miércoles, 15 de julio de 2009

Sobre mi versión de lo que pasó esta semana en mi pueblo natal.

Ella le descargó el cuchillo con el odio fosilizado que llevaba entre las venas. Trato de meterlo en la articulación del hombro, pero después de recibir un puñetazo en la cara simplemente lo tiró donde cayera. Ramiro la miró con asombro, y trató de mirar el cuello de la camisa donde el líquido vital comenzó a dibujar rosas mortales; ella retrocedió unos pasos con el arma en la mano izquierda mientras con la derecha se tapaba la boca. Aun años después, en prisión, ella recordaría la mirada llena de sorpresa mientras retumbaba en las oscuras paredes la última palabra que él le dijo: “¡Puta!”

La golpeó en año nuevo, la golpeó en las fiestas de barrio, la golpeó porque sí y la golpeó porque no; ella aceptó su destino con una sumisión evangélica y se etiquetó a sí misma como una presa del lobo aquel; como el objeto que estaba en casa y que por lo tanto tenía que esperar y recibir todo lo que llegara de afuera. No hubo una sola persona que no le dijera que lo dejara. No hubo una sola persona que no le ofreció su ayuda para alejarse de aquel lugar y continuar su vida mutilada más allá de los alcances de aquel verdugo, pero para ella Ramiro podía llegar hasta el fin del mundo y allá, en el fin del mundo, matarla.

Ramiro salió trastabillando hasta la calle; el inclemente sol de las tres de la tarde derretía las tejas de zinc mientras en la lejanía un vecino ponía huapangos de Miguel Aceves Mejía. Se quitó la mano del cuello y el poderoso chorro que había cambiado de color la camisa ahora era un caudal que poco a poco lavaba el único error que dos buenas mujeres habían cometido en la vida: su madre al parirlo y su esposa al tomarlo por compañero.

Nadie lo ayudó. Nadie atendió la suplica silenciosa que esos ojos, ahora humildes, lanzaban mientras una mano, estirada hacia el cielo, le regalaba al hombre un aire de loco indefenso que no habría de convencer los corazones callosos que lo miraban sin piedad.

Cayó de rodillas, mirando desde su agonía muda cómo la sombra de las tres de la tarde se teñía de rojo en el suelo donde habría de caer, donde habría de morir bajo la mirada atenta de quienes lo conocían.

Ella continuaba en la puerta, momificada, con una mano en la boca y mientras la otra estaba aferrada al cuchillo limpio y brillante que no demostraba en su hoja ser el asesino de aquel hombre en la mitad de la calle.

Un anciano, que había dejado de lado la partida de dominó que muy seguramente iba a ganar, caminó hacia ella y bajo la mirada atenta de todos los vecinos le quitó el cuchillo de las manos y lo tiró a un techo.

Cuando llegó la policía, nadie la acusó a ella. Nadie dio una mirada sospechosa, nadie dijo nada. Todos alrededor de un muerto sin dueño simplemente callaban y agachaban la cabeza hasta que ella, acosada por sus propios rencores y por el rojo infernal del suelo manchado, entre sollozos le contó a los policías todo lo que había pasado. “Yo solo lo quería asustar, nunca quise matarlo”; un policía joven, casi niño, le puso las esposas y la ayudó a subir al carro con una piedad genuina, él le creía.

La patrulla de la policía se iba dejando un rastro de polvo en los corazones de todos aquellos cuya única pena era tener ahora una amiga en prisión.

Al muerto de nadie simplemente lo alzaron, se lo llevaron y solo quedó en todos como un mal recuerdo, un mal bicho que fue borrado por un baldado de agua con el que una señora flaca y sin dientes arrasó la mancha roja que había dibujado las tres de la tarde en el suelo de la calle.

22 comentarios:

Vicky dijo...

"nadie puede guardar toda el agua del mar en un vaso de cristal, ¿cuantas gotas tienes que dejar caer para ver la marea crecer?"

Amaral

NewSaint73 dijo...

Bueno.Triste.desolador.

...el miedo es la jaula en la que encierran a algunas personas, como esta mujer, que es una verdadera valiente, por que cogio su miedo y se lo clavo al fulano este, y aun encerrada sera mas libre.

Chau.

la MaLquEridA dijo...

El miedo que carga una mujer golpeada, es tal que no la deja reaccionar y todos la critican.

Cuando reacciona, es demasiado tarde... para ella.

Conozco a varias mujeres así... tienen miedo y no pueden hacer nada... aunque todos las critican.

Saludos mil.

marichuy dijo...

Dark Angel

Sin palabras me he queado; hasta un sudor frío he sentido. Este mundo está hecho un asco.

Muy triste

Besito querido

Anónimo dijo...

Ale,,, hasta donde tiene que estar alguien para hacer una cosa así. Uffff, que horror, me ha dejado paralizado porque hay muchas mujeres que sufren tanto y tanto...

