miércoles, 10 de diciembre de 2008

Sobre el confuso arte de interpretar silencios

Incluyendo a todos con quienes tengo contacto cercano, la gente puede afirmar que las palabras me sobran. Converso con la señora de la fila en el mercado, converso con mi mejor amigo durante horas por teléfono, converso con mi señora Madre infinidades, escribo mis post, envío correos y finalmente repunto con mensajes de texto.
Soy alguien que habla, de mil formas y a muchas personas, todas ellas muy cercanas de alguna manera. Dada esta cualidad – defecto, es uno de mis mayores inconvenientes interpretar los silencios ajenos. El silencio muchas veces dice más que las palabras, y en esa medida, me confunde.
¿Hay alguno de nosotros que no haya esperado una palabra precisa en el momento adecuado? No lo creo, siempre esperamos, esperamos y esperamos, pero cuando el silencio llega, lo congestiona todo y nos enreda. El problema es aprender el confuso arte de entender silencios, ya que no todos son iguales, no todos pesan de la misma manera… y no todos son malvados.
Mis largos cuentos cotidianos serán reemplazados por cuatro diminutos, pero cada uno traerá una historia antes y después…. Es solo en breve espacio de tiempo el que te voy a narrar… un breve espacio de silencios.
Ana miraba fijamente a todos los chicos de la fiesta, todos querían bailar con ella pero nadie la invitaba. Ella, por su parte, solo tenía ojos para Pablo, el nunca siquiera la miró.
Trece días…. ¿y esperaba que no estuviera furiosa? ¡Pero es que Alberto de verdad era un caradura! ¡No podía pretender que ella estuviera simplemente feliz de verlo sin recibir a cambio ninguna explicación!!!
Mariana y Cesar se sentaron a las puertas de su casa, miraban a los niños felices en sus bicicletas y divertirse en grande. Esas épocas hacía mucho, mucho habían pasado. Él le tomó la anciana de la mano y ella lo miró agradecida. Los ojos dijeron todo; los labios nunca se abrieron.
Me la dieron ayer como regalo de navidad y hoy, al pasar frente a la casa de los ancianos Gómez volé por los aires y me raspé las rodillas. No podía dejar de llorar y mis amiguitos preocupados me rodearon… algunos minutos después llegó Mamá y sin decirme nada me dio un abrazo… parecía que todo estaba mejor.
Cuatro tipos de silencios. Cuatro palabras esperadas pero que resultaron innecesarias; los silencios hablan por sí mismos… los silencios llenan los espacios en blanco aunque siempre el resultado es positivo.
En mi caso, negativo hasta los huesos, no tardarán tus silencios es ser malos consejeros cuando mis palabras ya te estén mandando al diablo y construyendo para ti las cosas mas hirientes que puedan forjar. Yo no conozco el divino arte de asimilar silencios, no los entiendo, hablan de más y me confunden… quizás sea lo mismo para todos los espíritus parlanchines, que como yo, necesitan no sentirse solos, sin darse cuenta que en muchas ocasiones el silencio es un magnifico compañero.

17 comentarios:

CRISTINA dijo...

¡¡Ay, querido Dark!! ¡¡¡Cuántas veces he pensado lo que cuentas en tu post!!!
Yo también soy de palabras, de muchas, a veces, demasiadas. Y yo tampoco sé acostumbrarme al silencio, a las medias frases, a la explicación supuesta pero no dada...me cuesta interpretar al que calla. Desconfío, dudo.
Y como tú dices no siempre hay motivos para la desconfianza o la duda, pero...

Besos.

IAMTHEANGELNEGRO dijo...

HI! ANGEL..

QUE BUEN POST..
aunque yo soy de esos que hablo poco y escucho mas el silencio..
sera que soy buen interpretador...
un beso

A/N
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Anónimo dijo...

Pues yo por el contrario pienso que tanto las miradas como el silencio son iguales, quien no las comprende no entenderá largas explicaciones.

Saludos....

Marga dijo...

No me gustan en absoluto las medias respuestas, me gustan las cosas claritas y a la cara, por supuesto.

Los silencios si los comparto, los entiendo y me aplico mucho la frase de "un silencio vale más que mil palabras", siempre que la persona que está en silencio esté a mi lado.

En cambio los silencios en la distancia no me gustan, los detesto cada vez más. ¿Tanto cuesta escribir un email o un sms?

Quizá sea que yo también soy demasiado parlanchina.

Besitos mi ángel

Kali y su diario dijo...

chispas! cambiaste la pagina, muy chevere!

