces comprendió la mirada de reproche de la empleada de la panadería, él mismo, al mirar su reflejo sin reconocerse habría hecho una mueca de repugna. ¿Para qué deseaba ser mirado con simpatía, si no era siquiera digno de confianza?
Fue entonces cuando soltó el pan sin darse cuenta y salió corriendo en sentido inverso al recorrido anterior. Empujó señoras, asqueó caballeros, cruzo frente a la ventana donde la pareja continuaba su almuerzo hablando sobre Frida Kahlo y a poco más de una cuadra vio al chico de camisa azul, sentado en la misma banca, quizás esperando el cambio, quizás con la certeza de que Agustín jamás regresaría. Miró de nuevo el billete y esta vez sonrió, con su sonrisa incompleta y hermosa y se sintió nuevo. El chico de camisa azul que le había dicho “confío en usted” le había devuelto algo que había perdido hacía mucho, mucho antes de los ardores del hambre y de las euforias de la droga.
Cruzó la calle con un paso inseguro y ansioso y alisó un poco el billete contra el pecho cuando un dolor agudo en el cuello le borró el panorama y le llenó los ojos de lágrimas.
- Así te quería encontrar gonorrea- le dijo “el mugre” mientras giraba cruelmente el puñal contra el cuello de su víctima. Una señora gorda gritó de pánico tomando a su niña de la mano, mientras “el mugre” huía guardando su navaja y Agustín caía formando un océano rojo, empuñando un billete de mil y mirando fijamente al chico que a una calle de distancia, lo estaba esperando en un acto de confianza que ya nunca podría agradecer.
Manuel se paró de la banca, se acomodo su camisa azul, miró a una multitud que a una calle de distancia se agolpaba a ver quizás algún vendedor de venenos o milagros, y pensó en el hombre aquel que no había cumplido con su palabra, que se había quedado con el cambio, que no había podido vencer sus propios demonios… ahora Manuel sabía que gente como esa no era digna de confianza.

domingo, 19 de octubre de 2008

Sobre mi corazón dividido en partes desiguales

Quisiera conocer el momento exacto en que la parte emocional de mi corazón se dividió en cuatro partes desiguales. Por un lado un "si" que se ha convertido en los clavos de mi cruz. Por otro lado la tentacion hecha persona que no llegara mas alla de una tentación. Y mas fuertes e importantes aun dos figuras que me han robado el sueño: Una del pasado que nunca ofreció un futuro y una del presente que nunca podré alcanzar.
Comienzo a desenredar la madeja con decir que no me gusta la persona que he sido ultimamente. Me he convertido en un ser desconfiado y metodico que ha dicho varias mentiras (piadosas, que son las mas solapadas de las mentiras) y varias verdades a medias (que son las mas oscuras de las mentiras); siento que me estoy amargando y por esas cosas raras de la vida siento que voy en un retroceso emocional que consiste en tener lo que no se quiere y desear lo imposible.
Cuando Yo le dije a El que si queria estar a su lado, me imagine que nos conoceriamos, compartiriamos, buscariamos quimica y de pronto comenzariamos a necesitarnos.... él inició todo con la necesidad y logró atemorizarme en todo sentido: atemorizarme de herirlo, atemorizarme de ser el malo de la pelicula... y ultimamente atemorizarme de tener que inventar mas mentiras para permitirle ser feliz. Dos dias despues del primer beso él ya me amaba. Dos dias despues del primer beso yo ya queria huir.
Se me acercó de repente y los labios me robaron un beso tan silencioso y mortal que me hirio las profundidades de la masculidad en Stand By. EL cuerpo de un ángel, la sensualidad demoniaca, las posibilidades de ser todo cuando yo no espero de él mas que el calor de un nuevo beso... porque en el arte de besar, el tiene las cartas ganadoras....y mi piel en carne viva.
Cuando él me dijo adios y pensé que era un hasta luego, pero solo lo comprobé la semana pasado cuando lo vi de nuevo despues de una llamada emotiva y cargada de nostalgia. Hiro regreso, con todo lo que representa en mi vida, pero con esa gran cantidad de nada que siempre ha sido: El no promete, él no jura, el no quiere futuros pero añora el pasado... aun asi tiene un pedazo de mi corazón tan enorme que no puedo evitar mirar las noches oscuras y pensar ¿Qué estará haciendo?
Quizas la mas compleja y mas grande parte en la que se dividió mi corazón: un laberinto de posibilidades que nunca podré siquiera pensar. Cuenta admitir cuando uno se ha enamorado. "No hay peor forma de extrañar a alguien que tenerlo a tu lado y saber que nunca lo podrás tener"... eso dijo un escritor y refleja en su totalidad lo que Él paso a ser en mi vida. Sería el unico ser capaz de alinear mis polos, de organizar mis mareas, de recoger los flujos dispersos y encausarlos en la serenidad que tiene su nombre. Pero él no quiere... el no puede... el nunca podrá ni tendrá interés en que eso cambie.
Entonces mi corazón no puede sostenerse... no con cuatro patas chuecas... y todos ustedes mis amigos saben que yo me sostengo es con el corazón....
Este post no pretendia ser facil de entender, solamente queria dejar todo en mi bitacora de viajes que comparto con ustedes.... comparto incluso las cosas locas que vino el escritor de canciones acompañado de su musa de madrugada y me hizo escribir:
Delirios de tu nombre desnudo en el insomnio
y fiebre de tus besos que no son para mi
los besos que le entregas me llenan del demonio
que me hace desearte aunque no eres para mi

alquílame una noche que no tenga mañana
y olvidate mi nombre, que yo sea uno mas
yo viviré el pecado de hallarte ahí en mi cama
poniendo solo a un lado el sol de tu amistad

cuando un dia temeroso de vernos abrazados
entre por la ventana, diré que ya no estás
que ya fuiste a sus brazos, que es donde perteneces
y aunque muera de ganas no te tendré jamás

Yo mato por los besos que él tiene cada noche
yo muero por tus labios... tu dime que es mejor
alquilarte una noche que no tenga mañana
o irme de tu ventana muriendome de amor

miércoles, 8 de octubre de 2008

Sobre fiestas reales en mundos imaginarios

Si señores. Y con el patrocinio de La relatividad del Tiempo (gracias Mr Einstein) aquí les traigo incredulos de todo el mundo la mas espectacular fiesta de cumpleaños a la que he podido asistir: La mia por supuesto.

