viernes, 9 de noviembre de 2007

El dulce placer de la espera

El pedido era específico. Le pedí a la vendedora un libro de aquel escritor estadounidense que hacía mucho tiempo me tenía con el deseo genuino de mezclar sus letras con mi ocio. “Por la compra de este libro le damos este de obsequio joven” dijo ella de una manera prefabricada que no demostraba ningún entusiasmo, acaso por el cansancio de una larga jornada laboral. Sobre el mostrador puso mi libro y el libro de obsequio. Un libro de autoayuda. Mi repulsión es inmediata; nunca leeré un libro de autoayuda a menos que se trate de un ejemplar de “Hágase millonario escribiendo libros de autoayuda” Más de quince minutos, susurros melosos y miradas coquetas logré que la señorita me cambiara el libro por una novelita desconocida de un famoso periodista peruano.
El libro del escritor americano sigue en el estante de mis libros, en su envoltura original. La novelita del escritor peruano me envolvió con una facilidad sorprendente, donde la simpleza de su lenguaje, la nitidez de la historia y la humanidad de sus personajes.
Luego… Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.
Muchas veces he tenido una idea concebida de lo que quiero, de los detalles especiales que espero… hasta del color de ojos y del nivel cultural…
Pero quizás ese complemente esperado, esa mitad que me falta, está en un empaque diferente, con un titulo distinto al deseado, entonces ¿Cómo saber cuando llega quien debe llegar?
Simplemente por instinto… amar por instinto… dejarse llevar por ese vendaval de sentimientos que golpean de repente y te dejan sin sentido, sin orientación…
¿Errores? ¡Todos los del mundo! Porque lastimosamente el corazón es iletrado, analfabeta, desconocedor de los grandes misterios que se enredan en la maraña de laberintos que se pierden en el alma.
Las lluvias han arreciado en esta parte de la galaxia… los amaneceres fríos me recuerdan lo gigantesca que resulta una cama en soledad y algunos recuerdos son lo único que sirve para mantener viva la hoguera. Recuerdos de tiempos donde fui feliz, recuerdos que me gritan que he vivido.
Ahora solo quiero liberarme de mis pretensiones, liberarme de los conceptos preformados, de lo que quiero, de los detalles especiales que espero… hasta del color de ojos y del nivel cultural… disponiéndome a encontrar las palabras de amor más hermosas, en un libro que aun no he encontrado.
Ahhh... pero un libro habló de esperar... ahora esta en cine.... asi que para mirar paisajes Colombianos, escuchar a Shakira y llorar a Marquez... ¿Nos quitamos el sombrero?

14 comentarios:

CRISTINA dijo...

Muy bonito, como todos tus post.

De los libros de autoayuda creo que pensamos lo mismo. Bueno, yo no pienso, directamente me dan mala gana.

Y hablando de libros, se me pasó tu post anterior. "El amor en los tiempos del cólera" es uno de los libros de amor y de espera más bonitos que yo he leído. Con permiso de "Del amor y otros demonios". Sí, los dos, claro, del mejor escritor de todos los tiempos.

Un beso querido ángel.

pon dijo...

Para llorar a Márquez, vivir a Márquez y leer a Márquez siempre hay que quitarse el sombrero.
Un beso, ángel negro.

Sixpence Notthewiser dijo...

Y si, te leo. Te he estado leyendo en los dos blogs que tienes, que parece que se complementan (porque no todos somos unidimensionales, pero poco mostramos nuestras varias facetas como lo haces tu). Fabulosas tus posts. Sigue escribiendo, que sigo viniendo.

AnCris dijo...

García Márquez... pues he leido varios y de todos elijo "El amor en los tiempos...", si, soy de los bichos raros a los que "Cien años de soledad" no le gustó. Será porque es a la inversa del otro, no sé. Pero por algo el otro sigue en los estantes de mi biblioteca, como encerrando para siempre esa bellísima historia de espera y amor.
En cuanto a tu reflexión de lo que se espera del amor... DOY FE DE ELLO! "¿puede ser que esa persona que no se corresponde con el stardard que creia mi destino, sea el amor de mi vida?" Y si... lo era, lo es... cuando abrí los ojos, cuando dejé que mi corazón se abriera plenamente, cuando me permití aceptarlo... comenzó la felicidad de mi Amor (ese con mayúsculas ¿viste?) ¡Y además... tenía unos hermosos ojos verdes y un precioso cabello negro..! ja ja ja!
Te mando un beso grande y, por favor, dejá a tu alma que sea la encargada de la búsqueda, ella sabe mucho más que la razón.

Augur Itinerante dijo...

Hola.

