martes, 21 de agosto de 2007

Los mostruos bailan al ritmo de Sabina


El fin de semana resultó demasiado productivo con relación a ideas para escribir en mi blog, creo que tendré que escribir un post casi a diario…
Una de las ideas surgió repitiendo aquella película ¿What’s eating Gilbert Grape? En la cual había una señora tan gorda pero tan gorda que al final, cuando ella muere, deben quemar la casa con todo y señora adentro. ¿En que momento de la vida nos convertimos en monstruos? O es que… ¿tenemos la posibilidad de nacer siendo monstruos?
Personalmente si, nací con cuatro tetillas, no con cuatro pezones como Krusty el payaso sino con cuatro tetillas bien separadas, dos de las cuales se fueron reduciendo hasta quedar convertidas en unos lunares minúsculos pero replicas exactas a escala de lo que una vez había sido.

"Lo nuestro duró lo que duran dos peces de hielo en un Wiskhy on the rocks"
… la noche se dibujaba sin igual; había esperado que ese chico me invitara a salir desde una semana atrás. Le insistí en que saliéramos ese viernes y muy a la fuerza él aceptó, eso si, con la condición que saldríamos con dos de sus amigos; uno era el chico que atendía la cafetería donde yo estudiaba, el otro era Jhon.
Fuimos a una disco de moda, hoy desaparecida y todo el ambiente se notaba de lo mas normal, salvo la observación de que yo sería tratado “como un amigo más, dado que los otros chicos eran sus compañeros de trabajo”. Mis alarmas no se dispararon, mis instintos aun estaban dormidos bajo mis dieciocho años de edad y mi primera salida en pareja. La noche estaba bastante aburrida, la música bastante repetitiva y las miradas lascivas a las cuales no estaba acostumbrado no me resultaban muy cómodas y quise ir al baño; debí hacerlo solo y sin mayores problemas ingresé en el húmedo lugar, maloliente y atestado de chicos ocultando bajo polvo compacto el sudor de una noche de fiesta. Al salir fue difícil recordar el camino a mi mesa, de hecho, hubiera sido una fortuna nunca encontrar el camino de regreso; mi chico y Jhon se estaban besando de una manera tan apasionada, tan entregada y tan ensimismada, que no notaron mi presencia, donde el cerebro procesaba a velocidades vertiginosas una cantidad de información que no coincidía con el paraíso de flores y amores que había tratado de crear para mi mismo.

"Así que se fue, me dejó el corazón en los huesos y yo de rodillas.Desde el taxi, y haciendo un exceso, me tiró dos besos...uno por mejilla."
Dicen que todos tenemos una serie de traumas que nos hacen ser quienes somos y que el primer trauma que adquirimos es el de la respiración, cuando el cerebro recibe ese golpe de vida y sigue repitiendo la acción de respirar una y otra vez.
Hay estaba yo. Presenciando mi primer trauma sentimental, mi primer golpe de vida, de verdadera vida, aprendiendo del primer error, con la primera persona, esa que parece irremplazable y que más allá de tu primera vez, crees que podrías entregarle hasta el alma.
No dije nada. Ese día adquirí la manía de callar, sin pedir explicaciones y quedándome con las definiciones que mi imaginación pudiera darle al asunto. Ellos llevaban más tiempo juntos del que yo llevaba en el mundo romántico. Yo era simplemente un experimento, una idea de búsqueda ajena para comprobar la solidez de su relación. Obviamente no me podía quedar ahí, obviamente tenía que huir, los monstruos tienden a perseguirte, pero sabía que en mi caso ellos ya querían deshacerse de mí. Nunca los volví a ver, nunca pretendí entenderlos aunque tampoco odiarlos; era mi primer trauma y debía quedarme con él, comprendiendo que la vida apenas empezaba, que el corazón apenas estaba conociendo el primero de los muchos monstruos que el camino me pondría al paso y del cual, hoy, a muchos veranos de distancia, ya no recuerdo el rostro.

Dijo hola y adiós, y el portazo, sonó como un signo de interrogación, sospecho que así, se vengaba, a través del olvido, Cupido de mi. No pido perdón ¿para qué? si me va a perdonar porque ya no le importa...siempre tuvo la frente muy alta, la lengua muy larga y la falda muy corta.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Joder que cosa más dolorosa yo no sería capaz de presenciarlo lo veo y alli mismo o bien me muero de impotencia o me lio a golpes con los dos por haberse reído de mí en mi cara.