Se sorprenderan que mi cumpleaños siendo el lunes (como lo dice la parca un poco mas arriba de estas letras) haya sido celebrado con anterioridad: Les recuerdo señoras y señores que esta lejana galaxia y por supuesto El Mundo de Oz (principal planeta y lugar donde se celebró la fiesta) no se rigen por la leyes elementales de la cotidianidad y cada quien pudo elegir la apariencia que mas le gustó (razón por la cual las fotos son solo un reflejo del estado de animo de ese dia....efervecente!)
Esta fue la primera que Oz me facilitó: en ella, por supuesto junto al pastel de cumpleaños este servidor. A mi mano derecha y como siempre Juntas Marga y Candela! La morena y la rubia; a mi mano izquiersa Jako (solía decir que era de Kioto, pero me he dado cuenta que es ya está muy nacionalizado). Arriba, un poco a la izquierda y con el cabello verde el señor Green (el chico de la voz mas fascinante que haya conocido) y a su lado con una linda sonrisa Pala-labra. En una silla, para poder hacerle frente a la foto un Gato ladrador llamado Quike; sobre el y muy puestecita en su sitio la mas hermosa Rosa del Perú. Al lado de rosa y luciendo aun una corona de un viejo imperio que abandonó Akira y a su lado Dolores Girabay quien no puede lucir mas feliz con ese trago en la mano!!!. Vetado para el amor es el chico de la bufanda y un poco mas arriba Gustavo Puntilla, quien cambio el color de cabello para ese día. Hermes, el unico que cumplió con el gorrito de fiesta (eso si, sin abandonar sus alas de mensajero de los Dioses); con gafas oscuras Sixpencenottherwiser (espero haberlo escrito bien mi amigo!) y en la parte superior Lully (alguien no le dijo que no debía venir desnuda a la fiesta????). En la misma linea superior, con una linda gorra y unas zapatillas plateadas que no se ven, Thiago; Cristina, una hermosa cosmonauta de tiempo completo (creo que fue quien dirigio el viaje de todos hasta El mundo de Oz). Con una botella en la mano, en la misma linea, Milo junto a Monchis (ese par se divirtieron como enanos!). Al lado, con un cabello explosivo y genial Vulcano Lover y a su lado Merlín púrpura (el daltonismo no conoce de purpuras! jeje). Con su gorrito distintivo y muy cerca de mi El Joker (sin c) y a su lado Cesar...el del coctel. Fermina Daza no podía verse mas adorable y coqueta con esa flor en la oreja y con una sonrisa nueva y encantadora Corazon deshabitado cerró los ojos en el preciso momento! Sobre ella, con un aire oscuro (quizas el mas parecido al de Dark) la bella Gittana y hacia abajo, con un globo que nadie sabe de dónde sacó, Strawberry Roan, mi genial señor de los caballos. Detras de la silla Enredada, siempre jugando y a su lado dos grandes amigos de Oz: Gengibre (del mundo de los duendes) y el principe Rano (que no debo decir donde se encuentra, verdad?)

En la segunda foto estan algunos mas recientes de los amigos de Oz: Nausica y Cyllan, quienes llegaron juntas. Charol simplemente hermosa y Calo, quien es amigo de Dark, pero entre tanta diversión quedó perdido en la foto!

Por ultimo, el momento amable de la fiesta, a manos de Frantic amiga de Dark y Eclipse de Mar, amiga de Oz!
Tranquilos. Habia un pastel de reserva para casos de emergencia.
Ahora en serio.
De verdad, si en medio de mi cotidianidad esta reunión hubiese tenido lugar, estoy seguro que los personajes, ahora si con sus caracteristicas personales, las risas y la diversion hubieran sido las mismas o quizas mejores. Solo quise de esta manera, con mis dos caras Oz y Dark, hacerlos participes del primer cumpleaños que quiero disfrutar, que quiero reir porque ya no le temo a la edad... dandome cuenta que quiero a mis amigos... y la mayoria de ellos estan aqui fotografiados. Si faltó alguno, recuerdeme buscarlo, es que las fotos fueron muchas... y Oz es muy celoso con su material inedito. Un beso agradecido y espero correos el proximo lunes!

viernes, 3 de octubre de 2008

Sobre mi declaración de instintos elementales

Yo realmente quiero seguirte los pasos y que tú sigas los mios, pero me esta resultando tan dificil!
Por varios días le busqué la razón a la resistencia que mi corazón estaba ofreciendo. No era la parte fisica, porque te sobra; no era la parte intelectual, eso ni pensarlo; entonces comencé a buscar en mi, a determinar el factor clave que te hace diferente pero no crea union como los polos opuestos de los imanes...
Fue entonces cuando descrubrí lo primario que suelo ser, lo basico de mis instintos requeridos. Fue entonces cuando me di cuenta que yo soy demasiado liviano, lo suficiente para poder volar cuando quiera; tú en cambio amas la tierra en la que todo pesa, en donde los seres se rigen por la voluntad de la gravedad. No mi niño, no vivo en un planeta rigido de proporciones cósmicas, yo vivo en una pequeña galaxia creada con lo basico para ser feliz y para sobrevivir. Llevo, como un caracol, un pasado algo incomodo pero necesario y un par de zapatos que se rompieron de tanto andar. Ese soy yo.
Tu mi niño amas este planeta de explicaciones interminables. Cuando yo te pregunto la hora se hace necesario para ti responderme con un tratado de cómo se fabrican los relojes. No! no es asi como funciona mi mundo, no pretendo que seas tan simple como yo ni que bases tu felicidad sobre mis locos ideales primarios, pero si quiero que notes que esa diferencia es lo que hace una barrera ente los dos. No voy a sitios concurridos porque no queda espacio para sentarme en el suelo; no voy a restaurantes costosos porque no podría comer libremente con mis manos... ahhh claro, además del dinero, porque tampoco tengo miedo de admitir que soy pobre, por gusto propio quizas, por tontos ideales de mejora y de progreso, pero en estos momentos en que te escribo aun no he almorzado y no tengo ni idea de como pagare el pasaje mañana del autobus, aun asi eso no me preocupa, me preocupa mas no tener papel para dibujar, me preocupa mas no haber podido ver a mis amigos esta noche aun cuando lo hubiera dado todo por ese momento...
Mis amigos, quizas ellos han notado lo simple que suelo ser y de esa manera han aprendido a quererme; ellos saben que soy tan simple como un lago y no requieren investigar que tan profundo puedo ser o de que manera se costruyeron mis limites; mis amigos han aprendido a simplemente mirar desde mi orilla, notar que tan turbias estan mis aguas, porque yo cambio cada día sabes? Unas veces podrías jurar que las corrientes me llevaran lejos, demasiado lejos, pero al día siguiente mis aguas no van mas allá de lo que pueden ir mis lágrimas.
No busques mis abrazos, deja que mis brazos te encuentren.
No temas a mis silencios, porque son le mejor manera que tienes para conocerme.
No me lo entregues todo en un solo beso.... porque yo espero que hayan muchos, miles de beso y debes guardar algo que haga cada beso unico y especial, como los copos de nieve.
Amo los amaneceres y atardeceres aun cuando no los veo del color del que tú puedes verlos, pero aun así no es necesario que me expliques como se forman los colores en la nubes ni por qué razón mis ojos no ven mas alla de lo basico. También ellos aprendieron a ver la belleza en las cosas simples y primarias, tambien ellos buscan ver las cosas de modo diferente.
Yo realmente quiero seguirte los pasos y que tú sigas los mios, pero mas allá de querer cambiate quiero que aprendas a entender cómo soy yo.