Besitos cielo

Anónimo dijo...

Una cruda realidad de tantísimas mujeres sometidas al yugo de los machos superpoderosos que en su afán de mantener el control y el poder no vacilan en destrozar a quienes alguna vez los amaron.

Un fuerte abrazo

Unknown dijo...

El grande es guapo solo hasta que el cobarde se decide.... y solo hasta ese momento quieren arrepentirse de todo aunque en unas ocasiones ya es demasiado tarde.

Saludos!!!

Anónimo dijo...

Hola Dark... una historia tan cotidiana en nuestro país, miles de mujeres sometidas al abuso de los hombres... pero "tanto va el cantaro al agua"
aunque aveces se reacciona demasiado tarde, valoro la valentía de esas mujeres cuando deciden quitarse esa lápida de encima...
un abrazo
=D

Merlín Púrpura dijo...

Hola AngelitoLuminoso:

A primera hora leo este texto tan sentido. En verdad que es pura literatura, por lo bien redactado, y es, a la vez, pura y maldita realidad. Ojalá estas historias pertenecieran sólo a la ficción, pero lamentablemente son màs cotidianas de lo que deberían.

te felicito por tu sensibilidad y por tu indiscutible talento como escritor.

Ah, una nota. Gracias por tu visita y comentarios en Lo que (se) me ocurre. No soy cartagenero, soy paisa, pero me enamoré de Cartagena de Indias tan pronto pisè sus callejuelas por vez primera.

Abrazos màgicos y púrpuras.

Anónimo dijo...

Los relatos de mujeres así me dejan un sabor de boca extraño :S

Pobrecita, nadie hubiera sabido quien lo había matado si ella no se hubiera delatado.

anapedraza dijo...

Se podía haber evitado...

¡Un abrazo Ángel!

MIGUEL

CRISTINA dijo...

Qué terrible relato, qué terrible.
La estadística es más terrible todavía, porque lo que nos dice es que en la mayoría de los casos la que acaba muerta es la mujer.
Un horror todo.

Rosa dijo...

Pobre de ella, nadie hubiera alzado una voz, un dedo acusador en su contra... solo su consciencia y esa es ineludible, porque la llevamos por dentro.
Ramiro... como dices, el pecado de haber llegado a este mundo, y el de unirse a la infeliz mujer.
No hay nadie que le llore, nadie que lamente su muerte... solo un simple baldazo de agua que borra del mundo lo último que de él queda.

Siempre he de preguntarme por qué soportar tanto dolor, si manos se abren para ayudarte, qué te ata a un destino infeliz.

Joey dijo...

Bueno Dark, debo elogiar la calidad literaria en tu escrito, y la fuerza del contenido, me dejas algo en que pensar, felicitaciones.

Un abrazo.

mon dijo...

ufff!!! Que nudo en el estómago. Cuantas mujeres no ven más allá del puño amenazante de sus parejas, sus asesinos. No es momento de ponernos a analizar porqué un ser humano se deja humillar tanto, ni porqué otro es tan poco humano que tiene que pegar para hacerse querer. Lo que no entiendo es como se puede detener a una mujer en esa situación, de verdad, no me cabe en la cabeza que, además de asesinos, estos tíos tienen al gran cómplice del estado. Me enerva, me enciende, me enfada, me irrita este tema. Por cierto, te recomiendo una película española que trata sobre el tema, muy dura, muy real...como la vida misma. Se llama: Te Doy Mis Ojos dirigida por Icíar Bollaín.

Joer!!! Que la nave se marchaba sin el besazo!!!! Ahi va: MUUUUAAAAAAAAACCCCCKKKKKAAAAAAAATTTTTAAAAAAUUUUUUUUUUUMMMMMMMMMMMMMMMMMMM!!!!!!!!!!!!

Anónimo dijo...

El resultado de labrar tristes destinos.

Genial mi angelito!!

Sixpence Notthewiser dijo...

La realidad a veces supera la ficcion mas sofisticada. Da pesar, no? Que bueno seria cambiar esa codependencia que mata...

XOXOX

Marga dijo...

Vaya!!!

Tan buena es que ni sirvió para mentir...

Que injusto y que triste.

Sigues siendo mi ángel de alas hermosas y te sigo queriendo mucho, muchísimo.

Muacsssss

Thiago dijo...

Hay malditos que deberían morir mil veces.... y justicia para estos casos, pues que se esta mujer que se libera ahora se vea entre barrotes no es mas que una cruel burla del destino...

Bezos, cari.

Paulafat dijo...

Las historias que se ven en este mundo...

Un abrazote mi Darkie.

Gustavo Puntila dijo...

Lindo, lindo cuento...

Abrazo!

@georgedlaselva dijo...

Desafortunadamente un caso de la vida real. He visto un par de situaciones en mi pubelo y algunas comunidades más. Solo siente el ardor de la saliva que te obligas a tragar por no poder hacer nada más.