Vulcano Lover dijo...

Y es que al cuerpo hay que domarlo para el silencio... los corazones desbocados siempre quieren el sabor en la bnoce, sea miel o hiel, pero en la boca, sobre la lengua. Y a veces sellar los labios es tan intenso también... con un poquito de práctica.

Anónimo dijo...

Caramba, ¡qué reflexión! Yo siempre prefiero la palabra, a mi me pasa algo parecido, hay silencios que me confunden, otros me desgradan, otros me enojan y algunos me turban.

¡Un saludo!

MIGUEL

Gittana dijo...

Hola angelito hermoso... volviste a cambiar tu fondo de página... me gusta más...

Milo Gasa dijo...

Para mi el silencio siempre es el más estridente de los ruidos, o al menos el que más resuena y más impacto o eco tiene en el corazón. Y si, interpretarlo es un arte.

Sixpence Notthewiser dijo...

El que calla, otorga, no? Pero las palabras cuentan. Y a veces demasiado. Nunca hay un punto intermedio.

XOXO

Rosa dijo...
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Rosa dijo...

Hay silencios buenos, los que buscamos para pensar, para relajarnos, para leer... pero hay de aquellos otros que duelen, porque no sabemos su razón y nos rompemos la cabeza pensando ¿qué hice para merecer este silencio?
Y hay aquellos de una tercera clase nuestros silencios, los que imponemos a los demás... quizá estos son los peores.

Ay ángel mío, no sabes que cercana he sentido hoy tú entrada.

Strawberry Roan dijo...

Cuando hay que hablar, se habla; cuando hay que callar, se calla; cuando hay que cantar, se canta; cuando hay que ayudar, se ayuda; cuando hay que ser justo, se es justo...
Lo que quiero decir es que cada cosa tiene su momento y que cada persona es lo que es y actua según crea conveniente.
No soy de la opinión de Marga. A mí me encantan las medias respuestas, porque las cosas a la cara y a las claras, quitan la magia y a veces es mejor callar o mentir para no hacer daño a quien quieres. En cuanto a los silencios en la distancia de los que también habla Marga, pues también me encantan, porque la gente que tiene el don de la ubicuidad me da miedo y su omnipresencia, puede llegar a ser molesta. Personalmente me cuesta muchísimo escribir un mail o un sms si no es totalmente necesario (¿verdad Marga?), aparte de que es una pérdida de tiempo que prefiero utilizar para otras cosas más importantes. Cada persona es como es y no podemos exigir que sea como a nosotros nos gustaría que fuese. No tiene que ver con el cariño, sino con la comprensión y el respeto.
Por otro lado, si alguien necesita algo de mí, me tiene para lo que quiera, con silencios, sms o por mail.

Thiago dijo...

Ay, cari, he leido tu post perturbado por tu foto con la camisa, jaja vaya sexy que se te ve y vaya culazo, con perdón jajajaa

Luego dcirte qu eyo prefiero muhcas veces los silencios qu las palabras, que hay mucha gente que habla mucho pero no dicen nada... y luego la verdad, no me gusta llevar cuenta de los silencios de mis amigos, aunque espere una palabra, siempre pienso que mi amigo pues no podrá decirme nada, me gusta disculpar a la gente que quiero...

Tb. decir que tu post me ha traído ecos de una de las canciones que mas me gustan: "el breve espacio en que no estas" de Pablo Milanes.. que tb. cantaba Silvio

Bezos

Anónimo dijo...

El silencio, en el diálogo, a veces, supera a la correspondencia biunívoca.

Tiene, como dices, muchas interpretaciones.
Desde mi punto de vista creo que es la mejor parte de una conversación.

Gustavo y yo te saludamos.

JP dijo...

Hola.

Reiterando que Joker es sin "C" te digo.

Esto de ser muy prólijo en el verbo es una responsabilidad muy grande, como podemos crear emperadores con nuestras palabras, podemos demoler autoestimas hasta volverlas menos que polvo... y tu, con ocasion de silencios o no, no eres quien para, de una, irte despachando en planes de palabras contra la gente.

Te lo dice alguien que ya conoció el verdadero potencial de las palabras perfectamente conjugadas para hacer daño... NO, tu no debes caer tambien en ese error.

El silencio es ausencia de sonido, pero no siempre ausencia de palabras o sentimientos.

Monchis dijo...

Existen momentos en que lo mas importante no está al alcance de palabras sencillas

A veces una mirada y una sonrisa dicen mas que mil palabras.

Y otras que una sola lágrima... lo dice todo.

Saludos,