lunes, 29 de septiembre de 2008

Sobre la mala costumbre en el reloj de mi buena gente

“Quien respeta mi tiempo me respeta”
Sabias palabras que estaban en un pequeño retablo que me regaló mi abuela Luisa en mi quinto cumpleaños. Ella es una mujer supremamente lenta en todos sus deberes cotidianos, pero en la misma medida, calcula a la perfección su tiempo y nunca llega tarde. Llevo cuatro meses en Bogota, miles de veces mas grande y mas intrincada que el pueblo de donde provengo, pero me puedo dar el lujo de decir que (con varias perdidas encima) nunca he llegado tarde.
Muchas veces he esperado, con la paciencia que no me sobra, en la puerta de una oficina por haber llegado muy temprano o muy puntual, pero hasta ahora nunca he llegado tarde a una cita y espero que cuestiones ajenas a mi voluntad no me obliguen a hacerlo en lo sucesivo.
Por el contrario mi gente cercana, esa que esta muy cerquita al corazón y a otras presas de mi anatomía, tiene la increíble facultad de hacerme esperar mucho, en ocasiones demasiado. ¿Dije anteriormente que la paciencia no es una de mis mayores facultades?
En esta ciudad me he aferrado con fuerza fraternal a dos personas, dos chicos que conocí por aquí y que han sido un cimiento enorme y una palabra oportuna (bueno, una cerveza oportuna en mas de una ocasión); pero estos dos personajes tienen la increíble facultad de olvidar que espero noticias suyas.
“Fresco, lo llamo a las cinco y treinta”…
Espere sentado Mr Dark porque el susodicho llamará a las siete pasaditas, eso si, con una buena excusa como el tráfico o la situación laboral. Una vez, bajo un frío nocturno demencial, esperé por más de una hora.
“Nos vemos pronto”
Rezaba un mensaje del otro involucrado. ¡Ya lo creo! Nuestras concepciones de prontitud difieren enormemente mi amigo, de no ser por mis mensajes de reclamo y mis sentidas frases al msn, no tendría ni la más puta idea de lo que sucede con su vida!!!.
Dentro de mis facultades, para nadie es un secreto que la economía no se encuentra, pero aun así para llegar temprano a una simple cita de conversación he caminado por más de dos horas y por muchos kilómetros, sin llegar tarde. Para tener noticias de mi amigo he rebuscado moneditas para recargar el celular y poder enojarme vía móvil.
Los quiero demasiado, con esa fuerza que te hace particularme vulnerable y que te obliga a quererlos a tu lado, a saber que les sucede, a saber por qué no llegan.
Los quiero tanto que ofendido les hago saber mi inconformismo y me molesta saber que me entienden, pero que aun así no sacaran el tiempo necesario para enterar a este pobre ángel en bajada ni para no dejarlo esperando.
Estos dos personajes saben quienes son, saben que me molesto por esperarlos y saben que los quiero a mi lado por mucho, mucho tiempo. Estoy a punto de enviarles un correo, para solicitarles que se queden conmigo el día de mi cumpleaños, que por primera vez estaré solito, en una ciudad enorme y no tendré el delicioso pastel que hornean en casa de mi Mama, pero me debo apresurar para que me tengan en cuenta, para que me abran un lugar oportuno en su agenda o de lo contrario me quedaré esperando a que celebren mi cumpleaños junto a las fiestas de navidad.

domingo, 21 de septiembre de 2008

Sobre la divina mania de envejecer con dignidad...o de no hacerlo.

¡Ahora mismo me dicen a quien demonios le dio por contar el tiempo en el que nos creamos vida en esta buena tierra de Dios!!!! Pero (Gracias amado Einstein) el tiempo es relativo y señoras y señores, en esta lejana galaxia ha sido destruido, erradicado y no tomado en cuenta ni para preparar el café de las tres de la tarde.
Pero…. Es que me gustan los cumpleaños!!! El pastel de cumpleaños era el mejor y mas delicioso que Mama podía preparar, las felicitaciones de mis amigos son las que mas me llenan de emoción y las veces que se han olvidado mi cumpleaños he ideado venganzas que han incluido cámaras de tortura y bombas atómicas, pero de eso hablamos luego.
Hoy quiero decirles, antes de poner un contador fatal en mi lejana galaxia, que el mes que viene, este individuo tendrá un año mas de viejo y uno menos que vivir y que por lo tanto espera TANTAS demostraciones de cariño, que el trece del antepenúltimo mes se quede cortito y desgastado…. Pero para aquellos mas especiales, aquellos que quieren ganarse un lugar en mi corazón o un post de agradecimiento (negociable, usted escoge) he aquí, fulanos y fulanas, una lista de las cosas que pueden regalarme y con las cuales me dejaran conmovido al punto de las lagrimas…. Escoja selectivamente y sin hacer trampa de acuerdo a sus capacidades!
Un diamante
Una caja de colores
Un dibujo de mi persona
Una cobijita que caliente más que la que tengo
Una taza de café (ojo, en un lugar que tenga linda vista. Cheesecake opcional)
Un mail muy largo que me diga lo lindo que soy
Un mail cortijo que me diga Feliz Cumpleaños
Una gorra
Un sombrero
Algo de papel (a veces Oz va dibujado en volantes y pedazos viejos)
Un Chocococolatote!!!! (Blanco sería genial)
Un beso
La biografía de Frida Kalho
Una carta escrita a mano
Un CD de tangos
Una invitación a escuchar tangos
Una invitación a cantar rancheras
Una invitación a beber hasta caer de la mesa
Un bolígrafo muy bonito
Una caja de acuarelas y de papel para pintar
Dos hamburguesas enormes!!! (Una para ti y otra para mí)
Una invitación a cine con todo pago, incluyendo los dulces antes durante y después de la película.
Unos zapatos que no tengan rotos de tanto ser usados
Un abrazo de oso (que no sea polar, Oz dice que son muy fríos)
Una camiseta graciosa
Un autógrafo de Gabo
Un calendario que no traiga el mes de Octubre
Un libro en blanco (esto es algo que toda la vida he querido)
Un reloj de arena
Una foto (no se de quien, solo una foto)
Una bufanda
Un computador portátil
Un pony (volador puede ser, pero si tiene correa)
Que divertido es hacer listas de regalos…. Lo curioso es que esta la veo muy poco exigente, algo lánguida y conformista…. Pero tan larga y sincera como las que escribía cuando era niño, cuando me acurrucaba la noche del doce para que al cambiar de fecha mi cuerpo no pudiera crecer, para ser siempre niño. Hoy, mucho octubres después me doy cuenta que descubrí la formula de la eterna juventud, el niño despistado, arriesgado, preguntón, inconforme, de dibujos chuecos y de letra preciosa aun esta aquí, con toda la capacidad de asombro que alguien pueda tener, con la idea (sincera) de que existen animales mas altos que los edificios y que si me esfuerzo un poco algún día seré marinero o astronauta. De repente, amigos y amigas, me he dado cuenta que el tiempo es algo relativo… y en mi lejana galaxia, de un momento a otro, dejo de existir.
Pd. Con el post anterior, las alarmas de muchos amigos ESPECIALMENTE DE UNA ROSA DIVINA QUE TENGO EN EL PERU, se activaron…. Gracias por la preocupación, pero en casa no tengo pistola para darme el tiro, y al llegar a los puentes la hermosa vista del horizonte me borra las cosas malas que me han pasado. Te amo Rosita de mi alma.

jueves, 11 de septiembre de 2008

Sobre el divino arte de morir.

