sábado, 24 de noviembre de 2007

Recordemos un viejo dolor

Una noche de sábado, me encontraba frente a una “jirafada” de cerveza, con tres amigos, cuando la tintineante música de un mensaje de texto en mi celular me hizo olvidarme del sitio, de la música y de mis amigos.
Era un mensaje de texto pidiendo perdón, de la misma persona que dieciocho días atrás me había terminado a través de un mensaje de texto.
¿Es la tecnología quien monopoliza las emociones del siglo XXI? Murieron en el tiempo esas interminables cartas de despedida, escritas con lágrimas y sangre y que competían literariamente con los poemas de Sor Juana Inés de la Cruz. Hoy se sintetiza la despedida con un “Man, Suerte es que te digo, Good Bye”. Pero mi nuevo mensaje entrante decía claramente y en mayúscula sostenida “siento mucho lo que te hice”, para alguien aun enamorado, palabras mágicas… y ante esas palabras se abrió la tumba donde había enterrado vivo mi amor por la persona remitente; ¡¡¡ ¿Por qué demonios el corazón se ablanda en el momento mas inoportuno?!!!! Le llamé inmediatamente le dije que le estaba pensando mucho y que le llamaría al día siguiente. ¡¡¡Craso Error!!!
A la mañana siguiente, después de haber esperado las horas reglamentarias para no lucir ansioso, le llamé, y antes de que mi lengua, desconectada del cerebro, le dijera cuanto me había alegrado escucharle, él me ametralló con frases que describían lo bien que la había pasado en el apartamento de un príncipe azul que había salido de la nada para invitarle a salir justo después de que había hablado conmigo.
Repetiré lo que dijo el cantante: “los mariachis callaron, de mi mano sin fuerza calló mi copa sin darme cuenta”.
¿Dónde murió la sutileza y la compasión para mi viejo corazón? ¿Hay necesidad de describir el agujero en el estomago por el cual se perdía mi dignidad? Por Dios, ¡fui el rey de los ilusos! Había olvidado por completo la calidad de “amigo” a la que había descendido. Había olvidado la batalla perdida por mantenerlo a mi lado. Había olvidado lo cruel que él podía ser cuando se lo proponía y a él se le había olvidado que las viejas heridas aun no cicatrizaban. Como todo hombre “pisoteado” debe hacer, me reí de todo cuanto me contaba, hice los chistes de rigor para estos casos: “Valla, creo que te perdimos” e idioteces por el estilo y colgué. Me quede ahí, a veinticuatro cuadras bien contadas de su casa, tirado en la cama y viendo como las ilusiones se estrellaban en el retrato colgado al lado izquierdo de la pared.

9 comentarios:

CRISTINA dijo...

¿Cómo puede haber gente tan cruel?
Algunos lo son por descuido, otros por egoísmo o falta de empatía, otros lo son porque quieren serlo...no sé, en cualquier caso, ¡¡cuánto daño pueden llegar a hacer!!

No sufras, Dark.
Un beso.

Oye, ¡qué música más bonita has puesto en tu blog!

Augur Itinerante dijo...

Qué te puedo decir...

Mi corazón quedó despostillado después de una llamada telefónica...

y me viene Aute a la cabeza... "Quiero que me digas, amor, que no todo fue naufragar, por haber creido que amar, era el verbo mas bello... Dímelo, me va la vida en ello.

Un abrazo. Gracias por tu comentario.

Merlín Púrpura dijo...

Y antes de los teléfonos celulares o móviles, los que no gustan de las epístolas, te dejaban un mensaje como este en el contestador automático: "Te agradezco todas las cosas bacanas... pero desafortunadamente no podìa ser...Para evitarnos malos ratos, mejor dejar las cosas asì. Tengo un recuerdo bacanìsimo de tì...Por qué hice las cosas así y no te lo dije a tì?. Creo que fue falta de valor o de personalidad... Pero te vuelvo a pedir disculpas. Yo sé que encontrarás alguien que te merezca. Eres alguien que importa demasiado... ¡Suerte! F."
La cita es textual porque la copiè para mis apuntes, el 25 de enero de 1991. Sì, fue cruel, tanto que aùn no olvido esta escena de mi vida amorosa. Y todavìa no me explico por què huyò y se despidiò asì.

vanto y vanchi dijo...