Pero como tu bien dices son lecciones o traumas que todos tenemos que pasar alguna vez en nuestras vidas porque nos construyen.

Muchos besos y gracias

sinuhe dijo...

Solo pensar en que me ocurrieda algo así me pone enfermo, pero supongo que si que pasan esas cosas, bueno en realidad mi pareja dudo durante un tiempo entre mi y otro y eso me hizo sufrir mucho, bueno, ahora la coas, afortunadamente está bien.
Gracias por contarnos tu historia.

Un beso

Max dijo...

Una situación así, debe sentirse como una puñalada en el alma. Además siendo tan joven, sin poder aferrarse a experiencias pasadas, puede parecer el fin del mundo.

Afortunadamente no es así, se supera y se aprende de ello.

Un abrazo

un-angel dijo...

El primer palo es el que más duele, luego van saliendo una especie de conchas en el lomo y parece que hombre, doler siguen doliendo, pero ya estás curado de esa especie de primera inocencia en la que no estás preparado para lo jodido que es el mundo a veces. Después ya vas prevenido y si tienes suerte, esquivas la torta y huyes a toda velocidad.
Aunque siempre puede ocurrir que encuentres a alguien que te haga tirar todas las defensas por los suelos y pensar que, en el fondo, no has aprendido nada...
Pero es mejor asomar la cabeza y llevarse el estacazo que pasar la vida en tu confortable agujero dejando pasar el tiempo y las cosas...
...creo que empecé a divagar, me estoy perdiendo. ¿En qué estaré yo pensando?...
Un besote, y gracias por compartir estas cosas con nosotros.

salva dijo...

Niño me ha gustado la estructura de este post, como combinas con maestría pedazos de una canción de SAbina y pedazos de tu historia, lo bueno que tiene es que es como si leyeras el post con banda sonora y si conoces la canción no puedes evitar tararearla mientras lees el post.

Es curioso lo que nos puede sugerir una canción, el poder de evocación de las emociones que tiene, como nos puede transportar una melodía a una historia pasada o presente rescatada del olvido momentáneo por la canción.

Todos estamos expuestos a los traumas que describes pero si a ese trauma se le une una edad temprana y una falta de experiencia lo que en principio tendría que quedar como una piedra en el camino puede llegar a magnificarse, y a dejar en la persona un poso de desconfianza y de descrédito del que puede resultar muy díficil desprenderse, y ese poso de desconfianza tal vez sea debido al miedo que muchas veces nos hace replegarnos en nosotros mismos y actúa como escudo frente al que rebotan la emociones y que a veces, incluso nos impide vivir la vida.
Pero esos traumas también tienen una función purgante, y ayudan a cicatrizar las heridas y a hacernos más fuertes a través del dolor.

Me ha gustado mucho una frase de tu post " Ese día adquirí la manía de callar", me ha recordado mucho a mí, cuando sucede una experiencia negativa en mi vida y soy incapaz de reaccionar ante ella e incluso de hablar me callo, me trago todo el dolor sin expulsarlo través de las palabras y me encierro en mí mismo.
Eso me hace daño, pero también me ayuda a reflexionar.

Un bonito post!.
Yo también cuando puedo me paseo por esta galaxia!.

JfT dijo...

Sigo en tu lejana galaxia, querido ángel oscuro... Sí que es duro atravesar una situación así siendo tan joven, pero peor, creo, es vivirla a destiempo, cuando proyectas con notas de violines y flores perfumadas lo que no tiene ningún viso de continuación...
Puedo dar cátedra de traumas, afortunadamente, superados, pero que han dejado una muy sabia huella. Y, al fin y al cabo, los agradezco, pero hubiera sido bueno que no hubiesen durado tanto tiempo.
Abrazo de vaquero.

JfT

pon dijo...

Sabina pone música de fondo como nadie, y también canta verdades como puños.....

Y siempre duele, por muchas veces que te ocurra.

Rosa dijo...

La entrada de Anita del Sur, le viene muy bien a la tuya. Los golpes vienen, son inevitables.
Pero siempre dí: SOBREVIVIRE