Cada mañana debo adaptarme a la vida en un ciclo repetido una y mil veces desde que tengo uso de razón, para borrar la pasmosa urgencia de pegarme un tiro o de tirarme por un balcón y lo mas aterrador es que solo me borra esta urgencia el pensamiento de que al pasar un mes, las personas que me recordaran podrán contarse en una mano y sobrarán dedos.
Buscar el vinculo que me ate a la memoria colectiva es lo que me sostiene, igual que el emperador y sus guerreros de terracota en Xi’an; igual que Keops y su pirámide, igual que Neruda y su Poema XX… quiero mi inmortalidad en la misma magnitud y con la misma grandeza.
Hay una mujer que es dueña de un gran porcentaje del lado derecho de mi corazón, que sufre porque un amigo suyo poco a poco se esta desvaneciendo, se esta difuminando lentamente como candil que se apaga, como una luciérnaga que no parece resistir la dolorosa presión de la mano de la vida. Su amigo poco a poco se está yendo.
¡Mentira!
¡Antes de nacer, toda estrella no es más que gas y polvo! ¡Antes de alimentar, los cereales deben morir y caer en el fuego!
¡Maldito sea el día que muera Bolívar! ¡Maldito el día que muera Capote! ¡Maldito el día que muera mi abuelo! Ninguno de ellos pudo morir porque la semilla de su esencia se metió en nuestra carne, en nuestros huesos y más allá del hueso y del alma…
¡Maldito sea el día que muera San Martín! ¡Maldito el día que muera Frida! ¡Maldito el día que muera Gandhi! Ya lo dijo Cabral: “no hay muerte, hay mudanza” y esa mudanza es tan inevitable como la vida misma.
Hoy en día, con perros dementes llenos de sevicia, con chacales que matan, que torturan y enceguecen hombres, pueblos y naciones, ¡Bienaventurado el que puede darse el lujo de morir en una cama rodeado de los que le quieren! ¡Bienaventurado aquel que logro verificar que sus afectos fueron claros, que sus amigos sí estuvieron, que quizás hubo momentos de soledad pero no existió el temor del olvido, que quizás hubo incertidumbre más no angustia!
No mi dulce amiga, tu amigo no morirá, porque en tu alma quedan historias, sentimientos, mensajes, recuerdos…. Tú estas plagada de ellos, ellos son tu herencia y tu enfermedad y debes contagiarnos a todos de aquel hombre, sembrar su imagen en la memoria colectiva para que también él logre su objetivo final; también él habrá logrado su inmortalidad.
Llévale rosas, déjale un beso, hazle una carta cariñosa y sincera… o déjalo solo cuando él lo desee.
Esas cosas quisiera yo que hicieras por mí algún día… ¡Acompáñalo en su soledad de enfermo! Pero no lo hagas por su soledad sino por la grandiosidad que él te ha regalado y por la simpleza con la que se robó tu corazón.
Plagarme de amigos que celebren mi muerte es lo que me borra cada día la pasmosa urgencia de pegarme un tiro o de tirarme por un balcón… es que para el divino arte de morir… también hace falta talento.

domingo, 31 de agosto de 2008

Sobre la época de los Julianes

Por esa época los dos Julianes me complicaron la vida… aunque en el fondo yo quería que me la complicaran! Pero fue Julian1 del que aprendí demasiadas cosas como el gusto por la comida de mar y esperar para ver el cielo al amanecer. Pero en esa época, por las mismas facilidades que tenia, por el dinero que ganaba y por la libertad que disfrutaba, la relación con Julián se nos convirtió en un desafuero de parrandas sucesivas que se nos iban desde en un almuerzo súper costoso el día lunes hasta amaneceres interminables en algún lugar de la región al fin de semana, alejados del mundo y gastándonos el dinero que alcanzaba para varios meses de comida.
Hoy me traslade a la habitación más sencilla que he conocido en mi vida. Hoy me fui a continuar mi existencia en un cuartico de alquiler que huele a tristeza y no me trae recuerdos de nadie, las paredes de un color que aun no logro definir tienen un toque de modestia tan enorme que me golpeó al terminar de entrar mis maletas y pensar “este es mi espacio”
Hace días, aquí mismo, me queje enormemente de lo desafortunada que era mi situación, de lo complicada que se me había vuelto la existencia y de la horrible perspectiva de volver. Ahora entiendo la metodología que ha utilizado la vida para darle una justificación a mi existir. Es como si el pago de mis acciones pasadas, el karma, me tocara que retribuirlo en esta misma vida, a muy corta edad y muy lejos del punto de origen.
Quisiera obviar este paso, quisiera poder decirle a la vida que ya aprendí, que lo siento, que lamento todo el despilfarro y la ansiedad con que gastaba dinero en otro tiempo y que no apriete mas el lazo que me tiene en la garganta; que, de volver a llenar las arcas, compartiría mas, derrocharía menos, moderaría el desenfreno bíblico con el que desperdicie oportunidades grandiosas de forjar un futuro.
Ahora entiendo que para poder escribir estas palabras de corazón es necesario conocerlas, sufrirlas, vivirlas. Sentir el apremio de salir de la ratonera y buscar el cielo, más allá del horizonte conocido. Ahora entiendo que es así y no de otra manera como las cosas deben funcionarme, porque el dinero que gaste en otra época fue demasiado fácil y las cosas fáciles se desperdician, el amor fácil se desaprovecha, la comida fácil no se disfruta al cien por ciento. Ahora mis placeres van de la mano de mis bolsillos vacios; ahora mi alegría está en la compañía de algunos amigos, en un bar pequeño y conversando las cosas más fabulosas que se pueden escuchar. Ahora sé que mi felicidad se puede encontrar en un tímido abrazo represado semanas atrás o en una noche de cuentos alrededor de un narrador que entrega sonrisas y con una compañía inmejorable. No, estas cosas no habría podido escribirlas en otra época, en la época de los Julianes; quizás porque la densidad del dinero es más grande que el brillo de las cosas simples, pero son las cosas simples las que quedaran por siempre; es ese tímido abrazo y esa noche de cuentos inolvidable las que valen la pena ubicar en la biografía.
No, la vida no me podía obviar este paso, la vida no podía ser tan cruel de quitarme la oportunidad de vivir lo que estoy viviendo, de sufrir lo que estoy sufriendo. La vida no podía quitarme los temores, las preocupaciones, los anhelos que ahora tengo, porque esa es la manera en que estoy aprendiendo en qué consiste la vida real. Ahora debo sobrevivir quince días con el mismo valor de la propina que en otros días deje en algún restaurante, pero es este apremio, es este esfuerzo enorme por sostenerme que me ha hecho persona… que me ha obligado a vivir, no en forma de espejismo como en la época de los Julianes, sino de manera real, apreciando las cosas simples, los abrazos retrasados y las noches inolvidables.

martes, 26 de agosto de 2008

Sobre el arte de contar cuentos X

Gilberto tomó el brillante instrumento con fuerza y después de una honda bocanada de aire, extrajo del interior metálico una melodía suave y melancólica.