Pero la tecnología también ayuda...una llamada telefónica me ayudó a terminar con una relación asfixiante...no la mejor manera, pero efectiva.

Viva José Alfredo Jimenez!!

Besos

pon dijo...

Qué curioso, no hace mucho recibo en mi celu un sms: "siento que te hayas enfadado conmigo, por favor contéstame si me has perdonado"...me quedé de piedra pensando quién podía pensar que me había enfadado tanto y no daba con la respuesta. Hasta que mi hija me dijo que es un sistema de reclamo de chats en celus, y me pareció tan cruel, tan inhumano. No sé hasta dónde llegaremos.
Hacía unos dias que no venía a tu casa, Dark, lo remediaré. Besos guapo.

Max dijo...

Abrazooooooooooooo fuerte mi guapo.
Me alegro mucho que visitar mi blog y leer mi bla-bla te hiciera reir.

No entiendo la gente que no muestra ni una pizca de consideración.
Un beso.

Rosa dijo...

Sabes, hay cosas que deben decirse de frente. Si he de pedir disculpas por una metida de pata, prefiero hacerlo cara a cara. Si tuviste el valor de lastimar a alguién, pués ten el mismo valor para mirarlo a los ojos y decirle que lo sientes.
Y sí, la gente puede ser muy cruél, no sé si conciente o inconcientemente... sabes si yo hubiera sido tú, a las primeras palabras de su "aventura", le decía muy educadamente: Dios, olvide que tengo que dejar unos papeles, luego te llamo, me dió gusto escucharte. Y zas le colgabas.

Amigo, levanta esa carita bella, vamos... quiero ver siempre una sonrisa en ella.

salva dijo...

NIño desconfía de una persona que ha sido lo suficientemente cínica como para romper contigo por sms porque eso rebela cobardía y egoísmo; pisotear los sentimientos ajenos sin dar derecho a réplica y lo más importante sin tener una respuesta, un por qué que nos ayude a entener lo que ha pasado.

Pero claro, como bien describes el corazón no atiende a razones, no escucha la voz de la mente que te advierte que desconfíes y que tal vez sea una treta, el corazón desoye esas voces y manipula nuestros recuerdos situándonos en un punto en donde las cosas iban bien, a eso se aferra y se olvidan o se sumergen en la tumba los recuerdos negativos, el dolor pasado.

Y extasiado por la intensidad del amor, por el vértigo que supone volver a recuperarle, volver a saber como sabe su piel no recuerdas, no piensas en el pasado porque la necesidad que tienes de recuperar el tiempo perdido, de volver a situarlo en tu vida lo barre todo.
A veces sale bien, a veces la confianza no vuelve a ser pisoteada pero otras sucede lo contrario, y lo que parecía amor no era sino un espejismo, una broma cruel, macabra, que duele incluso más que antes porque se engrandece ese dolor con la amargura, con el recelo, con la duda y nos caemos.

Duele, duele mucho pero amar es así, amar en muchas ocasiones es dar oportunidades, volver a confiar, no podemos y no debemos refugiarnos en la desconfianza y en el recelo, en el hastío y en la amargura porque aunque nos evitemos que nos hagan daño en el fondo los que perdemos somos nosotros.
Nadie dijo que fuera fácil, no pierdas tiempo en quien no merece la pena.
Hasta luego!
Un placer pasarme por aquí.

JP dijo...

Protesto...

"Descender a AMIGO?"

Todo lo contrario, si bien un amigo no te puede dar lo que ese amante si te da, la escencia de la evolucion llega cuando el amante comprende su importante papel en nuestras vidas y asciende al estatus de amigo... es el amante quien evoluciona al estado superior de compaginación y entendimiento, no al contrario. El amigo te apoya, te levanta o al menos no te deja caer mas, te hace sentir vivo y te bofetea con la sencillez que solo la amistad tiene, los amigos dejan poemas escritos en tu libro de la vida...lo amantes solo dejan manchones de letras torpemente hiladas al fragor de la pasion...

...


He dicho