lunes, 24 de agosto de 2009

Sobre... reminiscencias?

Se llamaba Nerón.
Negro como el alma de su homónimo, Nerón había dado buena cuenta de las carnes de todos los vecinos. Sus mordidas estaban marcadas en culitos, piernitas y las malas lenguas infantiles contaban que una niña, del otro barrio, había sido mordida en la cara, dejándola marcada de por vida.
Yo le temía a Nerón más que a la oscuridad, eso ya era mucho decir. Pero un día llegó al barrio Mauricio. Mauricio era gordo como yo, pero era un gordo valiente y en gran parte esa valentía se contagiaba en mí. Mauricio me dijo que había que usar la ferocidad de Nerón en su contra y a favor de nuestra diversión. Desde entonces nos dedicamos a mortificar al pobre perro paseando veloces en nuestras bicicletas.
¡Upa Upa Nerón! Le decíamos al animal echado a la sombra de una veranera, quien de inmediato salía a perseguirnos infructuosamente. Si que éramos muy buenos con el pedal.
Pero los días pasaron y Nerón perdía interés en nosotros, entonces teníamos que añadir emoción al juego y decidimos que molestaríamos a Nerón corriendo. La verdad al plan yo le veía muchos fallos, sobre todo el hecho que éramos dos niños obesos y que Nerón era una bestia sedienta de caras de niños para destrozar; pero para Mauricio era un plan perfecto y yo, una vez más, no tuve el coraje de contradecirlo.
Nerón dormía las cuatro de la tarde bajo la veranera y desde la esquina Mauricio y yo lo mirábamos, él mas dichoso y menos preocupado que yo. ¡Neroncitoooo! Dijo Mauricio y de inmediato el animal se levantó disparado sin siquiera mirar hacia donde corría. Mauricio y yo arrancamos en carreras y mientras que él se reía, yo trataba de ahogarme menos pero era inútil.
Las piernas funcionaban por una fuerza superior a mí, el miedo cocinaba mis entrañas y los ladridos del perro abrían orificios al interior de mi cabeza. Fue por una fracción de segundo que giré mi cabeza y vi al terrible animal a solo una nariz de mí.
Juro que no fue por mala fe, que no lo tenía pensado y que nunca me hubiese ocurrido una acción tan mezquina como aquella; tan pronto sentí el ladrido del perro muy cerca de mis carnosas piernas, estiré la mano tomando la camisa de Mauricio y sin pensarlo dos veces se lo tiré a la bestia para que le sirviera de cena.

Recogieron a Mauricio y lo llevaron al hospital con la espalda abierta por las dentelladas del can. En la noche yo no podía dormir; pensaba que había tirado a mi amigo para que se lo comiera el perro y por más que intentaba venderme la idea que era su propia culpa por incitarme al mal, no lograba callar la voz de la conciencia.
Mauricio nunca me volvió a hablar y yo nunca tuve el valor de mirarlo a la cara otra vez, ni aun cuando los años pasaron y de repente me lo cruzaba en nuestro pueblo.
Nerón murió envenenado, como solían morir los tiranos, y con tantos enemigos que nadie se condolió por el perro ni se preguntó quién lo hizo; quizás hoy en día nadie lo recuerda, quizás hoy en día el perro no es más que una cicatriz tenue en la espalda de Mauricio y un dolor de amigo en una esquinita de mi corazón.

13 comentarios:

Unknown dijo...

Durante el post anterior y el presente se ha vuelto comun el que estés de una u otra manera dandote "palo" y tal vez busques alivianar un poco las culpas comunicando un tanto de esas malas acciones a quienes visitamos este espacio.

Somos seres humanos, cometemos errores a veces unos muy grandes, que de igual manera quedaran tatuados en nuestras mentes por el resto de nuestras vidas.

Así que animo, que tratar de revivir el pasado con tristeza no es lo mejor, resulta ser mas nocivo.

Un FUERTE abrazo!!!!

NewSaint73 dijo...

Hey

jua jua jua...de malas Mauricio a cada quenle toca lo que merece, el pobre perro estaba quieto, inclusive cuando esta solo con sumerce, hasta que llego el condenado gordo a fregarle la existencia, y pum...o eras tu o era el, asi que hiciste bien...

Lastima por el perro, a algunos de estos condenados los quiero mas que a algunas personas, por lo menos no son hipocritas, de una muestran la muela cuando no les gustas...