El primero que se acercó a mirarlo fue un niño con un aire intelectual quien estaba mordiendo un escapulario que su abuelita le habia regalado en Semana Santa. Los vientos de agosto encumbraban rapidamente las cometas y regaban al parque con sinuosas notas musicales que tenian sabor de amores olvidados.
Gilberto cerró los ojos, se entregó sin medida a ese sonido limpio que salia del instrumento y envolvía a la decena de personas que ya se habían acercado curiosas y fascinadas.
"mujer, si puedes tu con Dios hablar..." susurró una anciana mientras se alejaba, saliendo del trance hipnotico, antes que el hombre del saxofón pidiera dinero.
Gilberto no abria los ojos; paladeaba el sabor neutro de canciones que lo remontaron a la época de universidad cuando, empujado por Enrique, buscó en las clases lúdicas el instrumento que le fuera más fácil de interpretar. El saxofón fue la primera y la unica opcion que tuvo; no debió pensarlo dos veces antes de inscribirse en las clases ni antes de pedirle a su papa de regalo el saxofón que habría de acompañarlo por el resto de la vida.
La gente se había agolpado al rededor de Gilberto. Se habian ofrecido voluntariamente a la magia de la música y al igual que en Hamelín, se habrían ido con el interprete hasta el final de los mares.
Gilberto no abria los ojos; él también era un cautivo de la música que ese día le llenaba de recuerdos, él estaba muy lejos de las burbujas de jabón que un vendedor lejano lanzaba al aire en la inutil empresa de robarle el publico a las canciones ajenas.
Gilberto viajaba por los abismos de la felicidad inconclusa que siempre experimentó antes de abandonar la escuela, al ser abandonado por su esposa, al descalabrar las esperanzas de todos aquellos que veían como sus pies se habían encallado para siempre en el fango podrido de su miseria aceptada... Giberto viajó por las rutas de las decisiones mal tomadas aun cuando era viejo y la sabiduría supuesta de los años le hacía compañía. Fue entonces cuando decidió ganarse la vida con la unica elección sabia que habia cocinado; fue entonces cuando comenzó a tocar en las esquinitas, en los parques, en los cafés moribundos y solitarios, al lado de los semáforos... siempre con un sombrerito humilde donde recibia las pocas monedas con las que aseguraba la vida por un día mas.
Un avión con voz de trueno cruzaba el cielo, tan grande que parecía acariciar las cometas lejanas, mientras Gilberto había terminado la última canción del día. Abríó los ojos y miró a la mayor cantidad de personas que había reunido a su alrededor en toda la vida útil de él y del saxofón. De pronto todos estallaron en un aplauso, un aplauso majestuoso que nació desde la nostalgia impresa en los que acababan de viajar con Gilberto al mundo de recuerdos propios y ajenos.
Ese día Gilberto se conformó con el aplauso y le llenó más que todo el dinero que hubiese podido recoger... no había puesto el sombrerito de las monedas que le aseguraban la vida por un día mas, pues Gilberto estaba seguro que esa noche, abrazado a su saxofón, se iba a morir.

viernes, 22 de agosto de 2008

Sobre volver... con la frente marchita.

Anoche comencé a leer un libro de Laura y a eso de la media noche, al llegar a la página 127 encontré siete errores en un solo párrafo. Ya había pasado por alto una página que estaba invertida y algunas páginas borrosas. Ese es el duro panorama de los libros piratas, no tienen conciencia de lo que contienen… mil libros piratas no equivalen a un libro original.
Hoy debí escoger entre almorzar o venir a postear. Creo que hice la más sabia decisión. Ayer la chica del apartamento donde estoy viviendo me dijo que no me podía quedar mas con ella, la situación económica de ella no es la más adecuada y aunque he tratado de ser lo más útil y diligente posible para no ser una carga, eso no siempre es suficiente. Ella me miro con una tristeza genuina de quien dio todo cuanto pudo y siente no tener más para dar; yo le sonreí con un agradecimiento genuino porque sé que recibí quizás más de lo que merecía.
Me siento aterrorizado y solo.
Si mi inconveniente hubiese sido la comida en la mesa, tendría la seguridad que no me afectaría mucho: caminar y pensar son un buen paliativo contra el hambre y son dos cosas que sé hacer muy bien; pero mi problema ahora es tratar de hacer vida mientras adivino cada día donde pasar la noche, donde meter la estúpida maleta que no pude reducir y que contiene lo básico e indispensable.
¿Por qué mi tiempo fue tan corto? ¿Por qué mi espacio fue limitado? ¿Cómo hubiese podido cambiar las cosas?... son mil preguntas, y mis respuestas siempre van en disminución de mi claridad y mi inteligencia. Acaso me sobrevalore al tratar de dar un paso tan grande; quizás me puse un precio muy alto y no hubo quien pagara por ello.
Estoy ansioso y tengo miedo… en esa medida no puedo generar pensamientos progresistas y sinceramente no tengo más salidas aparentes que mi regreso al punto de partida, a mi pueblo. Cuando el miedo es enorme el genio se anula.
Ni siquiera logro cuadrar ideas para escribir, ya no me importa que la gente que me rodea me vea llorar. Pensaran que es una pena de amor… siempre para todo el mundo son lagrimas de amor. Nunca pensarían que son lágrimas de derrota. Alguien, cuando dije que debía ir a mi casa, me dijo furioso que a la hora del té siempre lo había sabido, quizás eso es cierto, quizás siempre supe que era imposible conseguirlo solo, por lo menos para mí, por lo menos para mis limitaciones reales y mentales. Tal vez siempre supe que no lo conseguiría y venir hasta aquí no fue más que una manera de validar mi impotencia ante el ambiente adverso, teniendo de mi lado una situación demasiado ilógica y unas habilidades del todo inútiles.
Ayer, tomando una cerveza con un amigo, no me imaginaba que algunas horas y dos frases después mi vida iba a cambiar… ya estaba lo suficientemente enredada para presentir un golpe más doloroso y triste.
Soy un idiota, no paro de llorar… acabo de leer un mail que me ha enviado un amigo donde me dijo algo que mucha gente ha visto en mí y que ahora creo un defecto: una inquietud infantil que tiende a ver todo mágico y florecido. No debería de ser permitido esto en un mundo como el que vivimos. ¡A la mierda con las canciones de amor si no hay quien las escuche! ¡A la mierda con las palabras bonitas si no hay a quien decirlas! El mundo es gris y no deberían permitir a los daltónicos como yo soñar con cielos purpuras y príncipes azules porque no hay espacio para sueños así en la realidad.
Alguien, en uno de los mejores libros que he leído, me conto la historia de unos pajaritos que evitando la garra de los depredadores y las jaulas de los humanos se deshicieron de sus carnes apetitosas, de la facultad de cantar, del plumaje vistoso… dejaron de ser lo que eran para convertirse en una versión minimizada y ridícula, pero que se adaptaba mejor a la supervivencia.
¡Cuánto te odio Darwin! Cuando odio admitir que tenias razón… este mundo es selectivo con los más fuertes y hoy me di cuenta que quizás yo pertenezco a las personas que no lo son. Yo debo olvidar como cantar, como lucir y como sobresalir… hoy debo estirar el cuello ante la selección natural y esperar que el hacha caiga.
Ya no tengo fuerzas, de verdad… el genio enfrentado al imposible luce siempre como un tonto y en estos momentos las adversidades son más de las que puedo controlar. Yo no soy un guerrero, soy una simple imitación que olvido su lugar en los libros piratas y se creyó de momento un ejemplar original.
Pierdo: tres amigos, una ilusión romántica, las posibilidades una ciudad que mejoro hasta mi salud, las ganas de continuar y las fuerzas para intentarlo… curioso, ayer hubiese podido jurar que no tenía nada que perder.
Yo sé lo que pensaran… yo se lo patético que debe lucir este escrito y lo ridículo que debo parecer ante algunos y derrotado ante los otros… pero hoy solo tengo miedo… ese miedo fatal y agudo que hace que el frio que siento en este momento pase a un segundo plano...
Me voy a caminar y a pensar… a pensar y caminar para evitar el deseo de seguir llorando… para evitar pensar en el placer enorme que me daría hoy un abrazo… un único, sincero y silencioso abrazo.

martes, 19 de agosto de 2008

Sobre frases que alguna vez escribí para alguien.

