jueves, 1 de noviembre de 2007

Mimetismo...


“¡Este disfraz fue muy costoso!” Gritaba Mamá corriendo tras de mi por toda la casa, blandiendo en su mano un colorido trajecito del pato Donald, mientras yo, un poderoso y muy cómodo vaquero, huía ante la posibilidad de el deshonor escolar.
Dos horas después y firmemente convencido por las nalgadas de Mamá, iba entrando por la puerta de la escuela como un primoroso pato de corbatín azul, cola de espuma y sombrerito.
Los disfraces siempre han sido muy útiles, o acaso ¿Quién no ha visto la espectacular escapada del protagonista de la película, que escapa disfrazado de viejita jorobada, de cura o en el mejor de los casos disfrazado con el uniforme de sus propios enemigos? Si, los disfraces siempre han sido útiles… más para aquellas personas que necesitan esconder un lado oscuro.
“Si yo te quise fue porque creí encontrar en ti la mitad que me faltaba. Si torcí las redes de mi destino y de mi cotidianidad fue simplemente porque sentí que esas manos, que tocaban mi cuerpo como fuego abrasador y despiadado, eran un sinónimo de voluntad infinita, de deseo sin medidas… simplemente de amor.
Pero no… tus ideas eran lejanas a las mías, tu camino era torcido y sin retorno y en esa medida era imposible recorrerlo contigo. Por eso me fui, como se van los años, sin posibilidad de retorno.
Fingiste bien, tu mascara era hermosa, tus sentimientos fueron armados con perfección arquitecta. Nunca pensé que el corazón que puse en tus manos estaba en peligro absoluto. Nunca pensé que el corazón que puse en tus manos había de retornar a mi pecho en pedazos. Nunca pensé que mis sueños, diseñados para encajar en tu cuadriculada vida, no eran más que una perdida de tiempo. Yo perdí mi tiempo, pero tu… ¿acaso tu único objetivo era dejar mis sentimientos vueltos jirones? Si, creo que si, nada te motiva, nada te guía, no hay en ti encendido ese fuego devorador que consume vorazmente todas las esquinas del alma y enciende e ilumina el deseo de amar y de sentirse amado. No, es un trozo de hielo lo que hay en tu alma, un trozo de hielo disfrazado de ternura. Un perfecto disfraz.”
De todos los colores, de todas las formas… los disfraces ocultan, suprimen, dan forma a reacciones de gusto o disgusto. Temo a los disfraces, especialmente si son de payaso y huyo de otros disfraces, especialmente si ocultan el alma.
Este soy yo, envuelto en un frío invernal que me obliga a abrigar hasta el alma, mirando como preparo mi propio disfraz, el que oculta las debilidades, las lágrimas, los sueños inconclusos, las metas lejanas; aquí estoy arreglando el disfraz que esconde las impotencias y las dudas, mostrando un ser de sonrisa triunfadora y mirada forastera. Aquí es donde preparo el maquillaje para transformar la debilidad en majestad de ángel… de ángel oscuro.

14 comentarios:

salva dijo...

NIño siempre me ha fascinado el tema de los disfraces emocionales, de las caretas que nos ponemos para no mostrar nuestras debilidades a los demás para que no nos hagan daño.
Hay una frase de una canción de Mónica Naranjo "Sobreviviré" que me fascina "maquillaje hasta en el corazón".

Los difraces no duran eternamente porque el tiempo puede con todo, y las emociones son imposible de disimular durante toda una vida, eso es lo bueno y eso es lo malo.
Mi vida consiste en eso en la lucha interna que tengo entre maquillar mis emociones y mostrarme abiertamente a los demás.

Tal vez el blog sea una oportunidad para limpiarnos la cara y el alma y poder vomitar nuestra verdad, tal vez sea una forma de huir de los disfraces y dejar que la voz que hable sea la de nuestro corazón.
En mi vida real me cuesta cada vez más exteriorizar los sentimientos y eso me afecta a nivel de relaciones, no me entrego a la primera, analizo a las personas, las observo para evitar que me hagan daño, para comprobar la solidez de su disfraz si es que maquillan sus emociones.
Y eso si bien te evita daño también te impide dejarte llevar sin pensar en nada.
Y la conclusión es clara: tengo miedo y maquillo ese miedo con sonrisas y optimismo pero a la hora de relacionarme el miedo sigue ahí y la forma de maquillarlo es mediante el análisis de los que me rodean, para ver si el muro se rompe o no y eso me hace daño pero no puedo evitarlo.
Como siempre un relato magistral.

salva dijo...
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Anónimo dijo...

Espera, Angel Oscuro, todavía no te pongas ese disfraz, que quiero abrazar tu alma y darte mi calor.
Despojado yo también de mis disfraces.

CRISTINA dijo...

Es agotador ir siempre disfrazado por la vida.
Y además hay quien por mucho que se disfrace, no logra esconderse del todo.
Lo mejor sería taparse sólo un poquito, por protección...un pequeño antifaz, simplemente. Y saber cuando y sobre todo ante quién podemos quedarnos desnudos.

