Muchos amigos Blogger han visto un blog que tenía el enlace aquí mismo, en mi lejana galaxia, donde abiertamente se ofrecían “mis servicios sexuales a caballeros distinguidos y por una módica suma (muy módica a mi gusto) amanecer atrapado en las alas tristes de este ángel caído”. Una triquiñuela macabra con olor a amante despechada y que solo me ha traído ahora a la necesidad de explicar que no fui yo quien creó ese blog. Tres Blogger amigos, quienes no menciono por no tener autorización para ello, guiados por la curiosidad y/o preocupación me hicieron conocer la situación, me orientaron para la solución y se rieron conmigo del percance.
Es por esto, que a continuación presento un decálogo de agravios a favor de mi buen nombre y dignidad.
1. El chico de las fotos SI ERA YO, lo confieso medio apesadumbrado, sobre todo por las distinguidas damas que suelen visitar mi espacio y que hubiesen visto las referidas imágenes. A los dignos caballeros obviamente mucho daño no he hecho, aparte de la panorámica de un culo ofrecido y vacilante del cual solo puedo destacar que no tiene celulitis.
2. De haber pertenecido a la noble estirpe de las putas, las buenas putas de Dios, las que escuchan y dan consejos, no me hubiese puesto en evidencia publicando el enlace de mis servicios desde mi propio blog, por una simple y llana razón: ninguno de los visitantes habrían contratado los servicios de un loco, chalado, neurótico, paranoico y existencialista donde lo más lejano que se podría encontrar sería placer sexual.
3. Mi “amigo” (si, tú Rodriguito, que resultaste ser el más fiel seguidor de esta web) que amablemente creó para mí un blog tan lúdico y explicitó, solo logró su cometido vengativo en una cosa: ¡Puso las putas fotos más feas de todas las que tenia! Pero, ¡Jesús! ¿Hay que ser tan depravado en la vida para poner esas fotos, aprovechando que este servidor se veía tan gordito? ¡No! Eso fue ofensa a mi dignidad y a la salud visual de los visitantes. Los amigos Blogger, a quienes no nombro por no tener su permiso, pueden dar fe que tengo fotos del culo más bonitas que esas.4. Tristemente para mí, he de reconocer que no recibí una sola llamada solicitando los servicios que de manera generosa ofrecía este blog. No hubo el viejo verde, el joven desubicado, la loquita del closet, un turista sexual, un apadrinador de putos, nadie, nadie llamó a pedir mis amaneceres… eso, eso es lo que verdaderamente me rompe el alma.
5. No hay quinto malo.
6. Juro solemnemente que no he sido ni ejercido la profesión de masajista, acompañante, escort, puto, prostituto, prepago, babilonio, callejero, taxiboy, o cualquier sinónimo que se le pueda aplicar a tan antigua y noble profesión. Bueno, eso si no contamos el cuarentón que por allá en mis años de universitario caleño, después de algunos encuentros romántico – clandestinos me llenaba los bolsillos de billetes y me decía que era para el trasporte de regreso a mi casa. Cabe aclarar que este cuarentón, muy apuesto obviamente, era un prestante señor con un alto puesto en una empresa del gobierno, por lo cual los billetes que cargaba en mis bolsillos no eran más que una devolución de lo que mi familia invertía en impuestos.
7. Juro solemnemente que no soy ni seré un trabajador nocturno (o diurno, no había horario especificado en aquel blog) por cuanto, para qué nos vamos a engañar, con el cuerpo que tengo ahora el máximo placer que puedo prodigar, es el bello placer de una gran carcajada. ¡Que, coño, si más fácil me pagarían para vestirme que para desvestirme! No me vendo, porque creo que el mercado está saturado de modelos más recientes, a muy bajo precio y a los cuales no hay que invitar a una cena de antemano.
8. Me sigue ofendiendo la idea que haya escogido las peores fotos que encontró de mí.
9. Solo mi amigo Jako y mi amigo Green podrían testificar en mi favor, por conocer a ciencia cierta mi lugar de trabajo, mi estilo de trabajo y mi horario de trabajo. Y dejo constancia que no me he acostado con ninguno de los dos para que sea mi coartada en este caso en particular; me acostaría con ellos, porque son divinos y eso cumpliendo el requisito previo de la cena romántica.
10. No le temo a mi desnudez, no le temo a mi gordura, no le temo a dar la cara; no me conocía tan bien mi amiguito si pensaba que de esa manera me haría pasar un mal rato y solo me regalo la certeza de que él es un triste marica y un marica triste; eso sí, no me conformo con la idea que hayan visto de mí las peores fotos… Antes muerto que sencillo, ¡y aun después de muerto! porque ya he encargado a mi madre contratar un servicio funerario que pueda garantizar que seré un hermoso cadáver.