La casa de mi abuela Luisa es literalmente una ventana al pasado.
Me tocó, por asuntos ajenos a mi, regresar a Palmira, regresar a mi casa y enfrentarme a todas las complicaciones iniciales y empezar de nuevo.
Recogiendo los libros que me voy a llevar y que me han hecho una falta enorme, encontré una bolsa repleta de cartas viejas, a diversos destinatarios y con diversos motivos. Al igual que las que antes puse aqui, estas tambien terminaron en un fatal incendio de recuerdos.... pero quise recuperar pequeñas frases que quizas merecen un lugar en mi memoria personal.
* Existo, pero la vida se empeña en demostrar que no merezco estar aquí... y eso es terrible.
* Como quisiera despertar y darme cuenta que todo ha sido una pesadilla y que sigues dormido aquí, conmigo, a mi lado.
* Lo intenté, eso es una pequeña cura al momento de perder.
* A pesar de todo encontré en mi corazón un sentimiento nuevo que no puedo definir ni comparar con nada conocido.
* No quise salir de tu mundo silbando bajo la lluvia con la horrible intuición que nunca regresaré!
* No me pidas por favor que te recuerde en cada amanecer... pasaran muchos amaneceres antes de poder sentir por alguien lo que sentía por ti.
*... quisiera tener tener motivos para mantener vivo un cariño que nunca debió haber nacido.
* Dicen que la soledad es mala consejera pero fue la unica consejera que encontré hoy.
* ... Tus necesidades distan mucho de llevar mi nombre.
* Por eso a veces prefiero alejarme... mi corazón tiende a confundirse con tu lenguaje corporal.
* Siempre he tenido la sensación que regresar a tu vida es aumentar tus problemas y los mios... aun así no puedo evitarlo.
* Llega un momento en que verte es la mayor de mis adicciones.
* Increible!!! juntos hemos aprendido, amado... Odiado
* A veces quisiera compartirte antes que perderte, como dice la cancion... pero no sabría decir si ese trueque emocional, aunque satisfactorio, resulte justo conmigo.
* Yo no tengo corazón por accidente.
* Hago mil esfuerzos para hacer parte útil de tu vida... pero no tengo una razón válida para serlo.
* El amor es una historia inventada para que los idiotas como yo soñemos despiertos.
* He comenzado a ver esta relación como una cruz, como un sufrimiento aceptado.
* Aunque no estás lejos, de una manera u otra, tengo tendencia a extrañarte.
* Es inevitable pensar que la próxima persona que te robe el corazón me robará la razón mas grande para sonreir de nuevo.

jueves, 14 de agosto de 2008

Sobre amores que nacen chuecos....

"El día que te encontré me enamore” dice la sabia canción… y vaya por Dios si me ha pasado.
Cuando le conocí, simplemente le iba a conocer; la manía de estar pensándole, de desear llamadas que no ocurrirían, de esperar invitaciones que se quedaron en el camino… eso vino después.
Pasada una buena conversación, donde todo me daba vueltas y no era precisamente a causa del alcohol y de las botellas vacías, me conto sobre una linda relación que mantiene con alguien, sobre felicidades y sobre cosas que yo a duras penas conozco en teoría.
¿En qué momento el guion de mi vida se combino con una tragicomedia donde siempre termino eligiendo la persona equivocada? Ya lo hablaba en una conversación con un amigo Blogger, mi tendencia subliminal de escoger la persona que no me mira o la persona comprometida la persona que me romperá el corazón es agobiante.
Es curioso, hablaba tambien con Marga sobre el amor y de repente me di cuenta que al amor no lo había recordado desde que he estado en Bogotá. Ocupaciones, problemas, vacios, infinidad de cosas me han consumido, relegando al susodicho al rincón de los imposibles.
Y aquí estoy, amigos de nacionalidad diversa, pensando de nuevo en la idea de aquella persona que llegara a complicarme la vida, a enredarme en besos y en amaneceres no planeados. Aquí estoy, a muchos latidos de corazón del lugar donde partí, deseando encontrar con quien compartir un beso, de los que convierten tus huesos en una gelatina amorfa.
¿Qué me lleva a elegir la persona equivocada a cada paso que intento dar con el corazón en la mano? Envidio a todos aquellos que esta noche pueden llegar y dar un enorme beso de buenas noches. Envidio al amigo aquel que me robo el tonto corazón que tengo, en una sola conversación y con una espectacular mirada. Envidio a todos los que tienen el placer de intentarlo una segunda vez o una tercera vez o una decimoquinta vez.
Una nueva lluvia se ha desgranado en la fría Bogota… las calles infinitas y empapadas ven correr a los desprevenidos que no sacaron un paraguas al salir de casa…. Me voy a unirme a la multitud, a correr por las calles vacías para llegar a algún lugar donde nadie me espera.

lunes, 11 de agosto de 2008

Sobre las cosas que debo decirle a un buen amigo

Había una vez un chico llamado Pablo quien tenía mucho dinero (quien iba a pensar que el pasado miércoles no tuvo nada para desayunar). Pablo conoció a Julián y en ese mismo instante, esa explosión cataclismica que nubla los sentidos y derroca las estrellas paso a ser cotidianidad en un extraño romance. Julián no era una buena persona, Pablo lo sabía, pero Pablo aprendió que ese chico que cada vez pedía mas y mas, lo merecía todo; total, Pablo finalmente era feliz al lado de alguien y llegado el momento quería que en manos de Julian quedaran la bolsa y la vida.
“Porque amor que se da si medida hasta con la vida se puede pagar” dijo el Gran José Alfredo. Las cosas para nosotros, perdón, para ellos, terminaron como terminan casi todas las historias de amor en la vida real, sin un “vivieron felices para siempre” y Pablo quedo con varios puntos de sutura que no viene al caso recordar y una telaraña de cicatrices en el corazón.
Es por eso, mi dulce amigo, que hubiese esperado que al menor indicio de flaqueza hubieras huido de su presencia. Es por eso, mi dulce amigo, que hubiera esperado que dije las cosas que dije y ofendí de la manera en que lo hice con mi pesimismo innato de no creer en las segundas partes.
Deseo, de todo corazón (no en el contexto irónico - hipócrita que te lo dije antes) que él haya cambiado. No tu, tú has demostrado no necesitar cambiar por el momento, pero deseo que él, después de recorrer el mundo, la carne y el demonio, entienda que en tus brazos tiene un oasis para descansar.
Amalo, con esa pasión desbordada que pueda permitir dejar el pasado de lado, pero sin cometer los mismos errores. Como te dije antes, precavido pero no desconfiado (porque el desconfiado tampoco es digno de confianza).
Inicialmente deshecha tu espada, luego baja tus lanzas… ya llegara el tiempo de entregarle tus escudos en señal de entrega absoluta. Así como un juego de ajedrez que se definiera por ganar al rendirse, así se juega al amor.
Mis comentarios sobre el ya los conoces y esperemos que una linda historia los modifique. Mis comentarios sobre ti no podrían ser mejores… y sobre el amor que siempre has mantenido con vida, creo que puedes decir una y mil veces “Con los ojos cerrados te doy la bolsa y te doy la vida”

jueves, 7 de agosto de 2008

Sobre lagrimas represadas....