Besos, ángel

hermes dijo...

Casi todos utilizamos un disfraz más o menos tiempo en nuestra vida, un disfraz para no mostrar quienes somos, para ser aceptados por los otros renunciando a nosotros mismos.
Pero en cuanto te lo quitas es una liberación.

Un abrazo ángel

JfT dijo...

Qué bueno, Darkie, qué bueno. Me fascinan tus metáforas y tu manera de escribir, ya lo sabes.
A mi me encantan los disfraces, ardo en deseo de tener una fiesta donde pueda divertirme siendo alguien distinto. Será porque ando todo el tiempo en carne viva por la vida?
Abrazote, amigo.

JfT

Rosa dijo...

Muchas veces tenemos que usau mascras para ocultar nuestroas sentimientos o nuestras debilidades; pero un consejo amigo, no las uses por mucho tiempo, porque terminaras olvidanso quién eres.
Deja ya lo pasado, si un amor te lastimo, te demostro que no le importaban tus sentimientos... entonces ¿dime?, vale la pena tan siquiera recordarlo. Deja que el agua fluta, que se lleve todos lo malos recuerdos; que el tiempo inexorable pase y convierta en recuerdo lejano lo que ahora te viene ocurriendo. No te aferres a un imposible,
La vida es corta mi ángel, demasiado corta para vviri en el pasado..."aferrarse a las cosas detenidas, es ausentarse un poco de la vida, la vida que es tan corta al parecer cuando se han hecho cosas sin querer".
Vive cada día como si fuera el último

JP dijo...

Que...vas a la fiesta de theatron?... si es así... nos vemos...iré con una de las cartas que tengo bajo la manga derecha;)

Ahora... ah que decir... "parece que la musa me ha dejado para irse a arrullar tus encantadoras palabras... no te olvido... me olvido de mis letras para seducir a tu musa a que regrese a mi lado, a que me permita embeberme una vez mas del elixir que entra en mentes y derrumba barreras, ebriedad de letras que solo encuentran forma en la alas de un gigante... uno que ahora se atreve a decirme que lo tengo olvidado... uno que ahora posee los favores de mi musa...un gigante como tu".

Ja!!! Papá!!!

un-angel dijo...

Los disfraces... los disfraces a veces son un simple juego, a veces son para esconder algo, a veces son para protegerte de algo.
A veces me veo como una de esas muñecas rusas, voy levantando máscaras y aparece otra más profunda, y luego otra, y al final queda la que me reservo incluso hasta para mi mismo, porque puede que haya cosas de mi mismo que ni yo mismo quiero reconocer...si no, ¿porque iba a estar allí?
...los disfraces tambien sirven para divertirse, para sentirse bellos o para abrigarse.
El tuyo es hermoso, angel oscuro, y además, deja intuir el buen corazón que hay detrás.
Un fuerte abrazo hasta esa lejana galaxia.

George Hazard dijo...

Disfraces usamos todos, en mayor o menor medida, o máscaras, como yo las denomino.
Pero hay máscaras de cemento, de cristal o de seda.
Peligro cuando la máscara es irrompible, cuando el sujeto no ni pretende verse, conocerse, porque eso duele.
Un abrazo.

Max dijo...

Siempre vamos disfrazados o tras una coraza. Es un atavío multicapa que se nos vamos colocando según crecemos. En algún momento, ni nosotros mismos sabemos encontrar nuestra realidad.

En fín, me ha encantado tu disfraz de patito. Ay, las mamás....

AnCris dijo...

Yo confío en los disfraces como la mejor de las protecciones... ¿sabés? el primer disfraz que creo haber usado fueron mis primeros anteojos... porque no los necesitaba pero creo que me sentía algo así como Clark Kent y que tras esos anteojos nadie podía encontrarme, nadie podía verme... a esa que sólo yo conocía.
Ahora el astigmatismo me hace usar anteojos todo el tiempo y hoy día es cuando menos los necesito como disfraz... ja ja ja... cosas de la vida, cosas de la madurez... en fin, así como el sabio Gandalf dijo: no todas las lágrimas son malas, yo te digo que no todos los disfraces ocultan, muchas veces la gente necesita protegerse hasta de sí misma...
Lo importante es ante quién mostrás tu verdadera yo, el que vale la pena conocer DE VERDAD.
Un beso ENORME desde le Sur del Mundo.

Augur Itinerante dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Augur Itinerante dijo...

Hola, antes que nada un abrazo.

No solo escondemos lo que no queremos. Los disfraces mas dolorosos son aquellos que nos fabricamos para no reconocer nuestro self verdadero, lo que sí tenemos y nos aterra sacar a asolear. Las cualidades que hemos permitido que nos enseñen como detestables y cuyas máscaras nos hacen olvidar que no existen los defectos, sólo las virtudes mal empleadas