Que bueno que tienes una memoria de tu lejana(?), (que atrevido), ninez que rico recordar esto, solo espero que las proximas las recuerdes con mas carino para ti, y que suenen menos a que estas lavando alguna culpa.

Chau...nos leeeeeemos luego.

Anónimo dijo...

Hola!
si, esas espinas clavadas en un rinconcito de nuestro corazón nos generan un dolorcito tenue y despues de un tiempo se olvida... para regresar y volver a doler nuevamente...
Pero no te debes de culpar, en momentos de desesperacion uno actua por instinto de salvación y eras tu o el Mau...
y pues que mal que le toco al Mau no crees?

un abrazo
y que te este yendo super en clases, en la Uni...

Vulcano Lover dijo...

Mauricio sólo recogió lo que sembraba. Y tú no merecías un amigo como él. La vida es así, es necesario aprender. Pero me parece bien que lo recuerdes, es necesario siempre tener presente estas cosas, sobre todo para no repetirlas. Ahora ya sabes que no conviene acercarse a personas así, jajaja.

CRISTINA dijo...

Pues a mí me da pena Mauricio, ¿qué quieres que te diga? que todos aquí dicen que no fue tu culpa y bla bla bla...pero, desde el cariño que te tengo te digo, dark, que te pasaste un poco con el pobre Mauricio...
Pero, por otra parte, cuando alguién emprende un juego fuerte, corre el riesgo de perder. Y tú, en ese juego entre Mauricio, Nerón y tú mismo, fuiste el más listo, el más hábil, el más "superviviente"...

Excelente relato.


Un abrazo

Potter dijo...

Jajajaja me he reido como un enano ( a decir verdad creo que los enanos no son tan felices como asumimos).. pero es que eres una "rata pelua" como dirian en Chamozuela.... Oye Eso no se hace, jajajaj pero bueno resulto que la gordura de Mauricio y su valentia desmedida como su julieta barriga te contagió tanto que sacaste las uñas y tu alma de aventurero, pirata y barbaro te ganó y ... bueno ya es historia.

Genial Dark, genial!

Un abrazo

la MaLquEridA dijo...

El instinto de supervivencia fue lo que te salvo, no te sientas mal por ello.
De cualquier forma decides él ó yo? y pues... él.

Creo que así actuaríamos la mayoría de las personas.

Un abrazo.

jako dijo...

Que divertido post, creo que de ahora en adelante cundo salgamos trataré de alejarme de tí cuando estemos en peligro jajaja..

un besito maniguis

Joey dijo...

Si los perros escribieran blogs, me imagino un blog de Neron contando las reminiscencias de su pasado, alla cuando se acotaba tranquilamente a descansrar bajo la veranera y no faltaban el par de niños gordos que lo molestaban, afortunadamente uno que lo llamaban Mauricio obtuvo su merecido.

Me recuerda el cuento de la casa de Asterion de Borges. Dulce relato

Un abrazo.

Unknown dijo...

Darkie,
Siempre me ha sorprendido que los niños sean tan crueles... no estoy ayudando, ¿cierto? pero a lo que me refiero es que lo que hicieron y lo que hiciste fue una 'cosa de niños' que también se justifica porque era un asunto de supervivencia y en esos casos no cabe la razón.
Darkie, cómo es que a vos la cicatríz te quedo en la memoria y vos mismo te recordés estas cosas cuando pudiera ser que Mauricio sólo se acuerde de lo que pasó cuando alguien le pregunte donde obtuvo la cicatriz en la espalda.
Saludos.

Luis Contreras dijo...

Yo diria que si bien es cierto que no debiste lanzarlo al perro, tambien es cierto que el te incito, lo unico que debo decir es que no hay nada mas grande que el instinto de supervivencia....yo no hable durante 4 años con mi mejor amigo porque me levanto la mano en una noche de cervezas.....comprendo a mauricio, vale que si, pero pues a lo hecho pecho y una amistad no se acaba por unas simples dentelladas

Paulafat dijo...

Y con ese nombre...

Me parece mi Darkie que afloró el animal que llevas dentro, el que hace lo que sea por sobrevivir, y en este caso, fue tirar a tu amigo a la boca del lobo (o casi).

Otra cosa, se me hace difícil creer que alguna vez hayas sido gordo...

Otro abrazo!!!

Gustavo Puntila dijo...

Estaba pensando en la moraleja del cuento... No sé si la haya, me contarás luego. Estaba pensando en alguna analogía... No sé si la haya, me contarás luego. Hace rato que no pasaba por acá, como siempre un placer!