Fue entonces cuando al cambiar la pagina sesenta y nueve, el libro quedó dividido en dos partes desiguales; separado por una costura de mas de veinte años que había soportado estoicamente los embates de varias generaciones en mi familia, que se habían embutido de cabeza a soñar despiertos los unos o habían ojeado con desdén un libro tan comentado como ajeno para los otros.
Entonces una sustancia ya olvidada comenzó a ascender por mi garganta. Ese nudo opresor, cargado de dolor y rabia y años y desvelos se hizo imposible de sostener, imposible de soportar, imposible de callar… y me deshice en llanto…
Pero el llanto se fue, lejos, más allá de la página trescientos cincuenta y uno, más allá de mi actualidad solitaria y estacionada, más allá de la realidad actual para remontarse a llantos reprimidos por años y años de historias genuinas e inventadas.
Y por mas que intentaba contener el llanto, fluía con una naturalidad ajena y recordé a mis abuelos, enterrados en la misma tumba ante la insistencia de mi madre y el enojo de mis tios; recordé a mi madre, quien a esas horas de la madrugada estaba ya en la cocina, escuchando noticias y escuchando a los gallos cantar; recordé a mis hermanos, quienes minutos mas tarde habrían de rabiar por tener que levantarse para ir a la escuela. Llore también por todos ellos.
Y lloré por los amigos que me olvidaron y lloré por los amigos que encontré recién, igual que por aquellos que pensé inútilmente que encontraría. Entonces el llanto se fue mucho mas lejos, hasta los limites de los amores ocultos y de los amores imposibles y el llanto arreciaba como una corriente marina que me desenvolvía por completo y me exponía a las cosas que tanto dolieron pero que nunca supe llorar… mis lagrimas reescribieron letra por letra las cartas que quemé antes de venir y se remontaron por las cumbres de las cartas que nunca he recibido.
El libro dividido en dos había sido la llave, la excusa, la puerta por donde habría de salir ese dolor, ese vitriolo como lo llamó Coelho, esa represión deseada y voluntaria que me borraba poco a poco las palabras de mi abuelo; reformando la imagen de ese viejito que amé, curando las raspaduras en mis rodillas y repitiendo sin enojo: “no llore mijo, los hombres no pueden llorar”

domingo, 3 de agosto de 2008

Sobre la Primera Cumbre de Bloggers en mi Lejana Galaxia

Ocurrio ayer, dia de confusiones meteorológicas, donde la llovizna suave se confundia con los rayos de sol ocacionales, quizas porque es la unica manera de hacer florecer arcoiris.
Desde su animada dimensión me visito, hasta mi lejana galaxia, Jako. La reunion en un centro comercial y el tema central un cafecito para hacer frente subversivo al frio capitalino.
Dada la reunion sostenida por estos dos ilustres mandatarios de sus propias madrigueras, puedo dar fe de que:
Dudo mucho que alguien mienta en su propio blog (bueno, yo a veces sueño un poco, pero soñar vale por dos verdades) y puedo dar fé que ese ilustre Blogger es ciertamente ese ser agradable y simpatico que dibuja en su oscuro lugar. El señor Jako ha logrado fortalecer los lazos entre la dimension que habita y la galaxia que orbito... sus comentarios oportunos, el delicioso Capuccino que muy amablemente me invitó y su compañia dan muestra de la calidad personal que maneja, porque en un dedichado momento, este a angel de neuronas oscuras dejó botado su telefono movil junto a las servilletas usadas y el vaso del difunto capuccino.
Y entonces la Cumbre de bloggers se torno en una compañia de dos amigos que recorren una ciudad donde las zonas residenciales mueren con la luz del dia y los pocos noctambulos huyen buscando las luces de la ruidosa zona rosa. Doña Doris (de esas mujeres que deberian de adornar los diccionarios en la palabra Honestidad) me dio su direccion junto a los pormenores de cómo habia encontrado el celular, lo habia rescatado de la posible avaricia de los meseros, y habia estado tentada a llamar al numero identificado como Mamá...
Entonces el señor Jako y este amnesico servidor recorrieron muchas calles, abandonados por un taxista impotente (para encontrar direcciones) a merced de las fieras nocturnas y repitiendo la travesia que, siglos atras, separaba a Ulises de su hogar. Todas las calles en las noches citadinas son las mismas, y como un Deja Vu solo encontrabamos la calle 64c cuando necesitabamos la 64f...
El caso fue que despues de una hora riendo, sufriendo y recorriendo las penumbras de una ciudad donde la gente no te indica las direcciones por desconfianzas forjadas en las noticias y las realidades, doña Doris me dio el celular y yo no tenia mas que ofrecerle que unos chocolates comprados de afan y una sonrisa con todo el agradecimiento del mundo, ese agradecimiento que deben sostener aquellos que no respaldamos la informacion de los contactos del celular y nos sabemos perdidos.
Jako paso de ser un colega a ser un confiable camarada, una persona digna de amistad... de esas personas que al igual que Doña Doris, no se dan en produccion en serie, son obra artesanal, son especies unicas.
Dados los acontecimientos de la noche anterior, la Cumbre de bloggers en mi Lejana Galaxia deja como saldo la reflexion de que aun hay gente, mucha gente, que no piensa que el mundo tiene las dimensiones de su organo reproductor ni un billete variopinto; que hay gente que hace las cosas de manera desinteresada; que los amigos pueden surgir de una fatalidad de la memoria o de una pagina de internet... que hoy domingo amaneci con dos personas mas en el historial de los afectos de esta, mi lejana galaxia.

miércoles, 30 de julio de 2008

Sobre Dioses y Diosas...

Puedo decir sin rencores y sin remordimientos que mi padre fue un ser sin relevancia alguna en mi vida, reemplazado con severidad por una serie de personas que habrían de marcar mis caminos, casi todas ellas mujeres.
Y entonces me viene a la cabeza esa india hermosa que lo dio todo por mi, que canceló un matrimonio para que yo no sufriera el dolor de un nuevo padre impuesto; y mi abuela, una mujer del sur de Colombia, voluntariamente confinada en una enorme cocina donde la única luz provenía del fogón de leña y de la hornilla de la estufa; mi madrina, incondicional en todo sentido; mi abuela Luisa y su inteligencia que parece infinita… y recuerdo que casi todos mis afectos reales van destinado a las mujeres… a las que me acompañan hoy en día, en la monotonía de mi cotidianidad y a las que virtualmente se han convertido en ángeles…
Y entonces me doy cuenta de la más grande de las realidades que hasta ahora he podido comprobar. Es entonces cuando se me viene abajo siglos de religión y de enseñanzas para darme cuenta que, contrario a lo que siempre me han enseñado, Dios es mujer.
Dios tiene que ser mujer; por lo menos Dios debe pensar como mujer, sentir como mujer, parir como mujer. Dios debe ser fecundo como la tierra y la tierra es mujer. Dios no puede estar contagiado de ansiedades machistas, de impulsos varoniles…
Dios debe funcionar como un gran vientre, fértil, entregado, dispuesto, confinado a voluntad en una cocina eterna esperando por un montón de chiquillos que lleguen con ansiedad buscando algo que comer; incondicional en todo sentido y eternamente inteligente.
O, ¿acaso serán dos?
¿Acaso todo lo conocido ha sido establecido por una pareja? No creo que podría ser descabellada la idea… el impulso de la vida requiere dos componentes; ¿Acaso la vida misma no pudo haber requerido esos dos componentes? Un componente racional, que trajo el orden y la voluntad y el deseo y el compromiso… y un componente espiritual, que trajo paz y abrigo y compañía y calma.
No se si pueda ser herejía pensar en un Dios y en una Diosa… no lo creo. Son tantas cosas en el mundo que si Dios se encuentra solo, lo menos que le puede ofender es que un fulano cualquiera le cree una compañera, su propia Eva.
Entonces en mi lejana galaxia queda establecida esta creencia… dos seres idénticos, definitivos, absolutos… Un Dios que me cuida y una Diosa que me protege…
Sé que mis ancestros deberán estarse mortificando por mis letras, pero no pueden culparme: cuando Dios sonríe en esta lejana galaxia, siempre, siempre tiene rostro de mujer.
Pd.... Justo ahora, a las 26-07-08 a las 3.31 de la tarde acabo de recibir una llamada de Marga y Candela... Que hermosas voces las de las mujeres españolas!!!!

sábado, 26 de julio de 2008

Sobre Leney y los cambios de idea...