Te agradezco el cumplido con el corazón. es gratificante la posibilidad de que en la distancia, en el tejido de la vida, de galaxia a galaxia, podamos disfrutarnos mutuamente con nuestros ejercicios visomotrices.
Ten por seguro que yo también seguiré pasando por acá y sin escafandra, ya que tu sitio oxigena en suficiencia y abundancia.

Te devuelvo el beso, aunque virtual, beso en fin.

Voy a colgar en el blog una canción francesa que recordé cuando leí tu nombre.... ¿eres tu? ¿habla de ti?

Ya me platicarás.

Un Abrazo

hermes dijo...

Coincido con Cristina, "El amor en los tiempos del cólera " ha sido uno de los mejores libros que he leido nunca.

Gracias por tu post, ¡ por cierto Ángel oscuro ! cada vez eres más claro y resplandeciente.

Un beso.

salva dijo...

Tienes toda la razón del mundo el amor es instinto, el amor no puede ajustarse a los parámetros de la razón o a lo que nos resulta o no conveniente simplemente se da y lo más importante SE SABE cuando la persona aparece en tu vida.
Lo que pasa es que hay que aprender a conjugar el amor con el respeto a uno mismo y eso es muy díficil sobre todo si el amor es fruto de una relación autodestructiva.
En mi vida he aprendido que lo segundo está por encima de lo primero y aunque cueste hay veces que uno por respeto a sí mismo tiene que hacer de tripas corazón y alejarse de quién ama pero le hace daño.
Una relación de dos es un tira y afloja continuo donde a veces cedes y otras veces le toca ceder al otro pero lo importnate es no renunciar a ser como uno es.

Me pasa como a tí los libros de autoayuda consiguen en mi persona el efecto inverso porque me hacen sentir débil y vulnerable.

En fin! seguiremos visitando tu lejana galaxía.

George Hazard dijo...

Qué reflexión más hermosa... que comparto absolutamente.
Libros de autoayuda... Como no nos autoayudemos nosotros, autoqueramos nosotros, autohagamos nuestro trabajo...
En el amor, es cierto, el instinto desempeña un papel fundamental. Yo suelo mirar a los ojos, mucho, me fijo en la expresión, el modo de tratar a los otros para intentar averiguar si me conviene.
Aún así no hay pistas, tantos lobos vestidos de cordero...
Presiento por tus escritos que sales de una etapa difícil, como yo.
Venceremos.

Anónimo dijo...
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Rosa dijo...

Tines mucha razón, el amor nos espera en los lugares más inesperados. Y yo al igual que tú detesto los libros de autoayuda, te confieso que nunca he pasado de tres páginas.
Y me ha dado una curiosidad tremenda por saber el nombre del periodista peruano cuya novela te cautivó.

Ha propósito tu historia ya te espera en casita. Pero que bonita canción esta del Aguacate (yo tampoco entiendo a qué santo viene el nombre), pero es triste.

Ojála te guste y un besote.

Max dijo...

Que maravillosa sensación cuando descubres que, lo que no esperas es precisamente lo que llevabas toda la vida esperando.

Anónimo dijo...

Siempre digo que el amor que deseamos que siempre despierte a nuestro lado llega cuando menos lo esperamos y el envoltorio a veces nos cuesta descubrirlo por muy evidente a los ojos que se nos muestre.

Me da mucho miedo la idea de cualquier dia despertarme y no tener a la persona amada al lado. Me aterra!!!

Mientras esperas cuidate y millones de besos hasta tu lejana galaxia para ver si el clima se caldea ;)

Paulafat dijo...

Hola!

He vuelto a la blogósfera. Es que estaba en finales, y estuve muy ocupada... Leer y escribir es algo a lo que hay que dedicarle el tiempo que se merece, y todavía tengo que desatrazarme de algunos posts...

Lo que dices es algo muy cierto, uno ama a otro no porque se adapte a una serie de parámetros sino porque es él mismo, porque de alguna forma nos sorprende" con su forma de ser, irrumpe en nuestra versión de las cosas. Ese es el reto, sino el amor no tendría sentido (nada lo tendría).

Te mando un abrazo.

JfT dijo...

Darkie, mi amor vino en un envase que no reconocí sino hasta mucho tiempo más tarde, cuando ya había llenado casi todo de mí y yo seguía ocupado tratando de resolver lo que resaltaba como neón... Los seres humanos obramos muy complicadamente.
El Amor en los ... es una historia que amé leer, me gustaría ver cómo lo han plasmado en la pantalla grande. Y tengo en mi biblioteca Cien años... esperando ser leído, en su versión conmemorativa.

Sigo leyéndote.

JfT