Leney me llama hermano y yo la siento mi hermana, así como siento a su madre como otra madre para mi.
Leney tiene quince años, pero desde los trece ha sabido sostener una conversación inteligente, quizás eso es lo que nos acercó aun más: Leney admira mi inteligencia y yo me veo fielmente repetido en la de ella.
Pero a Leney llegó a los quince y al igual que todos los asomamos la cabeza a la adultez, un cataclismo excepcional le esta trastornando la vida. Lo que para ella es bueno, para los sus padres es malo; lo que para sus padres es sagrado, para ella es aburrido… lo que para el mundo es un simple beso, para ella es una consolidación absoluta de un sentimiento.
Pero entonces llego a la misma etapa y la encuentro fantástica. ¿Había algo más fascinante que la mórbida sensación de pecado placentero que tenían los besos en la pre-adolescencia? Quizás con menos técnica y mas curiosidad, aquellos besos van cargados de una magia única, esponjosa, que se mete en los tuétanos de los huesos y que hace temblar las piernas y lagrimear al corazón.
Alguna vez, mientras disfrutábamos de un helado, a una Leney confundida y curiosa, le dije que las cosas no se las podía tomar tan a pecho, que las personas iban y venían con un vaivén interminable, que si al final todo el mundo se empeñaría en romperte el corazón, ¿para qué darle importancia al asunto?
No, creo que no era yo quien hablaba entonces, hablaba esa madeja de historias y de sueños truncados que tiene vida propia, era ese despecho nostálgico por las cosas que no ocurrieron y que van acabando con ese positivismo sentimental que también nos hace hermosos.
Mi querida Leney, cuando uno da un beso, un simple beso para el mundo, debe poner toda el alma y la vida en esa simple sensación. La felicidad habita ese hervor en el vientre y al sur del vientre y en el hígado que no sabemos muy bien donde queda; la satisfacción es la entrega absoluta, aun completamente vestidos. Los momentos mágicos de la vida se definirán únicamente si los tomas como tal… no debes cambiar tu manera de pensar, soy yo quien debo regresar al sentimiento primario, al placer primitivo que guía las emociones y nos hace grandes.
Cuando uno pierde el sueño de un beso inconcluso, pierde un soplo mágico de lo que verdaderamente se llama vida. La vida es aprender a gozar de cada segundo, porque puede ser el más grande, porque puede ser el último. Así mismo el amor no es algo que debas buscar en alguien nuevo, ni borrar de alguien pasado. Ahora quiero mirar el amor como la disposición completa de compartir ilusiones con quien las quiera compartir conmigo… ese deseo de tomar su mano, esa ansiedad por escuchar su voz… todo eso es un pedacito de amor.
No, las personas no siempre serán buenas, las personas no siempre dicen la verdad… pero tú mi princesita adorada, diciendo siempre la verdad y siendo siempre sincera no tendrás arrepentimientos y estos arrepentimientos, estoy seguro, son los cimientos del infierno.
Muérete de amor por quien desees hacerlo, vibra, siente, ¡vive! Desbórdate en sensaciones y aprovéchalas mientras duren… llegarán tiempos en los que las echaras de menos, en que un beso será un destino anhelado y tibio que se observa en la lejanía.
No intentes borrar a las personas de tu pasado, solamente aprende a convivir con sus recuerdos, recluyéndolos en las páginas inactivas, pero que se pueden hojear para aprender un poco más… ese aprendizaje te evitara cometer errores pasados e improvisar errores nuevos… ese aprendizaje es un paso más hacia el faro del amor sincero… ese amor que podrás mirar de frente y por el cual serás capaz de dar la vida.
Ese amor, sinceramente, es el motor para vivir.

domingo, 20 de julio de 2008

Sobre la legítima defensa: Carta que nunca llegara a su destinatario.

Hola Alfonso, Buenas noches... Por lo menos son buenas para nosotros, para el grueso de los Colombianos de a pie, esos que nos levantamos cada mañana, lavamos nuestros dientes, jugamos futbol y peleamos con nuestras parejas; esos que decidimos a qué hora ir a dormir o que música escuchar antes que el día acabe; los mismos que hoy salimos en masa, embravecidos de alegría, sedientos de libertad.
Sabía usted, señor Cano que Colombiano rima con Hermano, con Soberano y sobre todo con Humano? Si Alfonso, usted lo había olvidado, en sus castillos de jungla usurpada usted había olvidado esos sinónimos; usted y sus oligofrénicos amigos viven de sus infructuosos sueños, olvidando al pueblo que hace tanto les dio la espalda que al igual que el destino y la buena suerte son tan esquivos y no les sonríen desde hace muchos años.
Amar a nuestros enemigos es quizás la tarea más difícil que cualquier Dios en cualquier religión ha impuesto. Permítanos, si no amarlo, por lo menos sentir un poco de respeto por su destruida humanidad, dejando libres a nuestros hermanos, dejándonos libres al fin de su espantosa presencia… No preferiría usted construir un verdadero castillo de Paz para los hijos y nietos que, presumo, alegran su miserable vida? No preferiría usted tener una vida normal, alejado del odio de los hermanos que ruedan lagrimas cada vez que usted y sus “camaradas” abren la boca? No Alfonso, Colombia no es una puta que usted puede mancillar cada vez que sus “idealistas” y cobardes amigos están urgidos de sangre. Hemos abierto los ojos para hacerla respetar… claro que no a la manera cruel y despiadada que usted conoce y que nos obligaría a ser tan desagradables como usted.
Todo pueblo democrático tiene los dirigentes que se merece; definitivamente los Colombianos llevábamos años de merecer un hombre prudentemente valiente como el Señor Uribe, como Nuestros Generales… hermanos como Nuestros Soldados y Policías y sinceramente no merecemos una llaga tan eterna como parecen ser usted y sus mortales huestes.
Hoy nos lanzamos a la calle, no golpeados por el dolor como el pasado febrero, sino confusamente alegres por aquellos 15 hermanos rescatados de sus garras Alfonso, y confiados del pronto regreso de los 2020 que aún faltan. Usted no puede ser indiferente a ello… perdón, usted si puede; usted si puede cerrar los ojos e ignorarnos como lo ha hecho con su grupo de dementes durante tanto tiempo. Por eso estamos donde estamos y usted está donde esta: pudriéndose en la bilis de su vejez desperdiciada, como le ocurrió a su amado Marulanda, viviendo de arrimado en una selva que tampoco le pertenece porque ese, su nido, también es parte de esta Colombia que hoy hemos salido a reclamarle.
El pueblo ha ejercido la legítima defensa Alfonso, así es como nosotros sabemos defendernos: con Pitos y Banderas, con Arengas y con Camisetas Blancas… con el ánimo de decirle hasta nunca y de recordar esa estrofa del Himno Nacional que hace muchos años usted ya no honra:
“Cesó la horrible noche! la libertad sublime

derrama las auroras de su invencible luz.
La humanidad entera, que entre cadenas gime,
comprende las palabras del que murió en la cruz.”